La economía global y la situación regional están planteando retos y riesgos significativos para una economía pequeña y abierta. Las autoridades son plenamente conscientes de estos desafíos; sin embargo, al mismo tiempo, están muy confiadas en los pilares del país y la ruta prevista", ese fue el mensaje que dio ayer el equipo económico uruguayo ante los otros 187 países miembros del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Ese camino, incluye "la prudencia fiscal (según lo establecido en el Presupuesto de cinco años que ya fue enviado al Parlamento para su consideración y que da estricta prioridad a la educación, salud e infraestructura mientras que apunta un camino estable de la deuda pública con respecto al Producto Interno Bruto del país), tipo de cambio flexible (con intervenciones eventuales destinadas a suavizar la volatilidad excesiva y evitar que los movimientos temporales o sobre-reacciones puedan crear algunas distorsiones permanentes); y la coherencia entre todas las políticas, incluidas las políticas fiscales, monetarias y de ingresos".

Esa declaración fue leída ayer en la reunión del Comité Monetario y Financiero Internacional del FMI que se celebró en Lima como cierre de la asamblea anual de ese organismo y del Banco Mundial.

El encargado de hacerlo, fue el ministro de Economía de Argentina, Axel Kicillof, ya que ese país tiene la titularidad de la "silla" en el comité (compartida con Bolivia, Chile, Paraguay, Perú y Uruguay).

El discurso contiene un apartado sobre cada país preparado por la delegación correspondiente, que en el caso uruguayo encabeza el ministro de Economía, Danilo Astori.

Uruguay remarcó que "la inflación ha sido mayor de la prevista", de hecho está en 9,14% en 12 meses a septiembre cuando la meta es entre 3% y 7%. Reducirla es una "prioridad clave para el gobierno, para el que la postura de la política monetaria ha sido contractiva como parte de las baterías desplegadas para combatir la inflación", se afirmó.

"Las autoridades reiteran que este combate debe ser coherente con los desafíos del nuevo escenario económico, tratando de mantener la competitividad del país y el equilibrio macroeconómico en sus múltiples dimensiones", agregó el país a través de Kicillof.

"Las economías emergentes se enfrentan a circunstancias muy difíciles; los precios de las materias primas han disminuido considerablemente; algunos países están exhibiendo desaceleraciones económicas agudas o recesiones; las monedas locales están sufriendo enormes presiones de depreciación; y las posiciones fiscales están bajo estrés", evaluó el gobierno uruguayo.

Si bien "Uruguay no está aislado de los riesgos", indicó el gobierno, "los acontecimientos han sido reflejo del considerable desacoplamiento que Uruguay ha experimentado en la última década, sobre todo de sus dos vecinos más grandes", añadió la declaración transmitida por Kicillof.

"El PIB de América Latina y el Caribe disminuirá en 2015 por primera vez en décadas. Sin embargo, el PIB de Uruguay se prevé que crezca entre un 2% y un 2,5% este año (durante el primer semestre de 2015, la actividad económica del país se expandió un 2,2% respecto al mismo período de 2014)", recordó.

Los otros aspectos que destacó Kicillof en nombre de Uruguay, fueron "la diversificación" de las exportaciones en términos de "mercados y productos", el comportamiento "sobresaliente" de la inversión extranjera "en comparación con la evolución observada en la región y con la historia del país donde la inversión constituyó su talón de Aquiles" y el hecho de que "en medio de un escenario regional complejo, en el que, por ejemplo, Standard & Poors rebajó la nota de la deuda soberana de Brasil, la de la deuda pública de Uruguay fue mejorada".

A su vez, hizo hincapié en que "la solidez financiera es una fortaleza fundamental para Uruguay, que puede discernirse en varias dimensiones".

En ese sentido el gobierno recordó que "actualmente, el plazo medio de vencimiento de la deuda del gobierno central de Uruguay es de 15 años y medio (el doble de lo que era hace una década), la porción de la deuda en moneda extranjera es del 52% (era 88% en 2005)" y que "sólo un 6% de la deuda está a tasa de interés variable (cuando era 22% hace 10 años)".

Por último se mencionó que "durante la última década, Uruguay tuvo un período de crecimiento robusto, pero, más importante aún, esta expansión ha llegado con enormes logros sociales. La pobreza ha disminuido considerablemente y la lucha contra la desigualdad ha logrado avances significativos".

"Claramente, la economía mundial y regional ha cambiado considerablemente este año planteando importantes desafíos. Sin embargo, como se señaló, Uruguay se enfrenta a ellos desde una posición de fuerza y, la economía del país seguirá creciendo, admitiendo" que lo hará a "tasas más bajas en los próximos años" se dijo y se concluyó que es "firme intención, seguir avanzando en temas sociales, por lo que es esencial mantener políticas prudentes y continuar con la transformación estructural".

El comunicado final de la reunión del Comité Monetario y Financiero Internacional del FMI remarcó que "la incertidumbre y la volatilidad de los mercados financieros han aumentado, y las perspectivas de crecimiento a mediano plazo se han debilitado". También se han incrementado "los riesgos para las perspectivas mundiales" y "muchas economías de mercados emergentes están expuestas a condiciones de financiamiento más restrictivas, menores entradas de capitales, y presiones sobre las divisas en medio de alto endeudamiento del sector privado en moneda extranjera", indicó. Agregó que "es bienvenido el reequilibrio en curso en China hacia un crecimiento más sostenible" y que "es necesaria la vigilancia respecto a los desafíos externos que puedan surgir".

Remarcó que el combate debe hacerse manteniendo competitividad