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El momento y el cómo, las claves del ajuste fiscal

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Danilo Astori. Foto: Reuters
Uruguay's Economy Minister Danilo Astori gestures during a news conference to announce economic measures at the Uruguayan Presidential building in Montevideo, May 23, 2016. REUTERS/Andres Stapff URUGUAY-ECONOMY
ANDRES STAPFF/REUTERS

El timing, la suba de tarifas y las opciones para hacerlo suponen efectos a nivel de la actividad.

El gobierno comenzará 2017 con un ajuste fiscal que busca reducir el déficit —actualmente en 3,5% del Producto Interno Bruto (PIB)— en un punto del PIB para 2019, a eso sumará un ajuste de tarifas públicas (electricidad, telefonía, combustibles y agua) de entre 7,5% y 8,2% que le servirá para no deteriorar las cuentas del lado de las empresas estatales.

En la triada económica, con una actividad que parece recuperar algo de dinamismo —creció 1,1% desestacionalizada en el tercer trimestre, la mayor expansión en dos años y tres meses—y una inflación que se moderó (a 8,1% en los 12 meses a octubre después de llegar a 11% en mayo—, el enfoque del gobierno es mejorar la situación fiscal.

¿Tenía otra opción el gobierno para que no se le sumara el ajuste de impuestos y gastos al tarifario? ¿Podía hacer un ajuste fiscal diferente? Para ambas, la respuesta es sí. La suba de tarifas, ¿puede calificarse de tarifazo? No.

Argumentos.

"No hay tarifazo... hay inflación. Suba de (tarifas en) enero mantiene ingresos reales de las empresas públicas", señaló en su cuenta de Twitter el socio de Deloitte, Pablo Rosselli.

Esto es, las tarifas aumentarán en línea con la suba general de precios del consumo. El gobierno podría haber optado por subir menos las tarifas —empresas como UTE o Antel tienen "espalda financiera" para hacerlo—, pero eso arriesgaría la "pata" que hoy luce más frágil de la triada económica: las cuentas del Estado.

Para el economista Ignacio Munyo, "el tarifazo es necesario para financiar un gasto público que creció 80% en términos reales desde 2006, cuando el PIB creció menos del 60%".

El caso más cuestionable es el de Ancap, que tuvo un año entero con el petróleo por debajo de la referencia sin trasladar esa baja al precio del combustible. De hecho, al compararlo con la paridad de importación (lo que saldría el combustible puesto en surtidor si se importara directamente) el ahorro para el consumidor habría sido de US$ 275 millones en ocho meses del año.

En cuanto al ajuste fiscal que comenzará a regir el 1° de enero, está compuesto por dos partes: suba de impuestos y reducción de gastos. Los impuestos que suben son el IRPF (rentas del trabajo y del capital), IASS e IRAE. En el caso del IRPF, la suba no corre para aquellos que pagan menos. Además habrá dos puntos de baja de IVA para compras con medios de pago electrónicos (lo que reducirá la recaudación). Ese combo, el gobierno espera que le rinda unos US$ 335 millones netos en mayor recaudación. Por otro lado, la reducción de gastos, le supone unos US$ 125 millones.

El gobierno tenía otros "mix" para el ajuste fiscal. Una posibilidad era cargar más la reducción de gastos y menos la suba de impuestos, así el mayor peso de la corrección fiscal habría caído sobre el sector público y no sobre el privado.

Sin embargo, en el gobierno reconocen que eso no hubiera pasado la interna legislativa del Frente Amplio.

Pero, esto supone un riesgo de complicar la recuperación de la economía. Un artículo del Centro para la Investigación en Política Económica (CEPR por su siglas en inglés) en Londres, señala que "la composición de los ajustes fiscales es mucho más importante que el estado del ciclo (económico) para determinar el efecto en la producción. Los ajustes fiscales basados en recortes de gastos son mucho menos costosos en términos de pérdidas de producción a corto plazo, que los basados en aumentos de impuestos. Los ajustes basados en aumentos de impuestos están asociados con recesiones grandes y prolongadas, ya sea que el ajuste comience en una recesión o no".

La otra opción de ajuste fiscal, era una suba de tarifas durante 2016 que le aportara US$ 460 millones. Con eso no se le juntaría el ajuste con la suba de tarifas, aunque habría tenido dos aumentos en un semestre: un "tarifazo".

La disputa que se viene: la rendición de cuentas.

"Sin establecer pronósticos autocomplacientes, esta cifra (de crecimiento económico en el tercer trimestre) supera nuestras expectativas", dijo el ministro de Economía, Danilo Astori y remarcó: "hay que evitar la autocomplacencia". El mensaje es para la interna del Frente Amplio. Con una economía que crecerá más de lo previsto, el riesgo para Astori es que en el FA pidan aumentar el gasto en la Rendición de Cuentas 2017 y den por tierra con el ajuste fiscal.

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Danilo Astori. Foto: Reuters

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