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Incentivos, costos asociados e impuestos: ¿qué prevé el gobierno para ir hacia la “economía verde”?

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El asesor ambiental del MEF, Marcelo Caffera explicó el doble rol del Ministerio en la política climática uruguaya. Foto: Estefanía Leal
Entrada principal del edificio sede del Ministerio de Economia y Finanzas en Montevideo, ND 20201029, foto Estefania Leal - Archivo El Pais
Estefania Leal/Archivo El Pais

MINISTERIO DE ECONOMÍA TRABAJA

El asesor ambiental del Ministerio de Economía y Finanzas, Marcelo Caffera, relató las tareas de la cartera en términos de alcanzar los objetivos de la política ambiental nacional.

El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) trabaja en ubicar a Uruguay en una senda de crecimiento sustentable y para eso cumple un doble rol en la política ambiental nacional. Por un lado, intenta incluir el ambiente a la política económica y por otro lado, busca poner economía en la política ambiental.

Así lo afirmó ayer Marcelo Caffera, doctor en Economía de los Recursos Naturales y asesor del MEF en economía ambiental, en el marco de la conferencia virtual “Desafíos de la Economía Verde”, organizada por el Centro de Estudios para el Desarrollo (CED) y la Embajada Británica en Uruguay.

En lo que refiere al primer rol, el de incluir al ambiente en la política económica nacional, el economista explicó que “es probable” que algunas de las reformas ambientales necesarias tengan una repercusión positiva y otras negativa en el corto plazo, en el nivel de variables macroeconómicas clave para la tarea del MEF. Sin embargo, manifestó que en el mediano plazo “todas deberían ser positivas” aunque advirtió que las transiciones a las políticas ambientales pueden tener “algún costo”.

¿Qué implica que el MEF sume los objetivos ambientales en la política económica? Básicamente significa que analiza e incluye en la planificación de las finanzas públicas los aspectos ambientales, principalmente los vinculados al cambio climático.

Según indicó Caffera, la planificación fiscal en el MEF debería incluir los costos fiscales de corto plazo y los costos sociales que puedan surgir a partir de la transición hacia las políticas ambientales y afirmó que se deben pensar soluciones para minimizar esos impactos negativos o para volverlos beneficiosos.

“Los costos de adaptación al cambio climático tienen un impacto que debería estar incorporado en la planificación de las finanzas públicas”, explicó el asesor.

Por otra parte, Caffera explicó que Uruguay transformó en ley el compromiso de avanzar en una senda de desarrollo económico sostenible e inclusiva a través de la Ley de Presupuesto. Para lograr ese desarrollo, según el economista “es fundamental” contar con herramientas para el análisis de esos impactos y de las proyecciones de la estrategia climática de largo plazo del país, que actualmente está en elaboración.

Marcelo Caffera. Foto: El País
Marcelo Caffera. Foto: El País

Si bien el Poder Ejecutivo ya cuenta con algunas herramientas, según Caffera “es necesario trabajar en otras” de análisis macroeconómico y afirmó que esa es una de las áreas en las que está el MEF actualmente para poder incorporarlas “en el muy corto plazo”.

En relación al segundo rol del MEF, el de incorporar economía en la política ambiental, el economista manifestó que el desafío que enfrenta el país de colocarse en una senda de crecimiento más sostenible, requiere actuar sobre los incentivos y las razones para que las empresas y los consumidores puedan cambiar sus comportamientos. Esos incentivos pueden ser económicos según Caffera dado que a su entender, es una “herramienta poderosa y pueden ser un empuje adicional” aunque manifestó que no deben ser los únicos estímulos sino que también se puede acudir a las “viejas regulaciones de siempre”.

Asimismo, el asesor de MEF señaló que las políticas ambientales deben ser costo efectivas, en el sentido de reducir al máximo posible los costos de lograr los objetivos ambientales o de poder traducir esos costos en beneficios.

Adicionalmente, Caffera explicó que Uruguay tendría que diseñar un impuesto a las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en los combustibles, con el objetivo de mejorar su imagen internacional. A su entender “es básicamente hacer explícito” algo que el país “ya está haciendo” que es cargar con impuestos a esas emisiones como actualmente lo hace a través del Imesi y el IVA a los combustibles.

“Hacerlo explícito agregaría a Uruguay en el mapa de los países que ya están poniéndole precio al carbono”, señaló el economista.

El CO2 es un potente y peligroso gas de efecto invernadero
Foto: Archivo El País.

Por su parte, el economista de la Dirección Nacional de Cambio Climático del Ministerio de Ambiente, Juan Labat, destacó que Uruguay haya podido lograr que el plan de acción ambiental sea una política de Estado “que se independiza de los períodos de gobierno” y dijo que es “una señal muy fuerte”.

Asimismo, Labat destacó el trabajo en conjunto del Ministerio de Ambiente con el MEF en relación al diseño de un bono soberano “verde” que estaría atado al objetivo de la política climática. El economista señaló que ese bono “sería único a nivel mundial” y dijo que en caso de lograrlo “Uruguay va a tener un beneficio económico directo en cuanto a la reducción de su costo de financiamiento a nivel nacional”.

La mirada de EE.UU y del Reino Unido

La embajadora del Reino Unido en Uruguay, Faye O’Connor, destacó los avances de su nación en términos de políticas ambientales y de cumplimiento con las metas del Acuerdo de París de las Naciones Unidas y afirmó que los países “deben manejar el creciente impacto que el cambio climático tiene para la vida de sus ciudadanos”.

Para poder hacerlo, la embajadora señaló que los países “van a requerir financiamiento” y explicó que la escala y velocidad de esos cambios harán necesaria tanto la financiación pública como privada. En este sentido, O’Connor explicó que desde el Reino Unido buscan impulsar el desarrollo de las finanzas sostenibles y dijo que tienen entre sus principales objetivos asegurar por un lado, que cada decisión financiera tome en cuenta el cambio climático y por otro lado, ayudar a movilizar mayores volúmenes de flujos financieros.“Para eso es clave lograr un mayor apoyo a los países en desarrollo”, indicó la embajadora y señaló que el Reino Unido “está duplicando” el compromiso de financiamiento climático internacional para ayudar a quienes aún no han alcanzado el desarrollo.

Por su parte, Jennifer Savage, encargada de Negocios de Estados Unidos en Uruguay, destacó que tanto el Reino Unido, como Estados Unidos y Uruguay son tres naciones que están unidas como “líderes” en términos de políticas ambientales. En lo que respecta a los logros uruguayos, Savage destacó como positivo la creación del Ministerio de Medio Ambiente, así como la promoción de las prácticas agrícolas más sustentables y los intentos por reducir la huella de carbono.“Continuaremos poniendo a Uruguay como líder y ejemplo, seguimos el liderazgo de su país en Estados Unidos. Como dijo (el presidente Joe) Biden, los Estados Unidos y el mundo enfrentan una crisis climática profunda y tenemos un momento pequeño para tomar medidas domésticas e internacionales que eviten impactos más catastróficos”, concluyó Savage.

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