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La respuesta del gobierno a la advertencia de los industriales sobre que Argentina y Brasil “nos van a inundar de productos”

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Los empresarios del sector alertaron por prácticas de dumping (vender por debajo del costo) desde Argentina. Foto: Fernando Ponzetto

COMPETITIVIDAD

La preocupación de los industriales es compartida por el gobierno que reconoce problemas de competitividad en el sector.

Directivos de la Cámara de Industrias (CIU) advirtieron días atrás que Argentina y Brasil “van a inundarnos con su producción”, porque cuando se reactiven sus economías “no van a tener el mismo mercado (interno) que hace cuatro meses atrás” y verán “con buenos ojos ingresar con sus productos a Uruguay”. Esa preocupación de los industriales es compartida por el gobierno que reconoce problemas de competitividad en el sector, dijo a El País el ministro de Industria, Energía y Minería, Omar Paganini.

“Vemos con gran preocupación lo que ocurre en Argentina; hoy no están pudiendo trabajar, pero cuando empiecen a hacerlo van a inundarnos con su producción. Y creemos que con Brasil va a pasar lo mismo”, había dicho ante la comisión de Industria del Senado, el vicepresidente de Micro y Pequeñas empresas de la CIU, Leonardo García.

En esa comisión del Senado, el presidente de la CIU, Gabriel Murara, admitió que hay “un gran riesgo en la región, sobre todo con Argentina, que está muy competitiva y también muy complicada con la moneda extranjera”. Ante esto, “mandan productos a cualquier precio, dejan la plata acá y se hacen de dólares que allá no pueden”. En ese sentido, sostuvo que “mandan a precio de dumping muchas cosas” y el proceso en Uruguay para impedir esas prácticas comerciales “es lento”.

Consultado por El País respecto a esta alerta de los industriales, Paganini respondió ayer que en el gobierno “compartimos la preocupación del sector industrial”.

“Sabemos que la industria nacional tiene desventajas competitivas con los vecinos, en función del precio del dólar y las detracciones que tienen algunos productos, fundamentalmente en Argentina”, agregó el ministro.

Respecto a qué medidas podría tomar el gobierno, Paganini señaló que su “vocación” es “trabajar para que las empresas uruguayas sean más competitivas”, no obstante “esto no se logra de un día para el otro ni tampoco esta secretaría de Estado controla todas las variables que inciden sobre el fenómeno”.

De todas maneras, remarcó que en el ministerio están “comprometidos con la causa de la competitividad” y trabajarán “para incidir en la matriz de costos de producción”.

El ministro de Industria repasó que se han “impulsado diferentes medidas transitorias para alivianar a los sectores más afectados por la pandemia” del coronavirus, que “básicamente tienen que ver con la reducción de costos en materia energética, apoyo a los aportes patronales de hasta $ 5.000 por mes (al mantener personal que estaba en seguro de paro o crear empleos), flexibilización en las condiciones de admisiones temporarias y en la ley de inversiones”.

Omar Paganini. Foto: Francisco Flores.
Omar Paganini. Foto: Francisco Flores.

Ojo con Paraguay.

En la comparecencia en el Senado, Murara también había advertido que “hay que mirar a Paraguay”, porque viene “mejorando y mejorando” en materia comercial.

“Hay que tener cuidado con estos vecinos, que hoy no tienen todas las condiciones pero que van a llegar, van a tener trazabilidad en la carne en dos, tres o cuatro años, y vamos a tener un problema mucho más grande, si no lo arreglamos antes”, alertó el presidente de la CIU en esa ocasión .

Pedido de priorizar compras públicas para la “reactivación”
Cámara de Industrias del Uruguay. Foto: Archivo El País

En su comparecencia ante el Parlamento, la Cámara de Industrias (CIU) también planteó que “las compras públicas pueden ser el motor de reactivación” para el sector, en especial para las empresas pequeñas. En ese sentido, el vicepresidente de Micro y Pequeñas empresas de la CIU, Leonardo García, informó que ya plantearon esta idea al ministro de Industria, y afirmó que “a nivel del gobierno se tiene que atacar en forma transversal: las distintas entidades y estructuras gubernamentales tienen que entender la importancia de darle valor a la industria nacional a la hora de seleccionar una compra”.

Según García, “muchas veces ocurre que la unidad que tiene que ejecutar un gasto trata de optimizarlo y en forma individualista piensa en cómo darle un mejor uso”, pero omite la “importancia de que algunos sectores industriales dejen de abastecer el mercado nacional y que eso haga que un sector pueda desaparecer o que alguna empresa cierre”.

El tema de las compras públicas había sido introducido por la senadora frenteamplista Carolina Cosse, exministra de Industria, quien luego señaló que al tener que cumplir los organismos públicos con el Tocaf -normativa que rige los procesos de compras y contrataciones estatales- deben poner “de su parte bastante pensamiento al tema de cómo estimular las compras públicas procurando que sean las mejores posibles para el Estado”.

Al respecto, el presidente de la CIU, Gabriel Murara, recordó un hecho de “hace unos años” cuando Cosse en su rol de ministra intervino luego que el Ministerio del Interior hiciera una compra millonaria de indumentaria fabricada en China: “A partir de ahí se armó un grupo de trabajo para que la industria nacional pudiera empezar a venderle, tanto al Ejército como a la Policía. Una de las cosas que la industria pidió fue que no mandaran a hacer 30.000 uniformes o 30.000 pares de zapatos porque no se estaba en condiciones de proveer esos productos en tres o cuatro meses. Eso fue en julio o agosto y en noviembre ya el Ministerio del Interior no convocó más a esta comisión y quedó en el camino. Siguieron haciéndose licitaciones y una fue por 33.000 botas: 30.000 encargadas a los chinos y 3.000 a la industria nacional. La diferencia de precio rondaba el 12% (en favor del proveedor chino)”.

César Bourdiel, secretario operativo de la Comisión de Comercio Exterior de la CIU, subrayó que “los regímenes que priorizan el componente nacional en las compras públicas están, pero siempre queda un debe; sea por el Tocaf, por los cuidados presupuestales de los organismos que compran o por una intención a la hora de definir los pliegos y las condiciones de compra, esos instrumentos pierden potencia”.

Cosse dijo que desde la Comisión se podría trabajar para resolver esto. “Al comprar a la industria nacional se están generando externalidades que al final del día mejoran la cuenta para el Estado”, concluyó.

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