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Saldain: "Hay suficientes debilidades que justifican un examen global" del sistema de jubilaciones

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Rodolfo Saldain, experto en seguridad social. Foto: Archivo El País

REFORMA PREVISIONAL

Entrevista con el especialista en temas de seguridad social, Rodolfo Saldain, un técnico que jugará un papel importante en la reforma previsional que se viene.

En los próximos meses Uruguay comenzará a atravesar un proceso de reforma del sistema de seguridad social y uno de los técnicos que volverá a formar parte —como previo a la reforma de 1996 que creó el sistema mixto— del equipo que evaluará y recomendará acciones al gobierno será Rodolfo Saldain.

Fue presidente del Banco de Previsión Social (BPS) entre 1990 y 1993, director del organismo el período previo y consultor internacional sobre temas previsionales. Recientemente publicó el libro “La era de los nuevos viejos”, donde analiza algunas de las tendencias que guiarán el futuro de la seguridad social.

En entrevista con El País, habló de sus ideas acerca del sistema vigente y aseguró que “hay suficientes debilidades como para justificar un examen global”. Dijo que “hay situaciones que no son sostenibles” respecto a las cajas paraestatales. Además, es partidario de hacer modificaciones tanto en el tramo jubilatorio que administra el BPS como en el que gestionan las AFAP. Señaló que consensuar una reforma en el plano político “no va a ser de fácil”, pero confía en que se llegará a acuerdos porque ningún partido “sabe qué rol le va a tocar jugar en 2024 y 2029”. A continuación, un resumen de la charla:

—Habiendo una reforma previsional en un horizonte cercano y dado que usted participó del proceso anterior de 1996. ¿Encuentra alguna similitud entre ambas situaciones?

—Creo que son más las diferencias que las similitudes. En primer lugar hoy hay un nivel de conocimiento acumulado y masa crítica bastante mayor que el que había en 1995. Es bastante más fácil hablar de este tema, en 1995 la academia tenía mínima participación y hoy hay sectores académicos, organizaciones no gubernamentales que han venido trabajando estos temas. Hay un conjunto también de expertos que en aquel momento era bastante más limitado. Eso es una diferencia importante. La reforma de 1996 intentó preparar al sistema para esta nueva realidad demográfica, esta nueva forma de nuestra pirámide de edades con una base bastante más angosta y una cúspide cada vez más ancha de envejecimiento población. Hoy el sistema mixto tiene menores detractores que en el pasado, hay muy pocas personas en el Uruguay que sean capaces de sostener que todo el sistema deba reposar en las finanzas públicas, en el BPS. Podremos discutir cuál es la mejor forma de diseñarlo, probablemente hoy no sea la forma que tiene el actual sistema mixto dividiendo el salario por niveles, que por encima de un nivel es obligatorio y por debajo voluntario. En lo personal ya hoy pienso que no es lo mejor ese sistema sino ir a un sistema más de tipo de corte longitudinal donde se aporte al sistema de reparto por ejemplo el 8% o 7,5% del 15% del aporte personal, y que el otro tanto que se aporte a un sistema de ahorro individual. Es probable que tampoco sea (la ideal) la forma en que se diseñó el segundo pilar y haya oportunidades de mejoras.

—En la parte del tramo jubilatorio que hoy administra el BPS en base a la solidaridad intergeneracional. ¿Hay margen para hacer cambios?

—Yo entiendo que sí. Algo bastante claro y me parece que hay que insistir en eso con total transparencia, no es posible pensar que recaiga sobre el Estado, sobre las finanzas públicas, sobre los tributos que vayan a pagar los futuros trabajadores, el lograr mejores beneficios. Eso va a tener que reposar fuertemente en esquemas complementarios de ahorro o colectivos. No se va a poder esperar del Estado, de las finanzas públicas, una mejora de futuro en esa situación.

