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¿Cómo impactaría en Uruguay una guerra comercial a escala mundial?

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Hipótesis: el estudio de Caliendo analiza qué ocurriría si Estados Unidos y China aumentan sus aranceles, y si todo el mundo reacciona. Foto: Reuters

Un enfrentamiento que importa a todos

Estudio de un profesor uruguayo que trabaja en Estados Unidos examinó varias hipótesis y sus efectos.

Probablemente el hecho internacional más relevante de lo que va de 2018 sea la escalada de tensión entre China y Estados Unidos, que provocó un enfrentamiento comercial entre las dos principales potencias del mundo que se vienen aplicando mutuamente aranceles.

Es lógico que esos movimientos causen impacto en todas partes, y un estudio del académico uruguayo Lorenzo Caliendo intentó estimar quienes ganan y pierden en la hipótesis de un mundo que se enfrasca en una "guerra comercial".

Caliendo se graduó como licenciado en Economía en Uruguay y realizó estudios de posgrado en Chicago y Auckland. Actualmente es profesor de la Universidad de Yale (Estados Unidos) y miembro del National Bureau of Economic Research (NBER). Entre sus campos de especialización está el comercio internacional y el jueves dio una charla en la Universidad ORT centrada en los efectos de una "guerra comercial".

Allí Caliendo sostuvo que desde 1990 "han caído los aranceles y también su heterogeneidad" a nivel mundial, y mediante una metodología que desarrolló con otros académicos estudió si ese fenómeno responde a la Organización Mundial del Comercio (OMC) o al impulso de los acuerdos de comercio entre los países.

Si bien la OMC se fundó oficialmente en 1995, los contactos internacionales para su concreción se iniciaron en 1986 en Punta del Este con la denominada Ronda Uruguay, y el impacto de la OMC a nivel arancelario es que se estableció como regla que ninguno de los miembros puede aplicar tarifas comerciales por encima del más favorecido de sus socios.

Según el estudio del académico, entre 1990 y 2010 el rol de la OMC generó un crecimiento anual promedio en el mundo de 1,47% del salario real per cápita y solo un 0,13% de aumento se debió a los acuerdos bilaterales. En el caso de Uruguay, las ganancias por la apertura comercial en estas dos décadas representaron unos US$ 50 por año por cada habitante.

Los resultados revelan que "los países emergentes y no los avanzados son los que tienen más incentivos (es decir los que ganarían más) para moverse hacia un mundo de libre comercio", y esto podría explicar los fracasos recientes de algunas negociaciones entre potencias económicas. "Es casi indiscutible que la apertura comercial en promedio genera beneficios (a nivel global)", subrayó el profesor uruguayo.

Guerra.

"Cuando cambian los aranceles cambian los términos de intercambio (entre los países) y toda la estructura de producción", explicó el académico y detalló la definición de la tarifa o arancel optimo: aquella que más le conviene poner a un país de forma unilateral —no en respuesta a los movimientos de sus socios o competidores— en función de la matriz insumos-productos.

Para Estados Unidos se ubica en 7,15% y en el ejercicio hipotético que lo aplique a todos sus socios comerciales (subiendo los aranceles y que el resto no tome medidas como respuesta) su economía "se beneficia", al tiempo que China está "entre los que más pierde".

Pero pese a que las exportaciones del gigante asiático a Estados Unidos caerían arriba del 25% en algunos sectores como la agricultura y la minería, su comercio con el mundo descendería entre 0,5% y 2,5% ya que tendría más negocios con el resto de los países.

Si en cambio la nación presidida por Donald Trump elevara 20% los aranceles —como ya hizo para algunos productos chinos y turcos (le aplicó 20% y más)—, las exportaciones chinas al país norteamericano caerían entre 20% y 60%, pero nuevamente los impactos en sus ventas al mundo serían marginales —la reducción máxima sería en el sector textil (-6%)—.

En síntesis, si bien China sufriría impactos por la política de Estados Unidos de elevar la tasa comercial, "no se lograrían grandes cambios en el comercio mundial", señaló Caliendo.

¿Qué pasaría en Uruguay? En el primer caso bajarían entre 5% (textil) y 30% (minería) las exportaciones a Estados Unidos pero el comercio con el mundo casi no tendría variación —todos los sectores perderían menos de 1% mientras que la agricultura ganaría ventas—.

Una segunda hipótesis que presentó Caliendo examina lo que ocurriría si el movimiento lo hiciera China al imponer su arancel óptimo (6,61%). El gigante asiático sería el más beneficiado, Uruguay sufriría una baja leve a nivel comercial y Estados Unidos sería el más perjudicado con una caída de sus ventas de alrededor de 5%.

A continuación, Caliendo dijo que "no sé qué es" a nivel de magnitud de aranceles una "guerra comercial", pero una posible interpretación es que todos los países del mundo ponen un arancel uniforme del orden de 5%.

En esa hipótesis, "China pierde mucho más que Estados Unidos (entre 10% y 30% en los distintos sectores) y el mundo en general tendría un colapso del comercio aproximadamente igual al que tuvo en 2008 con la gran recesión, una caída cercana al 20%" en los negocios globales, señaló el investigador.

Para Uruguay, el escenario es de caída en todos los sectores: algo menos de 5% en la minería; 10% en electrónica y maquinaria así como en transporte y equipamiento; alrededor de 13% en productos metálicos; arriba de 15% en textil y petróleo; 20% en madera y un poco más en comida; y más del 30% en agricultura.

En base a esto, Caliendo expresó que "al mundo claramente no le sirve" una guerra comercial de esta magnitud y desde el punto de vista de China indicó que "habría que reconsiderar si realmente (le sirve) reaccionar o no a un cambio unilateral de aranceles, ya que si no reacciona a una tasa de 7% de Estados Unidos sus exportaciones caen pero no tanto, mientras que si Estados Unidos y el resto del mundo reaccionan caen sustancialmente".

¿Bajó el empleo en EE.UU. por el comercio chino?

En el 2000 China ingresó a la OMC y según una teoría con mucha fuerza en Estados Unidos, eso causó impactos en el comercio de varios sectores e hizo que la industria manufacturera perdiera unos 3 millones de empleos. "La academia dice que los que perdieron más empleo fueron aquellos (sectores) en que China es más competitivo", comentó Caliendo. Pero según sus estudios, "solo 350.000 (empleos perdidos) se deben a China y el resto son producto del cambio tecnológico". Un hecho particular es que "en las regiones (de Estados Unidos) con más pérdida de empleos es donde hay más votantes de Donald Trump". Asimismo, señaló que "los trabajos que se perdieron en manufactura es imposible que vuelvan, porque cambió la estructura de producción" y la solución a esto "no es el proteccionismo".

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