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La incertidumbre sobre la millonaria inversión de UTE

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La planta en Punta del Tigre está lista, pero los diferendos entre UTE y Hyundai impiden que se disponga en su totalidad. Foto: Darwin Borrelli

PLANTA EN PUNTA DEL TIGRE

Una serie de desencuentros y poco interés del ente en recibirla, la pautan.

Es una inversión de US$ 500 millones en una planta para generar electricidad en base térmica con una potencia de 540 megavatios -capaz de abastecer casi un 30% de la demanda de un día normal-, pero los diferendos entre la empresa encargada de la construcción “llave en mano” (Hyundai) y quien realizó la inversión (UTE) hacen que la misma esté en un limbo.

Lo que sigue es una crónica de la inversión individual más grande que realizó UTE en su historia y que actualmente el ente parece no tener interés en recibir.

Desde que el 28 de noviembre de 2012 se firmó el contrato entre Hyundai Engineering & Construction Co. Ltd. (HDEC) conjuntamente con KEPCO Plant Service and Engineering Co. Ltd. y Hyundai Corporation (HDC) por un lado y UTE por el otro, hubo atrasos, demandas cruzadas, negociaciones y cruces de acusaciones.

La licitación del ente para una planta de ciclo combinado en Punta del Tigre había tenido sus problemas. La empresa que había resultado primera en el Índice Comparativo de Ofertas, la argentina Electroingeniería, fue descalificada por el ente que adujo falta de antecedentes suficientes en obras de este tipo. Así, se avanzó con la segunda de la lista que era Hyundai y se llegó al contrato.

En estos casi seis años y medio además, UTE avanzó en la incorporación de energía eólica (mediante contratos con privados y parques propios) y en menor medida fotovoltaica. En total, hay instalados 1.500 megavatios de eólica.

También en ese período, la que podría haber sido un gran demandante de energía -la minera Aratirí- quedó por el camino.

Con ese panorama, el interés que tiene UTE en tener esta planta de ciclo combinado disminuyó, dijeron a El País fuentes que conocen el proceso. A todo esto, los organismos multilaterales que financian la obra han realizado consultas al ente respecto a la misma.

Demandas

A raíz de los atrasos en la obra, la empresa coreana HDEC, con KEPCO y HDC presentó una demanda por US$ 264.672.166 más $ 1.693.717.399 (US$ 50.397.756) contra UTE, según la respuesta que envió el ente a un pedido de informes del diputado del Partido Nacional, Pablo Abdala (al que accedió El País). A su vez, UTE contraatacó con una “reconvención” por “multas por atraso y los demás daños y perjuicios causados” por US$ 166.263.692 más $ 1.593.297 (US$ 47.409), según la respuesta mencionada.

Con el diferendo en la Justicia, UTE y Hyundai acordaron negociar y eso efectivamente ocurrió entre enero y agosto del año pasado.

El 29 de agosto pasado, el ente dio por culminada la negociación y prosiguieron las actuaciones judiciales.

Fuentes que conocen de cerca el proceso dijeron a El País que en diciembre pasado vino uno de los principales ejecutivos de Hyundai, pero el presidente de UTE, Gonzalo Casaravilla no quiso recibirlo.

A los intentos de la empresa coreana por llegar a un acuerdo, Casaravilla respondió que no iba a conversar hasta que la firma no retire la demanda, indicaron las fuentes.

¿Y ahora?

Pero, ¿en qué está la planta? La respuesta firmada por Casaravilla al pedido de Abdala (fechada el 28 de febrero) indicaba que se habían realizado las pruebas de desempeño “con ambos combustibles (gas natural y gasoil) de las dos turbinas de gas que forman parte del ciclo combinado” y que se había “otorgado la recepción provisoria” de ambas. Esas dos turbinas tienen una potencia de 175 megavatios cada una.

Para que se cierre el ciclo -por eso la planta se denomina de ciclo combinado- hay una tercera turbina, que genera electricidad a partir del vapor generado en calderas de recuperación ubicadas en las dos turbinas previamente mencionadas (utilizan el calor residual de los gases de escape de estas).

A esa turbina de vapor le faltaban los “ensayos de desempeño” lo que se preveía (en la respuesta de Casaravilla del 8 de febrero) que ocurriría “hacia fines de febrero o principios de marzo”.

Pero, esto no ocurrió todavía. El 14 de marzo, Hyundai presentó a la Justicia “hechos nuevos” que consisten en que UTE “se niega” a acordar la realización de una prueba de desempeño porque “pretende defender en el futuro el cobro de multas” por supuestos incumplimientos.