Los dos nuevos "riesgos sociales" del siglo XXI

“¿El envejecimiento de la población es una mala o buena noticia? Es una excelente noticia, porque es producto del éxito de las propias sociedades. La gente moría joven cuando había un mal sistema de saneamiento, mala alimentación, un mal sistema de salud. Por el contrario el éxito de la sociedad en ese tipo de políticas y en otras es lo que lleva al envejecimiento”, explicó Saldain. En esa misma línea, analizó que hoy “es cada vez más común que las personas lleguen a convivir con tres generaciones”.

Asociado a la longevidad y también a la baja fecundidad que hay en Uruguay —”una buena noticia porque bajó fundamentalmente en adolescentes y mujeres jóvenes de los sectores más vulnerables”, analizó—, aparece uno de los “dos nuevos riesgos sociales” que identifica el experto en seguridad social. “Habló de la dependencia de cuidados de las personas mayores. Antes había familias de cinco, seis o siete miembros, y la mujer en general trabajaba poco o no lo hacía y se dedicaba a los cuidados. Hoy estamos viviendo una realidad de familias muy pequeñas, un hijo o dos, ya tres es un acto de valentía. Entonces cuando hay que cuidar a los mayores es todo un problema. Allí hay un gran desafío para las futuras décadas, en algunas países como Países Bajos, Alemania y Japón han creado esquemas de seguro social con aporte obligatorio tendiente a cubrir los cuidados de larga duración. No es el modelo que ha seguido Uruguay, que con la ley del Sistema Nacional Integrados de Cuidados se orientó por un modelo más del tipo español, dependiendo básicamente del presupuesto nacional”.

El otro “riesgo” que observa Saldain en este siglo es “la obsolescencia laboral, que es producto la incorporación tecnológico pero no solo”. Para enfrentar esto último se requerirá “de algunos instrumentos que Uruguay hoy afortunadamente ya tiene como el Inefop (Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional), que deberá tener un rol bastante mayor en en lograr un mantenimiento y actualización de la fuerza laboral”.

—¿Cómo ve la propuesta del gobierno, de crear una comisión de expertos con plazos cortos para su trabajo pensando en elevar un proyecto al Parlamento a mitad de 2021?

—La creación de un comité de expertos es una práctica internacional bastante común para atender este tipo de reformas. Tiene que ser un comité de perfil técnico, de personas con idoneidad en el tema y que actúen a su leal saber y entender, sin un mandato de tipo político porque sino para eso está el Parlamento. Un comité técnico lo que tiene es que ver la realidad desde un punto de vista técnico, con la independencia que requiere un análisis de esas características. El plazo del comité para presentar iniciativas de reforma es realmente muy breve, tal como quedó en la ley (de urgente consideración). Una de las razones por las cuales yo soy optimista en que se va a poder avanzar en acuerdos, es porque nadie sabe qué rol le va a tocar jugar en 2024 y 2029, entonces llegar con un sistema sustentable, con mejor nivel de beneficios, probablemente sea un incentivo fuerte para que todos intenten acordar.

—¿La reforma debería abarcar a todo el sistema? Esto es tanto el tramo de BPS, como el de AFAP y las cajas paraestatales.

—Sí, todo. Creo que hay que analizarlos todos porque hay suficientes debilidades como para justificar un examen global de todos ellos.

—¿Debería haber nuevas fórmulas respetando esa división entre distintos subsistemas o avanzar hacia un esquema más global?

—Si yo tuviera que plantear una imagen objetivo, creo que tendríamos un nivel de base, lo que en la terminología técnica le llamamos un pilar uno, homogéneo para toda la población. Y en los pilares complementarios es donde puede aparecer la oportunidad de diferenciación de diferentes sectores según realidades particulares. Siempre sobre la base de esquemas autofinanciados, y de lo contrario el pilar uno. Hay algunos países, por ejemplo Dinamarca, en que las personas que quieren tener un retiro más temprano tienen la chance de empezar a aportar un plus en determinado momento. Hay algún tipo de situaciones que no son sostenibles: no es sostenible por ejemplo que a nivel del sector financiero los bancos quieran prescindir de su personal a los 55 o 60 años. No es posible jubilar a personas a esas edades para estar en situación de jubilación 25 o 30 años, eso es insostenible, son personas que están en la plenitud de sus capacidades. ¿Tiene sentido que un odontologo que trabaja en ASSE tenga en régimen jubilatorio diferente del que trabaja en Sanidad Militar o Sanidad Policial? No tiene sentido. No parece haber razones que justifiquen esos tratos diferenciales.

