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La operación de US$ 1.000 millones que despeja vencimientos de deuda del próximo gobierno

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Astori. Foto: Fernando Ponzetto.

POLÍTICA DE ESTADO

El Ministerio de Economía y Finanzas concretó ayer una operación de deuda por un monto levemente superior a los US$ 1.000 millones, que permite despejar parte de los vencimientos de deuda del próximo período de gobierno.

Si hay algo en lo que Uruguay tiene una verdadera política de Estado, es en el manejo de la deuda. Ayer, el gobierno concretó una operación que permite despejar parte de los vencimientos de deuda más grandes que tendrá quien sea presidente a partir del 1° de marzo próximo.

El momento elegido para realizar la operación permitió aprovechar tasas de interés bajas a nivel internacional. Si bien la crisis financiera que vive Argentina llevó a que la operación fuera en dólares en vez de moneda local (ver aparte), no impidió que Uruguay lograra emitir a tasas atractivas.

En la mañana de ayer, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) anunció una operación simultánea de deuda en dólares, de recompra de títulos con vencimiento en 2022 (con un circulante de US$ 522,6 millones), en 2024 (US$ 1.134,1 millones) y en 2027 (US$ 1.872,6 millones), canje de esos títulos por otros ya emitidos con vencimiento en 2031 (fue colocado en enero de este año por US$ 1.250 millones) y 2055 (fue colocado en abril de 2018 por US$ 1.750 millones) y reapertura de estos dos últimos.

¿Qué implica esto? El MEF reabrió los bonos con vencimiento en 2031 y 2055 (es decir emite más deuda en esos títulos) por un lado para obtener “dinero fresco” (hacer “caja”, a través del bono a 2055) y por otro para ofrecérselos a los inversores a cambio de los títulos que vencen en 2022, 2024 y 2027. Además, a los inversores que tienen los títulos de corto plazo, el MEF les ofrecía recomprárselos.

En la teoría, disminuyen los vencimientos de deuda de corto plazo y aumentan los de largo plazo. En la jerga financiera se le denomina reperfilar la deuda.

“La operación es buena porque reperfilás la deuda, dejás más tranquila la cancha hacia adelante” dijo a El País el director de WealthMan corredor de bolsa, Nicolás Coccino.

Resultados preliminares.

En la tarde de ayer se conocieron los resultados preliminares de la operación.

El director de la Unidad de Gestión de Deuda del MEF, Herman Kamil dijo a El País que la emisión total (reapertura de los bonos 2031 y 2055) fue “levemente por encima de los US$ 1.000 millones, todavía hay que afinar bien el monto”.

La demanda total entre efectivo y pedidos de canje alcanzó a US$ 2.000 millones, señaló.

Si bien en otras ocasiones la demanda fue mayor (esta vez duplicó lo ofertado), hay que tener en cuenta que fue un día particular en los mercados financieros globales con una caída del dólar (ver nota en esta página).

De los poco más de US$ 1.000 millones colocados, US$ 760 millones corresponden al bono con vencimiento en 2055 y el resto al título con vencimiento en 2031, indicó Kamil.

A su vez, de los poco más de US$ 1.000 millones, “aproximadamente entre 45% y 50%” corresponde a recompra y canje por títulos con vencimiento a 2022, 2024 y 2027, agregó.

Todavía no está el detalle de cuánto corresponde a cada bono. Lo que sí sabe el MEF es que retiró cerca de US$ 500 millones de deuda de corto plazo entre recompra y canje.

El objetivo de la operación “tenía un componente muy importante de manejo de pasivos” ya que al emitir deuda en dólares, se buscaba no incrementar la dolarización del endeudamiento total por la vía de canjear buena parte de los títulos por otros en la moneda estadounidense, explicó el director de la Unidad de Gestión de Deuda del MEF.

Para Kamil un dato relevante es que “tanto el (bono a) 2031 como el (título a) 2055 están cotizando muy por encima de la par”. Eso, simplificado, implica que si por ejemplo el título cotiza a US$ 116, por cada US$ 100 que se emiten del bono reabierto se reciben US$ 116. “Es una ganancia financiera importante” para el país, destacó Kamil.

El hecho de que el bono tenga un precio mayor a que cuando salió originalmente, se da ante un diferencial de tasas entre los títulos uruguayos y los del Tesoro de Estados Unidos a un plazo similar (considerados los más seguros del mundo) relativamente estable y una baja en la tasa de interés de referencia en Estados Unidos.

Originalmente, el diferencial fijado por el MEF sobre el rendimiento de un título estadounidense de vencimiento similar fue de 215 puntos básicos para el título a 2055 y finalmente se anunció que fue de 200 puntos básicos.

Eso es pura teoría de juegos. En una emisión, el gobierno comienza con un diferencial sobre el bono de referencia un poquito más alto del que en realidad se quiere pagar para concitar mayor interés de los inversores. Luego, al haber buena demanda, se puede bajar ese diferencial que se paga por sobre el rendimiento.

En el caso del título a 2031, el MEF abonará 151 puntos básicos por encima del retorno de un título estadounidense a plazo similar, cuando en enero ese bono se colocó 175 puntos básicos por encima del retorno de su par estadounidense.

Alguien puede preguntarse, si el gobierno tiene un exceso de demanda ¿por qué no baja más la tasa a pagar? La respuesta es: para no reducir mucho la base inversora. Un aspecto clave es tener diversificados a los inversores tanto por región como por tipo de inversor (los que van a quedarse con el bono por un buen tiempo y aquellos que van a venderlo más rápido). Eso hace que sea más fácil que haya mercado secundario (compra y venta) de esos títulos.

¿Por qué fue en dólares?

Según Coccino, en principio el gobierno trabajó para emitir en pesos nominales o en Unidades Indexadas (UI) en los mercados internacionales, pero las elecciones PASO en Argentina “cambiaron todo el sentimiento hacia los mercados emergentes”. En tanto, Kamil, director de la Unidad de Gestión de Deuda del MEF, señaló que en las últimas semanas se mantuvieron “reuniones con grupos grandes de inversores (institucionales) del exterior” donde se presentaron los datos de la economía uruguaya y se “exploraron sus preferencias” a la hora de invertir en deuda. En ese sentido, señaló que debido al “ambiente regional” no había avidez por deuda en moneda local, o al menos no a tasas de interés que fueran razonables para el gobierno.

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Danilo Astori

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