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Grecia apuesta a una solución con la UE pese a desconfianza de Alemania

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El Primer ministro de Grecia, Alexis Tsipras, incrementó las dudas de Alemania en relación a una salida negociada a la crisis tras rechazar el programa internacional de ayuda a su país.

La determinación del Primer ministro griego Alexis Tsipras de evitar el programa internacional de ayuda a Grecia y sus condiciones acrecentó el lunes las dudas sobre una posible solución negociada con socios europeos.

La canciller alemana Angela Merkel exhortó el lunes a Grecia a hacer "propuestas viables" a Europa sobre su deuda pública y el futuro de los programas de ayuda internacionales concedidos a Atenas.

"Siempre he dicho que espero que Grecia haga propuestas viables para que podamos discutir", declaró la dirigente en una conferencia de prensa conjunta con el presidente estadounidense Barack Obama en Washington.

Dirigido por el partido de izquierda Syriza, el nuevo gobierno griego no quiere prolongar el plan de ayuda de 240.000 millones de euros (unos 270.000 millones de dólares) concedidos por la "troika" de acreedores (FMI, Comisión Europea y BCE) en 2010 y 2012 a cambio de políticas de austeridad.

También quiere lanzar negociaciones sobre la deuda pública del país que supera 175% de su PIB.

Grecia podría presentar una propuesta este miércoles en una reunión de ministros de Finanzas de los 19 países de la Eurozona y el jueves en una cumbre europea que se centrará en Grecia.

"Lo que importa es lo que Grecia pondrá sobre la mesa en esa reunión (el miércoles, ndlr) o unos días después", dijo Merkel, reiterando su deseo de que Grecia "permanezca" en la Eurozona.

El ministro de Finanzas alemán Wolfgang Schäuble dijo, luego del discurso de política general de Alexis Tsipras, que "no comprende todavía" lo que quiere hacer el gobierno griego para solucionar el problema.

"Si (los griegos) quieren nuestra ayuda, se necesita un programa" acordado con los acreedores para obtener financiamiento del Banco Central Europeo, dijo el ministro alemán al margen de un encuentro con sus homólogos del G20 en Estambul.

Las negociaciones prosiguieron entre bastidores este lunes en Atenas con representantes de acreedores del país, antes de una crucial reunión el miércoles en Bruselas.

El encuentro debía permanecer secreto, pero al fin se supo que dos emisarios de la zona euro llegaron a Atenas el domingo para entrevistarse con responsables del gobierno heleno, lo que indica que el diálogo no está roto.

Se trata de Declan Costello, representante de la Unión Europea en el seno del trío UE-BCE-FMI, que supervisa desde 2010 las reformas pedidas a Grecia, y que no suscita la menor simpatía al primer ministro griego Alexis Tsipras. Llegó a Atenas acompañado por Thomas Wieser, presidente del Euro Working Group, la instancia que prepara los Eurogrupos, reunión de ministros europeos de Finanzas.

Según una fuente europea, ello demuestra que la zona euro "hace todo lo posible" para facilitar la preparación del Eurogrupo extraordinario del miércoles en Bruselas, donde Grecia y sus acreedores deben llegar a un acuerdo sobre la financiación inmediata para este país amenazado de asfixia presupuestaria.

El ministro francés de Finanzas, Michel Sapin, que también participaba en Estambul en una reunión ministerial del G20, resumió la situación: "Hay que asegurar una financiación, pues sin ella Grecia estaría a la merced de cualquier situación de pánico en los mercados. Pero no se puede decir simplemente +financiamos, financiamos+" ya que la "contrapartida" de este apoyo debe ser "el respeto a las normas europeas" por parte de Atenas.

Por último, el primer ministro británico, David Cameron, presidió este lunes en Londres una reunión con responsables económicos para estudiar las consecuencias de las varias opciones de Grecia, entre ellas un cese de pagos o la salida de la Eurozona.

Este lunes una fuente del ministerio griego de Finanzas reiteró que Grecia no está dispuesta a renunciar a la adopción de medidas sociales para hacer frente a la crisis humanitaria del país, ni tampoco aceptará objetivos irrealistas de superávits presupuestarios, en las negociaciones con sus socios europeos.

En este contexto, Alexis Tsipras, siempre en busca de apoyos y de visita este lunes a Austria, está ante un difícil dilema: no puede firmar una prolongación del programa europeo de apoyo a su país, que termina a fin de febrero, porque ello significaría --como dijo el domingo-- "la extensión de un error" y concesiones inaceptables, bajo forma de más austeridad, para su gobierno.

Pero tampoco puede arriesgarse a un enfrentamiento con sus socios europeos que podría provocar una salida de Atenas de la zona euro, algo que la mayoría de los griegos no desea.

Pese a ello, Tsipras se mostró optimista en Austria. "Creo que lograremos un compromiso con nuestros socios europeos", dijo durante una conferencia de prensa junto al canciller austríaco, Werner Faymann.

Angela Merkel exhortó AL GOBIERNO GRIEGO a hacer "propuestas viables"AFP

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