Los datos de las exoneraciones fueron pedidos por el representantes de los trabajadores, que quiere "transparentar" la asistencia al BPS. Foto: F. Ponzetto
Saldain entiende que deben realizarse cambios en el sistema de seguridad social, no solo en la parte de BPS sino en la de AFAP y cajas paraestatales. Foto: F. Ponzetto

—Lo que usted plantea parece una reforma ambiciosa. ¿Cree que hay una madurez del sistema política para entender y defender esos cambios?

—No me animo a decir si el sistema político está en una situación de madurez para aceptar el tipo de cambio que uno desde el punto de vista técnico pueda entender que corresponde. La lógica en la que yo me imagino el funcionamiento de este proceso es, por un lado la comisión técnica dará su punto de vista técnico, por supuesto que mirando de reojo la potencialidad de lo que uno pueda hacer digamos lo que sea factible, y después las decisiones políticas las tomarán quienes tienen esa responsabilidad y fueron electos para esa función, tanto en el Poder Ejecutivo como Legislativo. Todos los partidos son conscientes que esta problemática requiere una solución y que no va a ser de fácil alcance porque va a implicar sí algún tipo de cambio que probablemente no sean del agrado de quienes estén en las situaciones a cambiar. La responsabilidad de uno es fundamentalmente técnica y después habrá una responsabilidad sí de quienes tienen que tomar la decisión.

—En el imaginario está que cualquier reforma va a llevar a que los futuros jubilados cobren menos que en la actualidad. ¿Eso es así inevitablemente o no?

—¿A qué edad? Ese sería un elemento adicional de la pregunta. Si pensamos en un jubilado a los 60 años necesariamente va a cobrar menos. La elevación de la edad de retiro es un elemento muy resistido, pero que contemplando adecuadamente las diferencias que hay por razones socioeconómicas debe estar encima de la mesa. Es posible que una persona de 65 años y más llegue a tener una mejor situación de seguridad económica que la que tiene hoy, lo que no implica que la pregunta que me hacías tenga una respuesta única o uniforme. Puede que gane menos si estamos pensando en un retiro a una edad muy temprana.

—¿Es partidario de que haya más opciones al momento del retiro que la renta vitalicia, lo único disponible hoy?

—Decididamente sí. Sin salirnos mucho de eso, creo que habría que habilitar una combinación de renta temporal más seguro de longevidad o renta vitalicia diferida. En el pilar dos es necesario hacer en mi opinión cambios importantes tanto en la etapa de acumulación, es decir mientras se ahorra cambiando un poco el modelo de negocios y abriendo más opciones de inversión, y también hay que cambiar en la etapa de desahorro.

—Respecto al régimen de AFAP: ¿Cómo ve hoy pasado varios años de la reforma de 1996 los resultados obtenidos? ¿Qué cambios habría que hacer?

—Hoy las AFAP se supone que compiten por afiliados, pero en realidad es una competencia prácticamente inexistente. Cumplen funciones que no son propias de un administrador de fondos, como llevar los registros de la cuenta personal. Cumplen también una tarea de captación de afiliados voluntarios por lo que es el actual régimen del artículo 8, que ha perdido la virtualidad que tenía en el momento que se lo diseñó. Entonces, creo que allí hay una oportunidad de ver otras alternativas. Probablemente exista la posibilidad de introducir elementos diferentes por ejemplo en la remuneración de su actividad de administración, que hoy se cobra con cada aporte mensual, de futuro ligarla más al desempeño y resultado que se obtenga, cierta relación con el nivel de rentabilidad que logre el fondo. Y bueno, algún otro tipo de instrumento como puede ser la posibilidad de establecer mecanismos reales de competencia a través de licitación de la administración de fondos entre diversos inversores institucionales. Creo que hay suficientes elementos para cambiar.

