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El reporte de la estación de servicio que inició Lava Jato

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Director de asuntos internacionales de la COAF. Foto: @BrumCostaAbgs

LAVADO DE ACTIVOS

Responsables de Argentina y Brasil en evento en Montevideo.

Bernardo Machado Motta lanzó un mensaje: "Uruguay no está solo". El brasileño es el jefe de gabinete del Consejo de Controles de Actividades Financieras (COAF), el órgano de Brasil encargado de la prevención del lavado de activos, que está bajo la égida del Ministerio de Hacienda de ese país. Machado Motta participó el martes de una actividad organizada por el estudio Brum-Costa Abogados, y se refirió con esa frase a la evaluación del Grupo de Acción Financiera de Latinoamérica para la que Uruguay se está preparando. Se trata, dijo el jerarca brasileño, de un "proceso duro" y añadió: "siempre digo que hemos creado un monstruo".

Machado Motta contó algunas peculiaridades del trabajo que realizan en el COAF. Una de ellas es la cantidad de Reportes de Operaciones Sospechosas (ROS) que reciben cada día de los sujetos obligados, unos 5.000 (en todo 2017 en Uruguay fueron 556). Alrededor del 90% se descarta (tienen un "componente de sospecha muy bajo", contó), pero de todas maneras hay alrededor de 500 ROS diarios a evaluar. Para hacerlo, es vital el aparato tecnológico —inteligencia artificial mediante, por ejemplo—, sin el cual sería "imposible trabajar", dijo.

Además, instó a los sujetos obligados a "explorar más a fondo antes de hacer un ROS", apoyado en el conocimiento que tienen de sus clientes. "No quiero 5.000 ROS por día, quiero un ROS bueno por día", insistió.

El brasileño recordó, asimismo, que el caso Lava Jato —por el que el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva fue preso días atrás— empezó con un ROS de una estación de servicio en 2011. De hecho, la unidad realizó más de 600 informes sobre este megaescándalo de corrupción. "Una sola operación afectaba nuestras estadísticas", dijo sobre la escala del Lava Jato.

Más tarde fue el turno del presidente de la Unidad de Información Financiera (UIF) argentina, Mariano Federici, un ex FMI que pasó a ocupar ese lugar tras la asunción de Mauricio Macri en diciembre de 2015. Federici hizo énfasis en el estado en el que, dijo, encontró a la UIF a su llegada: "empezamos removiendo escombros, en una situación de ruina institucional".

Para superar es-ta situación, comentó, eligió una "política de shock" para encarar una "reforma agresiva" de la unidad. La decisión fue "corregir el rumbo con una política de shock que es traumática pero en este caso era muy necesaria", aseguró.

Como parte de esta estrategia, se buscó ganar más "autonomía operativa" y también se logró una duplicación del presupuesto. Para Federici esto último "releva la importancia que el gobierno le da al tema". Por otra parte, se reformó la normativa de lavado, lo que incrementó en más de 20.000 los sujetos obligados. La meta era brindarle confianza al sistema. "Hoy estamos recibiendo mucha información", valoró.

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