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La preocupación fiscal que no se ve en los números

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El CEF se relaciona con el Poder Ejecutivo a través de él. Foto: Fernando Ponzetto

Gasto público

El gobierno menciona varias veces riesgo de no corregir déficit.

El informe económico-financiero que acompaña el proyecto de ley de Rendición de Cuentas que el Poder Ejecutivo envió al Parlamento, menciona en varias ocasiones la importancia de cuidar la sostenibilidad fiscal y de reducir el déficit.

Hubo "un marco de manejo prudente de las cuentas fiscales, en el que la sostenibilidad fue un objetivo permanente. No obstante, las cuentas fiscales del país siguen tensionadas", señaló el gobierno en una parte del informe. "La presente Rendición de Cuentas propone seguir mejorando gradualmente el resultado fiscal para converger al nivel necesario para estabilizar la deuda como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB). De esta manera, la política fiscal podrá ejercer su función de ancla de la economía, brindando el marco de estabilidad necesario para facilitar la inversión, la creación de fuentes de trabajo y el financiamiento de las políticas públicas", afirmó en otro pasaje.

"Si bien el país construyó fortalezas que le permiten transitar por una senda de disminución gradual del déficit, es relevante tener presente que de no hacerlo se estaría arriesgando la continuidad de un conjunto de políticas públicas prioritarias", explicó en el informe.

"Reducir el déficit fiscal es fundamental, por lo cual todo incremento permanente de gasto a ser incluido en la presente Rendición de Cuentas debe ser financiado enteramente con ingresos incrementales permanentes. El gobierno continúa haciendo todos los esfuerzos posibles para cumplir la meta de resultado fiscal consistente con estabilizar la trayectoria de la deuda pública", indicó en otro punto.

Toda esa preocupación del gobierno, no se traduce a los números de la Rendición.

Originalmente el gobierno se propuso llevar el déficit a 2,5% del PIB a fin de 2019. Ahora señaló que llegará a 2,9% del PIB en 2019 y el 2,5% se alcanzará un año más tarde.

Sin embargo, esa reducción gradual no se ha visto. A fin de 2015 el déficit fiscal era de 3,6% del Producto, al cierre de 2016 era 3,8% del PIB y a fin de 2017 fue 3,5% del PIB.

El déficit de las cuentas públicas alcanzó a 4% del PIB en los 12 meses cerrados a mayo. Si bien parte del aumento en los últimos meses es por factores puntuales (compra de petróleo), otra parte no lo es.

Por otro lado, el gobierno basa parte del financiamiento del gasto adicional de esta Rendición de Cuentas en el mayor crecimiento de la economía que redundará en más ingresos para el Estado.

El gobierno considera que son ingresos "permanentes" pese a que el propio informe dice que se proyecta que la recaudación aumente "0,7% del PIB entre 2017 y 2020" con una evolución que "incorpora el efecto temporario de los shocks negativos que está recibiendo la economía en 2018, el efecto rebote esperado para 2019 con la normalización de las condiciones climáticas, y la vuelta al crecimiento tendencial para 2020".

Esa proyección, el gobierno la realiza con "el escenario internacional" de "más alta probabilidad de ocurrencia" pero que "no está libre de riesgos que de materializase implicarían un contexto más adverso para nuestro país".

Por otro lado, respecto al "gasto endógeno, se proyecta que las pasividades y las transferencias se estabilizarán en términos del PIB, como resultado de la moderación del crecimiento del número de pasivos y de la finalización del proceso de incorporación de colectivos al Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS)".

El MEF estimó que las pasividades que pasaron de 9,4% del Producto en 2015 a 9,5% del PIB en 2016 a 10% en 2017, quedarían en 10% del Producto durante tres años seguidos en 2018, 2019 y 2020.

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