En los primeros nueve meses de 2014, la industria utilizó el 69% de su capacidad instalada, un ratio similar al registrado en igual trimestre de los últimos cuatro años.

El informe elaborado por la Dirección de Estudios Económicos de la Cámara de Industrias (CIU), sostiene que los principales impedimentos para no aprovechar la capacidad potencial de producción fueron los "aspectos vinculados a la competitividad", tanto en el mercado externo como en el interno, como las restricciones al ingreso de productos nacionales impuestas por el gobierno argentino.

Este motivo fue declarado principalmente por las empresas pertenecientes a las agrupaciones Alimentos, Bebidas y Tabaco, y Químicos y Plásticos.

Además, una importante proporción de empresas respondieron que "no es más rentable operar a la máxima capacidad de producción" y señalaron que los altos costos de la energía, el bajo tipo de cambio y los precios de venta son factores que "deterioran" la rentabilidad del sector industrial.

Además, se destaca nuevamente la baja proporción de encuestados que señalaron "paros o huelgas" como motivo para producir por debajo de la capacidad instalada, según el estudio.

En tanto, si se compara el nivel de la capacidad ociosa industrial de los países de la región con el registrado en el sector manufacturero uruguayo durante el tercer trimestre del año, se observa que la misma evolucionó de forma diferente.

Mientras que las industrias de Argentina y Brasil presentaron una reducción de la utilización de la capacidad instalada, en el caso de la industria nacional el indicador permaneció estable. Esta disparidad responde a que la producción industrial de Argentina y Brasil se mostró más afectada que la actividad manufacturera local, según la CIU.

Por último, la encuesta destaca un aumento en la brecha del ratio de utilización de la capacidad instalada en los sectores manufactureros de los países de la región, ya que la industria de Brasil alcanzó un registro superior en 13 puntos porcentuales a la de Uruguay y de 11 puntos porcentuales por encima de la de Argentina.

Menos competitividad