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La industria nacional como un escudo del empleo

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Laboratorio Artobe. La empresa tiene 25 colaboradores en su plantilla.

TALENTOS EL PAÍS - PARA LABORATORIO ARTOBE

En un contexto desafiante, Laboratorio Artobe apostó a proteger el trabajo y hacer crecer su negocio

Laboratorio Artobe. La empresa tiene 25 colaboradores en su plantilla.
Laboratorio Artobe. La empresa tiene 25 colaboradores en su plantilla.

Redoblar la apuesta en desarrollo e innovación fue la fórmula que aplicó Laboratorio Artobe para seguir creciendo en tiempos de crisis por la pandemia del COVID-19. Lejos de retraer sus actividades, Artobe —fabricante nacional de productos cosméticos y biocidas—, continuó trabajando con todo su personal (integrado por 25 personas) y orientó sus esfuerzos a desarrollar nuevos productos, algunos relacionados con las nuevas necesidades de los consumidores generadas por la pandemia, y otros con la estrategia de largo plazo de la empresa.

Laboratorio Artobe es una empresa familiar que desarrolla y elabora cosméticos y biocidas desde 1956 y es fabricante de las marcas Primicia, Calypso y Flexuave, entre otras.

“Al ser fabricantes de biocidas como el alcohol en gel pudimos surfear muy bien esta situación y nos generó la posibilidad de incrementar la venta de un producto que era secundario para la empresa. A su vez desarrollamos otros como antisépticos para manos y superficies en spray y próximamente lanzaremos toallitas sanitizantes”, dijo Alejandro Gold, director de Artobe. Aunque estas líneas de productos lograron un crecimiento importante, el empresario cree que las principales oportunidades de negocios vendrán más adelante de la mano de nuevos productos y una apuesta consagrada a la calidad.

El escenario inédito que trajo el coronavirus no solo planteó desafíos y oportunidades a nivel productivo, sino también en la gestión del talento. La primera decisión estratégica de la compañía fue mantener a toda la plantilla. “Reunimos a todo el personal para comentar cuál era la situación y cuáles eran los escenarios posibles. Lo dividimos en dos grupos para que se tomen las vacaciones que tenían por turnos y así la empresa seguía funcionando. En abril, cuando todos se habían tomado las licencias se reintegró todo el equipo. Inclusive en Semana de Turismo, que todos los años cerramos, esta vez nos mantuvimos abiertos por el volumen de trabajo que había”, relató Gold.

La empresa optó además por incorporar a una persona a la plantilla (había sido seleccionada antes de que comenzara la pandemia). “Debe ser de las pocas que empezó a trabajar el 23 de marzo”, comentó el director de Artobe. “Esto se debió a que entre los productos de nuestra cartera está el alcohol en gel, que fue el que nos salvó de una caída más profunda y nos compensó la venta de productos de las líneas de cuidado capilar”, explicó.

La incertidumbre que trajo el coronavirus a los negocios demanda de los líderes de las empresas dar un paso al frente y actuar con transparencia de cara a la interna de la organización. Para Gold, el rol del líder es clave en esos momentos. La buena comunicación de los escenarios posibles y sus consecuencias es muy importante; mostrarse cerca y ocupándose de la situación también, agregó.

En los papeles esa política de Recursos Humanos parece ser la indicada, pero la empresa decidió dar un paso más. Así, implementó la “Encuesta de Clima Laboral en tiempo de Coronavirus” de modo de comprobar cuál era el estado de ánimo de los funcionarios y corroborar si el plan adoptado era el correcto. “El resultado fue que el personal estaba muy preocupado pero confiado”, apuntó Gold.

Producción local

Alejandro Gold dirige el laboratorio dedicado al desarrollo de cosméticos y biocidas bajo las marcas Primicia, Calypso y Flexuave.
Alejandro Gold dirige el laboratorio dedicado al desarrollo de cosméticos y biocidas bajo las marcas Primicia, Calypso y Flexuave.

Una creencia extendida en los negocios dice que la crisis es sinónimo de oportunidad. El director de Artobe adhiere. “Creo que la industria nacional fabricante de productos de consumo masivo va a tener una gran oportunidad luego de esta crisis”, aseguró.

