INE

En junio, cuarto mes desde que se confirmaron los primeros casos de COVID-19, la tasa de desempleo —personas desocupadas respecto a la población económicamente activa— subió a 10,7%. En mayo el indicador había sido 9,7%, por lo tanto, el aumento fue de un punto porcentual.

El 10,7% es el dato más alto desde agosto de 2006 —cuando había sido 10,68%—, es decir, en 14 años. Se debe tener en cuenta que en febrero de 2020 el desempleo se ubicó en 10,5%.

Sin embargo, desde que llegó la pandemia es el primer mes en el que sube el desempleo. El indicador en marzo (10,1%) fue inferior a febrero. Incluso bajó a 9,7% en los dos meses siguientes.

No obstante, el 28 de julio el ministro de Trabajo, Pablo Mieres, expresó que cuando “uno mira el indicador dice: ‘caramba, el desempleo no aumentó; pero es una situación oculta”. En ese momento explicó que, al ver los otros datos del mercado, se estima que la desocupación “debería trepar al 14% o 15%”.

Desde que llegó el COVID-19, la tasa de desempleo no se comportó de igual manera en hombres y mujeres. Por un lado, en los varones el indicador bajó 0,9 puntos porcentuales (de 9,8% en marzo a 8,9% en junio). Por otro lado, en las mujeres aumentó 2,3 puntos porcentuales (de 10,5% en marzo a 12,8% en junio).

La tasa de empleo —porción de personas empleadas con respecto a la población en edad de trabajar— tuvo un incremento de 0,7 puntos porcentuales con respecto al mes anterior. El índice marcó 53,6% y en mayo había sido 52,9%. Los datos fueron divulgados este viernes por el Instituto Nacional Estadística (INE).

Si se observa la tasa de actividad —porcentaje de la población en edad de trabajar que trabaja o busca empleo— también creció. Fue 60% y en relación a mayo (58,6%), aumentó 1,4 puntos porcentuales.

Aclaración: una versión previa de esta nota decía que la tasa de desempleo en junio es el dato más alto desde 2007. Sin embargo, esto no es así. Es es valor más alto desde agosto de 2006. A nuestros lectores y los involucrados pedimos las disculpas del caso.