Publicidad

En medio de la “guerra comercial” con EE.UU., China incita a Uruguay a negociar un acuerdo comercial

Compartir esta noticia
Expertos debaten en Montevideo sobre desafíos y oportunidades de un acuerdo comercial con China. Foto: Francisco Flores

POLÍTICA EXTERIOR

Así lo manifestó ayer el consejero económico-comercial de la Embajada de China en Uruguay, Zhou Quan.

El gobierno de China, a través de su representación diplomática en Uruguay, reafirmó su intención de negociar un acuerdo comercial entre ambos países ya sea junto con el bloque del Mercosur o de forma individual.

Así lo manifestó en diálogo con El País el consejero económico-comercial de la embajada de China en Uruguay, Zhou Quan, quien señaló que su país tiene una actitud “totalmente abierta” y que “está dispuesto a negociar” un acuerdo de libre comercio con Uruguay.

Según indicó Quan, desde la postura de China “no hay ningún tipo de dificultad” que impida concretar un acuerdo comercial e incitó a que el gobierno uruguayo avance en las negociaciones.

“O tiene que negociar como un bloque o debería avanzar paralela e individualmente en ese sentido”, afirmó el diplomático en el marco del lanzamiento del Centro de Estudios China-América Latina para el Comercio y la Empresa del IEEM, la Escuela de Negocios de la Universidad de Montevideo.

En relación al tipo de producción de Uruguay, el diplomático chino recomendó que de concretarse el acuerdo comercial, el país debería enfocarse en mejorar la calidad de los productos agropecuarios y del sector agroindustrial. “En una economía mundial abierta y de integración uno no tiene que trabajar en todas las industrias si no concentrarse en las que más ventajas tienen”, manifestó al respecto.

Al día de hoy China es el principal socio comercial para Uruguay. Según los datos del Departamento de Negocios de la Universidad Católica, en el primer semestre de 2019, el saldo comercial de Uruguay con el país asiático fue positivo al totalizar US$ 144 millones.

Esto, sumado al intercambio económico y cultural entre el sector empresarial y académico de ambos países, representa para el consejero de la embajada china “algo que era impensable hace algunos años” y demuestra que “tenemos una brillante perspectiva para las cooperaciones”, indicó Quan.

Por otro lado, la “guerra comercial” que tiene enfrentados a China y Estados Unidos desde el año pasado y que se estima que impacte aún más en el crecimiento económico mundial, no debería ser -según Quan- un impedimento para que Uruguay avance en la firma de un acuerdo.

Es que según el diplomático hay “una brillante perspectiva” para las relaciones bilaterales dado que “existe una complementariedad” a nivel económico. Sobre este punto Quan explicó que tanto China como Uruguay dependen del mundo para lograr su desarrollo.

Con el objetivo de analizar los costos y beneficios de un potencial acuerdo comercial entre Uruguay y China, el economista Ignacio Munyo, explicó que la apertura comercial mejora los niveles de desarrollo de los países y dijo que para la producción uruguaya es “una necesidad vital”.

Contenedores en el Puerto de Montevideo. Foto: Fernando Ponzetto
Contenedores en el Puerto de Montevideo. Foto: Fernando Ponzetto

Al respecto dijo que el país podrá elaborar una estrategia de inserción comercial internacional a largo plazo “solo si demostramos que los costos son bastante menores y que los beneficios son gigantescos”.

Entre los principales beneficios de un acuerdo comercial con el gigante asiático, Munyo se refirió a los aranceles que al día de hoy pagan los productos uruguayos para ingresar a China (alrededor de unos US$ 120 millones anuales) y dijo que ese “monto significativo es un lujo que no nos podemos dar”.

Por el otro lado, el economista se refirió a los potenciales costos que tendría un acuerdo comercial para el país y se refirió específicamente a la pérdida de puestos laborales.

“Hay mucha producción local que naturalmente se vería en riesgo si ingresan productos en mejores condiciones sin pagar aranceles”, indicó.

Sin embargo, si bien el economista admitió que se perderán puestos de trabajo en determinados sectores -y que se necesitarán incentivos y políticas para los sectores más vulnerados-, enfatizó en que son empleos que actualmente están en riesgo debido a la automatización.

Según las cifras exhibidas por Munyo, al día de hoy, de un total de 53.000 empleos ocupados en sectores que potencialmente competirían con productos chinos, ya se perdieron 16.000. Eso representa alrededor de un 4% de la población ocupada en Uruguay y una gran parte está concentrada en los rubros maquinaria, vehículos, plásticos y prendas de vestir.

“Ya estamos perdiendo. Seguimos teniendo el mismo nivel de protección, es decir que estamos perdiendo sin ganar nada”, sentenció el economista.

Por último, Munyo enfatizó en que “hay una enorme oportunidad para el país” si se concreta el acuerdo con China, pero advirtió que “es un tema complejo” para lograr que se debata a nivel público.

Para el especialista en negocios con China, Nicolás Santo, el ascenso del gigante asiático “es la tendencia global más importante de los últimos años” y dijo que Uruguay debería prepararse para “estar a la altura”.

Es por esto que, según indicó Santo, el Centro de Estudios China-América Latina del IEEM buscará ser un espacio para desarrollar un “enfoque sistémico” entre ambos países, tanto en materia comercial, de talento humano, científica, cultural, turística e infraestructural.

“Nuestro país aún no cuenta con una estrategia para China que nos permita definir con claridad qué es lo que pretendemos de esta relación”, concluyó Santo.

“Innovar para sobrevivir”

Para lograr el desarrollo de Uruguay a partir de la apertura comercial, el economista Ignacio Munyo dijo que hay dos canales para hacerlo: por un lado, mejorar la complejidad de la producción y por otro lado, mejorar la calidad. “Cuanto más complejo es lo que se produce, más desarrollados son los países”, explicó. Sin embargo, ambas estrategias requieren de la innovación. De acuerdo al economista, Uruguay está actualmente “en la mitad de la tabla” del índice global de innovación, acorde con su nivel de apertura comercial. “Los países más abiertos son los de mayor innovación” dijo Munyo y explicó que “en la medida en que un país recibe productos del exterior, los productores locales están obligados a innovar para sobrevivir, genera una presión fundamental”.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad