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Un problema en la construcción es la caída de la productividad

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Foto: Fernando Ponzetto
Obreros trabajando en la construccion del nuevo edificio del Liceo de Empalme Olmos, ubicado sobre la ruta 8, Canelones, ND 20160701, foto Fernando Ponzetto - Archivo El Pais
Archivo El Pais

Mientras otros sectores de la economía tuvieron un aumento, según revela un informe.

En los últimos años ha caído la productividad del factor trabajo en la industria de la construcción tanto medida por las horas trabajadas como en base a los jornales necesarios por metro cuadrado de vivienda nueva. Así lo reveló un trabajo —al que accedió El País— del Centro de Estudios Económicos de la Industria de la Construcción (Ceeic).

Los resultados de la publicación indican que la productividad aparente (producto dividido el factor trabajo) del sector se mantiene estable desde 2005 aunque por debajo de los registros de los 90, con una reducción aproximada del 10% en la comparación de 2015 con 1995 (ver gráfico). Esto contrasta con la evolución de la productividad en la economía en su conjunto, que creció 45% en los últimos 20 años.

La otra forma de medición, centrada en las viviendas, tomó información de las empresas sobre los cierres de obra y concluyó que la productividad laboral en la construcción cayó un 20% en los últimos cinco años respecto al período 1995-2010.

Horas trabajadas.

La denominada productividad aparente es un método utilizado para medir el rendimiento de la fuerza laboral y consiste en dividir el producto total de la industria entre el factor productivo trabajo. En el caso del estudio, para cuantificar la producción se usó la estimación del Producto Bruto de la Construcción (en pesos constantes) que realiza el Banco Central (BCU) y el factor trabajo se midió a través de la estimación del número de horas totales empleadas en el sector (obtenidas a partir de las horas semanales por el número de ocupados) que surgen de la Encuesta Continua de Hogares del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Este método de aproximación a la productividad engloba al sector formal e informal de la construcción, lo que resulta relevante ya que del total de 134.000 empleados contabilizados solamente el 58% realiza aportes a la seguridad social y el 60% son asalariados —el resto son trabajadores por cuenta propia y patrones—.

Los resultados del estudio indican que "la productividad aparente en la construcción sufrió una caída a fines de los 90 hasta el 2002", con una caída de 33% desde el pico de 1999 hasta 2003. En ese mismo período, el total de horas trabajadas cayó 28%, lo que "podría implicar que las empresas tuvieron cierta rigidez laboral durante la crisis, conservando más trabajadores que lo que requería la demanda en la etapa baja del ciclo".

Luego de esa etapa, el sector se reactivó y mejoró su actividad, sin embargo desde 2005 el indicador de productividad aparente se estabilizó en niveles 12% inferiores a los del período 1991-1998. Esto significa que "el aumento de producción a partir de 2005 fue acompañado por un incremento proporcional de la cantidad de trabajadores" que no se reflejó en la productividad.

Al comparar esta evolución con el resto de la economía según los registros del BCU, se observan amplias diferencias entre la construcción y los demás sectores en los últimos 20 años (ver tabla). El indicador de productividad aparente de la economía "creció sostenidamente a partir de 2005" mientras que en la construcción permaneció estable, y el rendimiento de la fuerza laboral "en el último bienio (2014-15) fue 45% superior a la registrada en 1995-96, mientras que en la construcción el indicador es 10% inferior".

Una posible razón de la menor productividad en la construcción podría ser que hubo una inversión insuficiente en bienes de capital. Pero el Índice de Importación de Maquinarias y Equipos de la Construcción (IME) que elabora el Ceeic revela un "intenso dinamismo" en la apuesta por nueva tecnología en el sector entre 2003-2013 subiendo el gasto de casi US$ 14 millones a más de US$ 205 millones. Además, el nivel de importación de maquinaria de 2013 está 200% arriba del "pico" previo registrado en 1998.