Según la empresa coreana las turbinas “tienen un mejor desempeño” que el previsto y “UTE se beneficia, no lo contrario”, tal como lo informó El País el pasado 24 de marzo.

Las fuentes consultadas por El País -que conocen de cerca el proceso entre las partes- señalaron que UTE no muestra interés por recibir la planta.

El ciclo combinado hace bajar fuertemente los costos de generación térmica, explicaron las fuentes. Pero, UTE tiene contratos de eólica cuya modalidad implica que tiene que pagar por lo que se genere (take or pay) se use o no, por lo tanto le da prioridad a esa fuente de generación.

Según el balance 2018 del ente, en 2019 se prevé pagar US$ 189,9 millones por contratos de energía eólica.

La única salida de uso para la planta térmica, sería la exportación a Argentina y Brasil, aunque las fuentes fueron escépticas porque en el caso argentino, está firmando contratos para futuros parques eólicos a un costo menor al de UTE.

Una de las fuentes graficó que en energía solar, el descenso del precio es vertiginoso.

Ante una demanda energética que crece moderadamente, con un gran consumidor que se pensaba iba a estar y finalmente no (como Aratirí) y con la perspectiva de que una segunda planta de celulosa de UPM se autoabastecerá de energía y además venderá los excedentes a UTE, la planta de ciclo combinado solo queda como respaldo ante una menor generación hidroeléctrica y eólica.

Por ejemplo, el lunes, UTE utilizó Punta del Tigre para suplir momentos puntuales del día (con 40 megavatios) en los que la generación eólica fue menor que la prevista.

Pero, tener como respaldo una planta de este tipo, “es como tener un auto de lujo en el garaje” por si se “rompe” el auto de uso diario, graficó un informante.

Por otra parte, Hyundai desmovilizó parte de su personal técnico ubicado en Punta del Tigre, como “forma de mitigar los daños adicionales” que la compañía sufre, señaló la coreana en la ampliación que hizo a la Justicia. Los técnicos fueron enviados a Corea y Eslovaquia.

A todo esto, alguno de los organismos multilaterales que financian la obra (Banco Interamericano de Desarrollo -BID-, la CAF y el alemán KfW) mostraron preocupación por la situación y realizaron preguntas a UTE.
El País se comunicó ayer con la oficina de Casaravilla, pero este no devolvió el llamado.

Ente ganó US$ 406 millones, pero envió US$ 338,5: al fisco

En 2018 UTE dio ganancias por sexto año consecutivo, aunque menores que las de 2017 (cuando había establecido un máximo desde al menos 2003). Según el balance auditado por la consultora Stavros Moyal & Asociados, el ente tuvo utilidades por $ 13.151.939.327 (US$ 406,05 millones). En 2017 UTE obtuvo una ganancia neta por $ 14.156,8 millones (equivalen a US$ 492,1 millones). En total, en los últimos seis años, UTE ganó el equivalente a US$ 2.325 millones.

El 2012 fue el último año en que el ente arrojó pérdidas, por US$ 176,3 millones en esa ocasión.

Una de las formas habituales de analizar la ganancia es en relación al patrimonio de la empresa. Ese ratio fue de 10,3% en 2018 y había sido de 10,7% en 2017.

Si bien UTE ganó US$ 406,05 millones en 2018, parte de esas ganancias fueron a parar a Rentas Generales. Según el balance, UTE adelantó a Rentas Generales las versiones de resultados 2018 por US$ 78,5 millones, además de US$ 260 millones que vertió por ajustes al resultado de 2017 del ente. A eso, se “incluye también como versión de resultados” la transferencia del Fondo de Estabilización Energética a Rentas Generales por US$ 194 millones.

MÁS

Los paros del Sunca y otros

Según el pedido de informes que UTE respondió al diputado Abdala, la demanda de Hyundai se basa en que la conflictividad laboral y la demora en la aprobación de permisos y documentos técnicos, atrasaron la construcción de la central y por ende la perjudicaron. Para el ente, las demoras fueron, entre otros aspectos, por “una estructura de subcontrataciones totalmente inadecuada, rígida y que priorizaba el mínimo costo por encima de la gestión ágil y eficiente” por parte de Hyundai y su “planificación ineficiente y total falta de previsión para poder enfrentar eventos de retraso esperables en cualquier proyecto de gran complejidad”. A su vez, UTE le reconoció a la firma coreana 42,5 días de prórroga por causa de fuerza mayor “resultante de la adopción de medidas gremiales”.

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