Los avances tecnológicos y la desigualdad

—¿Por qué plantea en el libro que la tecnología a la vez que puede ayudar a extender la vida de las personas, también puede generar mayores brechas sociales?

—Planteó tres grandes megatendencias para las próximas décadas: la masificación de la longevidad, el enorme cambio tecnológico que estamos viendo —aunque todavía no tiene la repercusión que uno puede esperar en la productividad— y la desigualdad. Hay un punto en que hay una conexión entre el cambio científico, la innovación y la desigualdad que tiene que ver con que esta probablemente tienda a crecer no ya en una desigualdad de ingreso sino de acceso a técnicas diagnosticas y terapéuticas. Es decir, a la posibilidad de ganancia de buenos años de vida. Es probable que estemos en víspera de innovaciones tan importante que permitan curar enfermedades que hoy tienen una alta responsabilidad en las tasas de mortalidad, como las enfermedades no transmisibles, las cardíacas, el cáncer. Y muy probablemente esos avances científicos estén originariamente bastantes acotados, no sean de alcance general, y eso sea una nueva dimensión de la desigualdad que creo hay que estar atento a cómo va evolucionando. Eso no lo va a solucionar las fuerzas del mercado, requiere políticas públicas.

El "edadismo", la reinvención laboral y los casos de Manolo y Cantona

“Hoy no es posible pensar que personas de 60 y pocos años estén ya en el final de su actividad laboral. Dependerá de qué actividad, pero un periodista, un profesional o persona con formación terciaria, que estén con buen estado de salud, no es posible que queden de lado”, sostuvo Saldain. En esta línea, consideró fundamental “ir abandonando lo que se llama el edadismo, una expresión que significa la discriminación por razón de edad”.

Al respecto, sostuvo que “es posible que nos estemos perdiendo una parte importante del capital social y humano en Uruguay y las sociedades en general, durante las décadas previas, con esa tendencia a excluir a los mayores de la actividad laboral y productiva”. Indicó que si bien “el nivel de productividad” de trabajadores por ejemplo mayores de 60 años “no será el mismo si lo medimos en cantidad de piezas producidas, puede que sean personas que ayudan fuertemente a mejorar los lugares de trabajo”. De esto se trata la nueva tendencia de apostar por “equipos de trabajo intergeneracionales”, aunque Saldain consideró que aún se mantiene que “en general las empresas tienden a tratar de desprenderse de alguna manera de sus trabajadores de mayor edad”.

Éric Cantona. Foto: captura video
El futbolista francés Eric Cantona es un ejemplo de reinvención: de jugador de élite a actor en una serie de Netflix. Foto: Archivo. 

En este contexto, resulta clave la capacidad de reinvención y transformación de las personas: “la posibilidad de reinventarnos es algo que en vidas largas va a tener que estar presente cada vez más”. Asociado a esto, citó dos ejemplos: uno es el del exfutbolista Eric Cantona, histórico número 7 del Manchester United de la década del 90, que “seguramente tenía cualidades que le permitieron transformarse y transitar de ser un futbolista de élite a ser un actor excelente”, que protagoniza la serie Recursos humanos de Netflix; el otro caso es el de un amigo suyo de nombre Manolo, que “quedó sin trabajo con 60 años, antes de lo que pensaba” y decidió estudiar para ser profesor de historia en el IPA.

“Después de 4 años y tras superar un infarto, se recibió. Dio clases unos cinco años, y las dio con un gusto tal que sus alumnos pudieron aprovechar lo mejor de una persona mayor que tenía una vocación que era obvia en el trato personal, pero que no la había materializado porque tuvo una carrera laboral por otro lado”, comentó.

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