A su vez, según el BCU la inversión en capital fijo del total de la economía llegó al 22% del PIB en 2012, el mayor registró desde 1948. Estos números dejan "en evidencia que la industria de la construcción no estuvo ajena al dinámico crecimiento registrado por las inversiones" y por tanto "el deterioro de la productividad aparente no se explica por la falta de inversión en capital", concluye el estudio del Ceeic.

Viviendas.

El otro método de medición de la productividad acude a datos concretos como los registros de obra de viviendas finalizadas reportados por las empresas en el período 1995-2016. Se recabó información de 116 construcciones de 13 empresas diferentes con el detalle del tipo de obra, fecha de inicio y final, total de metros cuadrados construidos y jornales por metro cuadrado.

En este caso se identificó como medida de productividad a los jornales por metro cuadrado y se consideraron los trabajos hechos por la empresa constructora a cargo de la obra y por las subcontratadas que prestaron servicio.

Este método de medición reveló que "durante las últimas dos décadas se observa una tendencia creciente en el tiempo" de los jornales necesarios para construir un metro cuadrado de vivienda.

Para ahondar en los resultados, el estudio compara la productividad del 50% de los metros cuadrados construidos primero —50 obras que finalizaron entre febrero de 1997 y febrero de 2010— con la otra mitad edificados después —62 obras que culminaron entre marzo de 2010 y febrero de 2016—. "Una obra perteneciente al primer corte necesitó de 6,1 jornales por metro cuadrado en promedio, mientras que una obra perteneciente al segundo corte requirió de 7,3 jornales por metro cuadrado", indica el documento. Esto significa en promedio 20% más de jornales en las obras más recientes respecto a las del inicio del período, es decir que una construcción hecha "en los últimos cinco años insumió 1,2 jornales más por metro cuadrado que una realizada en el inicio del periodo".


Si no puede ver la gráfica haga click aquí

OTROS DATOS DEL DOCUMENTO

Hipótesis de por qué se da la baja

El estudio del Ceeic señaló que “una posible hipótesis” de la reducción de la productividad en la construcción “indica que, ante la necesidad de incorporar mano de obra adicional en la etapa alta del ciclo económico, las empresas recurrieron a trabajadores de menor calificación relativa, respecto a la mano de obra específica del sector. En este sentido, la reducción de la productividad de los ocupados podría ser el resultado de las características del mercado de trabajo, en especial de los nuevos entrantes al sector”. Esta hipótesis o “línea de investigación forma parte del trabajo conjunto entre el Instituto de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas y Administración y el Ceeic”, agregó el informe.

Impacto de los nuevos procesos

El estudio cuantificó el impacto de tres innovaciones tecnológicas (sistema de hormigonado, sistemas de encofrado y construcción de muros interiores) relevantes para el proceso de construcción de una vivienda. Se calculó la incidencia de estas innovaciones en los jornales totales necesarios para la construcción de un metro cuadrado, tomando como base un edificio de viviendas de 20.000 m2 del Tipo 1 del INE. Así se llegó a que “la productividad de la mano de obra en la construcción de viviendas debería haber aumentado 12,2% como resultado de la incorporación” de estos cambios. Tomando los resultados de la medición inicial, se concluye que la “brecha en la productividad de la construcción de viviendas es superior al 30%”.

El ejemplo chileno y las razones

El documento cita un estudio de la Cámara de la Construcción Chilena que midió la productividad de una empresa tipo: “Luego de estudiar la productividad laboral en la ejecución de hormigonado, moldaje y enfierradura desde 2005 a 2011, la empresa representativa registra una reducción significativa de rendimientos y ritmos de avances”. Entre las razones, menciona la alta demanda de mano de obra por el aumento de la actividad y del número de proyectos. “El stock de capital humano pasó a tener una mayor participación de trabajadores no calificados o con poca experiencia, lo que habría afectado la productividad en las obras”, concluyó el trabajo de la gremial chilena.

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