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¿Cuál es el plan de Ancap para que ALUR deje de ser un costo en el combustible?

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Cañero trabajando en plantación en Bella Unión. Foto: Archivo El País

ESTRATEGIA

Alejandro Stipanicic explicó los cambios impulsados por el nuevo plan quinquenal. Habrá modificaciones en la forma de pagos, en el rendimiento agrícola y otros costos ajenos a la producción.

En búsqueda de dar certezas, estabilidad e incentivos para la producción eficiente de caña de azúcar, Ancap, a través de Alcoholes del Uruguay (ALUR), presentó su plan quinquenal de sustentabilidad en Bella Unión.

Alejandro Stipanicic, presidente de Ancap, explicó en conversación con El País, que este plan está relacionado con el cambio de paradigma que se pretende para ALUR.

“El balance de ALUR tendría que dar siempre cero, ese sería el óptimo. Si da una ganancia, es pérdida para Ancap. Lo que le hemos fijado a la gerencia de ALUR para este año, es que toda la ganancia que genere tiene que ser por otros negocios o ahorros, pero no puede ser por los precios que le pague Ancap por los biocombustibles. Eso también es un cambio de paradigma”, afirmó Stipanicic.

Agregó que “hasta ahora era necesario que ALUR diera una buena ganancia, porque con ella se justificaba su existencia. Nosotros nos sentamos con la gerencia y les dijimos que es un centro de costos, es un costo más de la refinería, por lo tanto tiene que ser el menor posible. Vamos a buscar el objetivo de que ALUR gane plata, más allá del cero, por otros negocios como la harina proteica, la electricidad, venta de leña u otros. Que sea por algo diferente a los biocombustibles, que tienen que dar cero”.

Este plan que aún está en negociaciones, plantea cambios en el modelo de pagos y en el modelo de financiamiento a los productores. Incorporando el reconocimiento de rendimiento agrícola, la variable del precio internacional del azúcar, factores que “uruguayicen” el precio internacional, el flete y un tope en el pago de gastos administrativos.

La forma de pago a los productores “tiene dos patas, lo que se le paga al productor por el azúcar que le da al ingenio y los costos que le reconoce ALUR al productor por fuera de su producción”.

En cuanto al pago que se le efectúa al productor por la caña de azúcar producida, se generó la fórmula basada en las siguientes variables: el “precio del azúcar en mercado internacional puesto en Bella Unión”, la “participación de precio de la caña en el precio del azúcar en Brasil”, el “factor de localización que tiene en cuenta el cultivo en Uruguay”, el “ratio de rendimiento del productor respecto al rendimiento mínimo esperado” y el “factor de ajuste, el cual se plantea decreciente en la duración del contrato (5 años)”.

El precio del azúcar en el mercado internacional puesto en Bella Unión multiplicado por la participación del precio de la caña en el precio del azúcar en Brasil, conformaría el precio internacional de la materia prima puesta en Uruguay. A su vez, el factor de localización que tiene en cuenta el cultivo en Uruguay, corrige el valor anterior a las condiciones climáticas del país.

Stipanicic explicó que “el rendimiento que establecemos como mínimo, es de 6.300 kilos por hectárea de azúcar. Nosotros aspiramos que el promedio esté más cerca de los 6.800 kilos por hectárea”, Agregó a esto que pretenden “darle un premio al que sea más eficiente”.

Este rendimiento mínimo, surge de estudios de los últimos años relativos a una plantación estándar chica poco eficiente, según Stipanicic, donde afirmó que hay productores que están por debajo de los 4.900 kilos por hectárea.

Alejandro Stipanicic, presidente de Ancap. Foto: Leonardo Mainé
Alejandro Stipanicic, presidente de Ancap. Foto: Leonardo Mainé

En cuanto a estos bajos rendimientos, sostuvo que “algunos productores entienden que el dinero que paga ALUR es más un sueldo que un anticipo por el producto. Entonces, cobrando ese sueldo, no se preocupan tanto por la producción”.

Conforme a los costos que ALUR reconoce por fuera de la producción, uno de ellos es el flete, “que siempre fue muy polémico porque estaba metido en las paramétricas de los costos de producción de la cosecha. Se calculaba en base a un promedio de distancia de 15 kilómetros, entonces aquellos que estaban más lejos les pagaban un flete más chico y los que estaban a menos se beneficiaban. A partir de esta zafra, vamos a pagar por los kilómetros reales”, según Stipanicic.

Otro costo fuera de la producción que será modificado, son los gastos administrativos.

“Topeámos los gastos administrativos, desde algún impuesto hasta el contador que tengas que tener. El tema es que estos se pagaban por hectárea, entonces cuando tenías un productor con un establecimiento grande, ganaba muchísimo por los gastos de administración. En vez de que la producción fuera la que pagara, ganaban por escala. A partir de este año, los gastos de administración van a quedar topeados, a partir de cierto monto”, afirmó el presidente de Ancap.

Otros costos que reconoce ALUR son la bonificación de la semilla, que aplicará a productores hasta cierta cantidad de hectáreas y el beneficio de fin de zafra, el cual es “un resabio de las viejas épocas”.

Alcoholes del Uruguay (ALUR). Foto: alur.com.uy
Alcoholes del Uruguay (ALUR). Foto: alur.com.uy

Modelo de financiamiento.

“Vamos a hacer franjas de financiamiento, hicimos la superficie real de la zafra anterior y el rendimiento real, por tanto para superficies de tantas hectáreas con determinado rendimiento, les pagamos el 100% del financiamiento. Para superficies de tantas hectáreas con menos rendimiento le pagamos menos, hasta llegar a una franja del 75% de financiamiento. Para el productor que tenga un rinde muy bajo, no vamos a correr el riesgo de incobrables para la zafra que viene. Nos aseguramos la cobrabilidad del financiamiento”, concluyó Stipanicic.

Deudores Incobrables

“Si yo te pago 100, es para que vos me des 100 y algo en producto, si me das menos me quedás debiendo. La cantidad de deudores incobrables que tiene ALUR, ronda casi la decena de millones de dólares. Productores que vienen arrastrando cuentas negativas durante varios años, es significativo. Algunos ya no trabajan con ALUR, el año pasado le dimos de baja a algunos y otros tienen una tarjeta amarilla elevada, que este año, con un seguimiento de la cosecha, nos pusimos muy exigentes con la gerencia agrícola de ALUR para que haga visitas y documente las mismas, de forma tal que si no llega al rinde comprometido, quede bien registrado qué fue lo que hizo mal el productor o qué hizo mal el asesoramiento de ALUR”, afirmó Alejandro Stipanicic.

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