Frente a la competencia —muchas veces de marcas multinacionales—, la apuesta pasa por “convencer a los compradores a través del producto y no solo desde la publicidad”, afirmó Gold.

La industria nacional fabricante de productos de consumo masivo va a tener una gran oportunidad luego de esta crisis”

Alejandro Gold, director de Laboratorio Artobe
Alejandro GoldDirector de Laboratorio Artobe

Para tener éxito en esa estrategia es necesario ofrecer productos de gran calidad a precios competitivos, señaló el director de Artobe. En este sentido, cree que surge una oportunidad en la nueva situación generada por la pandemia para que las marcas nacionales puedan acercarse más a los consumidores.

En esto influye una variable económica: el aumento del dólar hace que los productos de industria nacional sean más competitivos. No es el único factor en juego, argumenta el director de Artobe: “la gente es más consciente que para salir de esto debemos darle más oportunidades a lo nacional, no solo por el trabajo que genera en esa empresa sino por lo que derrama hacia otras compañías proveedoras de insumos y servicios”.

La sustitución de productos nacionales por otros importados llevó a que muchas empresas nacionales dedicadas a la fabricación desaparecieran o se reconvirtieran a importadores. Ese cambio, recordó Gold, ha ocasionado una pérdida masiva de puestos de trabajo en los últimos años. Por eso, está convencido de que “para salir de esta crisis es fundamental volver a producir acá, no solo lo proveniente del agro o la tecnología, que ocupan el principal interés del Estado, sino también en otros productos que generan abundante mano de obra”.

Innovación y calidad

Para poder competir con productos de otros países que multiplican en escala y tecnología a la industria local, es necesario apelar a la imaginación, la innovación y estar dispuesto a invertir en desarrollo.

En línea con esa visión, Artobe participó el año pasado en un programa del Centro de Extensionismo Industrial (CEI) para incorporar prácticas de innovación en la empresa. “Percibíamos que copiábamos lo que venía de afuera en lugar de desarrollar productos para nuestro público”, valoró Gold.

La empresa se propuso entonces adoptar una actitud más proactiva: comenzó a estudiar qué quieren las consumidoras uruguayas de productos cosméticos y fue así como descubrió que además de la calidad y la eficacia del producto, también quieren tener mucha información sobre los componentes y sus efectos, así como sobre la sustentabilidad y el cuidado del medio ambiente. En base a estos hallazgos la compañía puso manos a la obra y desarrolló dos acciones concretas. Por un lado, colocó códigos QR en los envases de sus productos para que el consumidor pueda acceder a toda la información en el mismo lugar de la decisión de la compra. Por otra parte, desarrolló un producto “amigable con el medio ambiente” que no genera desechos plásticos: se trata de un champú sólido, que llegará al mercado en los próximos días, anticipó el director de Artobe.

La innovación necesita de la calidad. En ese aspecto, el laboratorio está certificado con las Normas ISO 9001-2015 por UNIT. Ese compromiso abarca al desarrollo de los productos, pero también implica al equipo de la empresa. Los colaboradores realizan capacitaciones permanentes además de seguir normas de funcionamiento preestablecidas, destacó Gold. “Contamos con personal idóneo que realiza capacitaciones periódicas en distintos temas relacionados a la calidad y la seguridad”, remarcó.

Con estas acciones, el laboratorio refuerza su compromiso con una gestión profesional de sus recursos humanos. Es que más allá de sectores y escala de las organizaciones, cultivar el talento es una buena práctica que tiene que estar en el ADN de las empresas.

Personal con baja rotación

El personal de Artobe lo integran 25 personas (la mitad de ellos, mujeres); el 70% son mayores de 35 años. Gold dice que la rotación no es un problema: el 80% de la plantilla trabaja allí hace más de cinco años. Sin embargo, admite que preferiría cierta movilidad: “Hacer un trabajo que es bastante repetitivo durante muchos años puede ser desmotivante” a largo plazo. A la hora de reclutar talento, prioriza que el candidato sea “buena persona” y tenga “hábitos de trabajo”.

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