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Profundo cambio en el escenario para Uruguay

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Coronavirus catástrofe. Foto: Reuters.

TEMA DE ANÁLISIS

El canal financiero es otra vía a través de la cual la crisis del coronavirus afecta al país. Ante la incertidumbre se da un cambio de portafolio hacia el dólar.

La economía mundial se encuentra en un muy mal momento, la forma en la que el coronavirus se expande por el planeta y el impacto negativo ya comprobado sobre el nivel de actividad en China e Italia alimentan el pesimismo en el resto de los países. Como suele suceder en momentos de gran incertidumbre, hay alguna sobre reacción y el fuerte descenso en los precios de las bolsas de valores un claro ejemplo de ello. De todas formas, los efectos son serios, el mundo se enfrenta a una recesión tras una década larga de crecimiento y para nuestro país cambió drásticamente el panorama. Es que al igual que con esta nueva gripe, los más afectados son los que presentan algún tipo de debilidad.

La epidemia tuvo su epicentro en China a fines del pasado año. La primera reacción de las autoridades fue aislar el área infectada, la que fue creciendo. La prioridad claramente fue atender y cuidar la salud, pero desde el punto de vista económico ello tuvo un impacto inmediato en el sector manufacturero y los servicios, con caídas similares o aún mayores a las observadas a comienzos de la crisis financiera global de 2008.

Debido a ello las proyecciones de crecimiento de la economía mundial para el presente año se están corrigiendo a la baja. La OCDE la redujo en 0,5 puntos, de 2,9% a 2,4%. El descenso en la tasa de crecimiento esperada es particularmente fuerte en China donde se estima que la economía se expanda en 4,9%.

Este enlentecimiento repercutió rápidamente en el comercio mundial ya que China no sólo es la segunda economía mundial y por ende gran demandante de bienes desde el resto del mundo, sino que también es una gran exportadora, fundamentalmente de insumos intermedios.

Al aislar las zonas infectadas y cerrar por un tiempo las fábricas se redujo la oferta de bienes y en particular la de insumos. Esto afecta a muchas actividades desparramadas a lo largo del mundo que se desarrollaron bajo la lógica de cadenas de valor que utilizan insumos o partes producidos por otros, siendo China un proveedor importante de los mismos. Un detalle claro es que el 50% de la producción mundial de cubrebocas quirúrgicos se realiza en China.

Persona usando tapabocas en Montevideo. Foto: Darwin Borrelli
Persona usando tapabocas en Montevideo. Foto: Darwin Borrelli

Como un efecto dominó, van cayendo las fichas y ante falta de insumos, se extienden las dificultades hacia las restantes actividades, con impactos en el empleo y los ingresos de la población, lo que resiente el consumo, entrándose así en un círculo vicioso.

Ayer se detectaron casos de coronavirus en Uruguay, por lo que es probable que en un futuro cercano tengamos malas noticias al respecto, sobre todo hacia el invierno, que es cuando la gripe (el coronavirus es un tipo de gripe) se vuelve más virulenta.

Ya se sienten los impactos económicos. Concretamente las exportaciones que cayeron 18,7% en el mes de febrero respecto a igual período del año anterior, debido precisamente a un descenso de las compras desde China.

China se convirtió en los últimos años en el principal destino de las exportaciones de bienes de Uruguay, en particular de carne y soja. En 2019 adquirió el 31% de las ventas externas totales del país y en algunos rubros como los mencionados representa más del 60% del total exportado.

Contenedores en el Puerto de Montevideo. Foto: Archivo El País
Contenedores en el Puerto de Montevideo. Foto: Archivo El País

Pero no sólo es el principal destino de las exportaciones uruguayas, sino que también lo es de la mayoría de los países sudamericanos, salvo Argentina, donde ocupa el segundo lugar detrás de Brasil. La caída de las importaciones chinas no sólo nos afecta directamente sino indirectamente por el impacto negativo que tiene en los países de la región.

La buena noticia que proviene desde el gigante asiático es que la enfermedad estaría estabilizada y algunas medidas implementadas tendientes a subsidiar la importación de alimentos ante la suba interna de precios reactivaría la exportación de carne, que se paralizó sobre fines del pasado año. En todo caso a precios inferiores a los observados en 2019.

Este es otro canal por el que se ve afectada la economía uruguaya, los términos de intercambio. Los precios de los alimentos y materias primas ante una oferta relativamente estable y una menor demanda internacional se verán afectados a la baja.

Por otra parte, la caída en la oferta de la producción industrial, sobre todo la sujeta a cadenas de valor impulsará esos precios al alza.

Esa combinación de precios relativos es desfavorable al Uruguay que verá como caen sus ingresos por menores precios de exportación, al tiempo que deberá pagar más por sus importaciones. El precio del petróleo puede dar un respiro, pero ya no pesa tanto como en el pasado.

El canal financiero es otra vía a través de la cual la crisis del coronavirus afecta al país. Ante la incertidumbre se está procesando un cambio de portafolio hacia el dólar, lo que llevó a que la cotización de la divisa estadounidense se incrementara 19% en lo que va del año.

Seguramente haya traslado a precios e impacte a la baja en el consumo, pero también es cierto que se procesará un abaratamiento en dólares de la producción nacional, lo que abrirá una oportunidad para algunas actividades que se vieron perjudicadas en los últimos años por el atraso cambiario. Eso sí, en un contexto global deprimido.

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