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La presión impositiva sobre los uruguayos: ¿cuánto es y cómo se compara con otros países?

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Renta: la mayor recaudación de tributos sobre la renta explica que Uruguay avance en el ranking. Foto: archivo El País

TRIBUTACIÓN

El informe “Estadísticas tributarias en América Latina y el Caribe” con datos hasta 2018 analizó la situación en 26 países de la región.

La presión tributaria de Uruguay aumentó levemente, pero aún así perdió un puesto a nivel de América Latina y el Caribe entre los países con mayor peso de los impuestos en la economía. También sigue por debajo del promedio de países desarrollados que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

Esto se desprende del informe "Estadísticas Tributarias en América Latina y el Caribe 2020" divulgado esta semana (con datos hasta 2018), que analizó la situación en 26 países.

El trabajo fue realizado en conjunto por el Centro Interamericano de Administraciones Tributarias (CIAT), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Centro de Política y Administración Tributaria de la OCDE y el Centro de Desarrollo de la OCDE.

De los 26 países analizados, tres son miembros de la OCDE: Chile, Colombia y México. El informe aclara que en el promedio de la OCDE no se incluyó a Colombia, ya que ingresó al organismo recién el pasado 28 de abril.

¿Qué se entiende por presión tributaria y presión fiscal equivalente? “Es el monto de recursos monetarios que un determinado país logra captar a partir de la aplicación de un conjunto de diferentes impuestos y otros instrumentos similares los cuales, en general, constituyen la base fundamental de financiamiento del Estado. De manera convencional, este indicador suele estar expresado con relación al Producto Interno Bruto (PIB) de cada país para asegurar una unidad de medida comparable”, dice el informe sobre la presión tributaria.

Pero, “por una serie de distintos factores, la importancia de los sistemas tributarios puede verse relativizada cuando existen otras fuentes alternativas de recursos públicos o distintas configuraciones de las funciones básicas del Estado en los distintos países” explica y agrega que la presión fiscal equivalente, además de los impuestos, toma en cuenta las contribuciones a la seguridad social (aporte personal, aporte patronal y Fonasa en el caso de Uruguay) y los ingresos por recursos naturales.

La medición según uno u otro método no cambia demasiado la posición de Uruguay en América Latina, pero sí lo acerca mucho al promedio de la OCDE.

Si se mide la presión tributaria, es decir la recaudación de impuestos en relación al PIB, en Uruguay subió de 29% en 2017 a 29,2% en 2018. Eso ubica al país 6,1 puntos porcentuales por encima del promedio de América Latina y el Caribe (23,1% del PIB), pero por debajo del promedio de la OCDE (34,3% del PIB).

En esta medición, Uruguay está 5º en la región por detrás de Cuba (42,3% del PIB), Barbados (33,1% del PIB), Brasil (33,1% del PIB) y Belice (29,7% del PIB). El país todavía está por delante de Argentina (28,8% del PIB) y con gran diferencia respecto a los tres miembros de la OCDE de la región: Chile (21,1% del PIB) en el puesto 15º, Colombia (19,4% del PIB) en el puesto 18º y México (16,1% del PIB) en el puesto 21º.

Si se toma “un período más prolongado, el promedio de América Latina y el Caribe aumentó en 4,4 puntos porcentuales, de 18,7% del PIB en 2000 a 23,1% del PIB en 2018, mientras que en el mismo período el ratio de impuestos/PIB de Uruguay ha aumentado en 6 puntos porcentuales, de 23,2% a 29,2%. Desde 2000 el ratio de impuestos/PIB más alto de Uruguay fue 29,2% en 2018, y el más bajo fue 23,1% en 2002”, remarca el informe, en este último caso durante la crisis económica.

Presión fiscal equivalente

La medición de presión fiscal equivalente, que considera las contribuciones a la seguridad social, para el caso de Uruguay era de 33% del PIB en 2018 y el país se ubicaba 4º en la región por detrás de Cuba (42,3% del PIB), Brasil (35% del PIB) y Barbados (33,2% del PIB). El promedio de presión fiscal equivalente en América Latina era de 24,4% del Producto y el de la OCDE de 36% del PIB.

Según el informe, “tomando como referencia la última actualización de esta base de datos que llegaba al año 2015, los países que más retrocedieron en el ranking regional de la variable presión fiscal equivalente son Bolivia, Trinidad y Tobago, Argentina y Paraguay. Al contrario, destacan los avances de Uruguay consolidándose como uno de los países de mayor recaudación tributaria de región, como resultado de un aumento sustancial de la recaudación de impuestos sobre la renta, especialmente del gravamen aportado por personas físicas. Adicionalmente, el promedio regional se ha visto incrementado por la incorporación de países tales como Cuba, Guyana y Jamaica dentro de la base de datos de la presión fiscal equivalente”.

Al comparar la presión fiscal equivalente con la OCDE por tipo de impuesto, “el mayor acercamiento se ha producido en IVA, donde a nivel regional se recauda prácticamente al mismo nivel de la OCDE e incluso para el Caribe y los países del Cono Sur como Argentina, Brasil, Chile o Uruguay, la recaudación sobrepasa a la de varios países desarrollados”, apunta el informe. “En contribuciones a la seguridad social sobre el PIB, en cambio, las brechas entre América Latina y el Caribe y la OCDE resultan muy evidentes. Considerando solamente las contribuciones a la seguridad social públicas, el promedio de América Latina y el Caribe representa sólo el 41,5% del valor medio para la OCDE, más allá de los significativos montos recaudados por países tales como Argentina, Bolivia, Brasil, Costa Rica y Uruguay, a un nivel similar o incluso superior de varios países de la OCDE”, añade.

“En definitiva, la cantidad real de recursos disponibles para el fisco es muy superior en el mundo desarrollado que la observada en los países de América Latina y el Caribe, especialmente cuando se consideran las cargas tributarias en relación con el tamaño de la economía y el nivel de imposición a nivel per cápita. Este tipo de comparaciones tiene implicancias al momento de vincular estas fuentes de financiamiento público con el nivel de gasto público total de cada región y cada país, y obliga a evaluar con cautela las potenciales opciones de reforma tributaria y fiscal que buscan ampliar la movilización de recursos domésticos en los países de la región”, concluye el reporte.

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