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Gurría: Uruguay “tiene mucho que aportar” a la OCDE y hace “lo adecuado” para ser miembro

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Ángel Gurría, secretaría general de OCDE. Foto: EFE

VISIÓN INTERNACIONAL

En entrevista con El País, el mexicano José Ángel Gurría, secretario general de la OCDE, se refirió a la situación de Uruguay y otros temas, como el poder de las grandes compañías tecnológicas.

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El mexicano José Ángel Gurría, secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), dijo a El País que Uruguay tiene u201cmuchísimo que aportaru201d al organismo y que u201cestá haciendo lo adecuadou201d para ser miembro al participar de los ámbitos técnicos. También se refirió a los desafíos que presentan las nuevas tecnologías para las pensiones, cómo las grandes empresas del sector tensionan los esquemas de tributación y la importancia de haber abolido el secreto bancario. Gurría visitará Uruguay el viernes, para participar de un evento por los 10 años de la Fundación Astur. Junto a Enrique Iglesias y Rebeca Grynspan, titular de la Secretaría General Iberoamericana, encabezarán la actividad a realizarse en Torre Ejecutiva desde las 17:00. A continuación, un resumen de la entrevista vía mail con Gurría:

-¿Uruguay puede convertirse en miembro de la OCDE?

- En la OCDE, se llevan a cabo discusiones sobre políticas de equidad, inclusión, género, digitalización y muchos otros temas de gran relevancia para los gobiernos hoy en día. Uruguay, en particular, tendría muchísimo que aportar a estas conversaciones. Ha mostrado ser un muy buen ejemplo en cuanto a la reducción de la pobreza y consolidación de la clase media, que representa cerca del 70% de la población, muy por encima del promedio latinoamericano (30%). Además, es importante la experiencia de Uruguay como país en u201cdesarrollo en transiciónu201d -pasando de ser un país de ingresos medios a ingresos altos-.

-¿Cómo ve la participación actual de Uruguay en la OCDE?

-Es miembro del Centro de Desarrollo desde 2015, donde se reúnen países OCDE y economías emergentes, como Brasil o China, para discutir soluciones innovadoras con el fin de promover el crecimiento sustentable, reducir la pobreza y la desigualdad. Además forma parte del Comité de Política Fiscal y del Foro Global de Transparencia, en donde se elaboran normas internacionales, estándares y guías de tributación y transparencia e intercambio de información que son adoptadas alrededor del mundo. Uruguay también es adherente del instrumento multilateral más completo para todas las formas de cooperación fiscal para combatir la elusión y la evasión fiscal. En agregado, participa activamente en el Programa Regional de la OCDE para América Latina y el Caribe, contribuyendo con su perspectiva en el diálogo sobre políticas públicas en una amplia gama de temas como inversiones, competencia, salud o integridad. Es decir, que Uruguay se beneficia ya de la OCDE, aun sin ser miembro.

- ¿Qué pasos debería seguir Uruguay si quiere ser miembro?

- El tema de la membresía es un asunto complejo. Durante los últimos tres años, el Consejo de la OCDE ha venido discutiendo y tiene en consideración a seis candidatos (entre ellos a Argentina, Brasil y Perú). Mientras esta decisión, que compete a los 36 países miembros, no avance, es difícil que se consideren nuevas candidaturas. En todo caso, Uruguay está haciendo lo adecuado en acercarse a la OCDE en los distintos ámbitos técnicos y eventualmente, Uruguay podría considerar una colaboración más estructurada durante la próxima administración, algo que ha ayudado a muchos países en su agenda de reformas. Estamos orgullosos de la estrecha relación que tenemos con Uruguay y estamos listos para expandirla de manera estratégica, coherente y mutuamente benéfica.

-¿Es posible un mundo sin paraísos fiscales? ¿El secreto bancario llegó a su fin?

-Absolutamente. El secreto bancario para fines fiscales se ha terminado y todos los centros financieros ahora participan en el intercambio automático de información (AEOI por sus siglas en inglés) de las cuentas financieras. Se ha compartido información por primera vez sobre 47 millones de cuentas en el extranjero. También se identificaron más de 95.000 millones de euros en ingresos adicionales provenientes de declaraciones u201cvoluntariasu201d e investigaciones offshore realizadas antes de la implementación del intercambio automático. Por otro lado, con AEOI se logró una disminución del 25% de los depósitos en los centros financieros internacionales.

-¿Le preocupa el dominio que tienen las grandes tecnológicas?

-La relevancia que han adquirido ciertas empresas está planteando importantes desafíos para los gobiernos. Primero, es importante señalar que existen riesgos ligados a un elevado grado de concentración de mercado por parte de algunas empresas. Microsoft, Facebook, Amazon, Google y Apple cuentan con una capitalización de mercado combinada de 3,1 trillones de dólares, casi una quinta parte del PIB de Estados Unidos. Sin embargo, estas empresas también representan una nueva ventana de oportunidad para que los países en desarrollo puedan cerrar la brecha con respecto a los países más avanzados. Segundo, los modelos de negocios altamente digitalizados continúan planteando desafíos importantes al impuesto sobre la renta corporativa. Hoy las normas fiscales internacionales no permiten que un país grave a las empresas que no tienen presencia física en dicho país, mientras que muchas compañías tecnológicas pueden obtener ganancias sustanciales de un país, sin presencia física. Por esta razón, la digitalización de la economía ha tensado las reglas existentes hasta un punto en el que están expuestas a un grave riesgo de fragmentación.

-¿Es una idea viable la de aplicar impuestos a los robots?

-Los impuestos pueden ser un importante impulsor de las opciones de inversión y podrían afectar la decisión de las empresas de emplear más capital (como los robots), en lugar del trabajo humano. Si bien los países son libres de implementar su política tributaria como lo deseen, un impuesto explícito a los robots no forma parte del trabajo en OCDE-G20 para abordar los desafíos fiscales derivados de la digitalización de la economía.

Nuevos trabajos y las pensiones

u201cLa globalización y la automatización están transformando los mercados laborales. Además, ha habido una expansión de las formas de trabajo que dependen de nuevas tecnologías, y en muchos casos, el trabajo no-estándar está asociado con menores ingresos y tiende a no ser permanente, lo que afecta las perspectivas de retiro. Estas transformaciones, junto con el envejecimiento de la población, presentan desafíos para los sistemas de pensiones, los cuales se construyeron sobre la premisa de carreras estables y lineales. Por lo tanto, el desarrollo de nuevas formas de trabajo genera inquietudes acerca de los ingresos en la vejez de las futuras generaciones de jubilados. Los trabajadores independientes son el grupo que plantea los problemas más complejosu201d, analizó Gurría.

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