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"El siguiente reto tiene que ver con la productividad"

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Ríos asumió su nueva posición como director representante en Uruguay el año pasado. Foto: F. Flores

DIRECTOR REPRESENTANTE DE CAF

Entrevista con Germán Ríos, Director Representante de CAF en Uruguay.

Desde las oficinas que la CAF tiene en la Torre Ejecutiva, Germán Ríos señala a través del ventanal con vistas al Río de la Plata y cuenta detalles de la obra de la nueva sede de este banco de desarrollo en Montevideo, que se está levantando a unos metros. Ríos es economista, tiene un acento ligeramente caribeño que da pistas sobre su país de nacimiento —Venezuela— y desde septiembre del año pasado es el nuevo Director Representante de CAF en Uruguay. En una entrevista con El País, habló acerca de cómo está Uruguay hoy, cuáles son sus desafíos y el rol que CAF puede jugar si se concreta la segunda planta de celulosa de la empresa UPM en el país, entre otros temas. Lo que sigue es una síntesis de esa charla.

—¿Cómo ve a la economía uruguaya hoy?

—Veo mucha estabilidad macroeconómica. Uruguay es reconocido por las calificadoras de riesgo como un país que ha logrado importantes avances desde el punto de vista del manejo macroeconómico. Lo más importante que resaltan la mayoría de los analistas y las calificadoras es el tema del manejo del déficit fiscal y de la deuda, pero creo que igual el gobierno, gracias a su grado de inversión, ha logrado manejarlo bastante bien. Otro tema que mencionaría es que los últimos indicadores de empleo muestran un incremento en el desempleo, así que creo que es un área que desde el punto de vista macroeconómico hay que mirar.

—¿Cómo el déficit debería incidir en el encare del gobierno para la Rendición de Cuentas?

—Al final del día todo es un balance, porque obviamente tu tienes que ser responsable fiscalmente, pero al mismo tiempo tienes ciertas necesidades de inversión. Por ejemplo, algo que a mi me parece positivo es que el gobierno, consciente de que tiene esta restricción fiscal, ha decidido recurrir a métodos alternativos para financiarse, por ejemplo todo el desarrollo de las asociaciones público privadas (APP) para hacer infraestructura. Es una estrategia inteligente cuando enfrentas una restricción fiscal, porque básicamente estás postergando un poco el pago de estas obras, y al mismo tiempo estás compartiendo el riesgo con el privado. Sin embargo, pienso que el objetivo del gobierno, hasta el final, debe ser mantener esa estabilidad que le está dando frutos, porque también hay que pensar un poco en qué es lo que en el mediano plazo te gatilla que tengas una buena reputación, que tengas una buena calificación de riesgo y una buena estabilidad macroeconómica, que los inversionistas van a apostar en ti, porque creen que eres un gobierno que tiene una buena mezcla de política. Claramente tiene que haber importantes inversiones, sobre todo en infraestructura, que creo que es uno de los temas más importantes en el Uruguay.

—¿Generar una infraestructura acorde a su producción es uno de los debes de Uruguay?

—Lo primero es que no es un problema en particular de Uruguay, es un problema de América Latina. La mayoría de los países de América Latina tienen déficits en infraestructura que son importantes. En CAF tenemos una publicación que calcula un poco cuáles son estos déficits en infraestructura, y básicamente lo que nos dice es que para que los Estados latinoamericanos lograran cerrar la brecha de infraestructura tendrían que invertir el doble de lo que invierten actualmente. Obviamente, en un contexto de restricción fiscal eso no es fácil para todos los gobiernos. Y por eso es que las APP se han hecho muy importantes en muchos países. En el caso de Uruguay creo que sí hay una tarea que hacer en el tema de infraestructura, sobre todo para bajar los costos logísticos. Es tan importante lo que inviertes en infraestructura como la logística. En CAF estamos hablando de corredores logísticos. Tienes que invertir para hacer lo obvio, que es tener las carreteras, los ferrocarriles y la infraestructura, pero luego también tienes que invertir en manejar bien esas infraestructuras.

—Más allá del déficit y del mercado laboral, ¿detecta algún otro desafío para el país?

—Hay un tema que me parece a mi que es importante para el Uruguay que tiene que ver con lo que llamamos transformación productiva o pacto por la productividad. Porque lo que nosotros creemos desde CAF es que si tu analizas un poco la historia económica de la región fue una historia de muchísima inestabilidad macroeconómica, que fue corregida a sangre y fuego, porque fue difícil hacerlo. La mayoría de los países lograron esa estabilidad. Si piensas cuál fue el reto que salió después de estabilizar las economías era el reto social. Y viste a todos los países, incluyendo a Uruguay, dándole un énfasis muy importante a todo lo que eran los cash-transfers, hacer las políticas sociales, etcétera. Una vez que esto se ha logrado y que ya tienes buena estabilidad macroeconómica y una situación social bastante aceptable, que en el caso de Uruguay inclusive es excepcional por la baja tasa de pobreza y todo lo que se logró, ahora viene el siguiente reto. Y el siguiente reto tiene que ver con la productividad. Tiene que ver con hacer economías más competitivas, con mejorar todo el tema de infraestructura y logística, con hacer que las empresas puedan ser mucho más dinámicas y tengan posibilidad de crecer, con que se dinamice la inversión pública. Desde ese punto de vista, que es un reto para Uruguay, lo que me ha parecido interesante de ver en estos pocos meses ha sido las iniciativas que el gobierno está impulsando. Por ejemplo, Transforma Uruguay.

—¿Han habido conversaciones para financiar algunas de las obras asociadas a una segunda planta de UPM?

—Ahí hay dos cosas. Lo interesante de este mecanismo es que obviamente la obra más importante es la del ferrocarril central. Es muy grande, estamos hablando de unos US$ 800 millones que va a requerir un financiamiento básicamente privado, porque se lo tenemos que dar el consorcio que eventualmente gane la obra. Al ser un proyecto de ese tamaño lo más probable que pase es que vamos a tener que ser varios financistas. Nosotros creemos que tenemos una buena posibilidad porque tenemos experiencia en el sector, ya hemos apoyado al gobierno uruguayo en temas de infraestructura a través de Cafam, una subsidiaria de CAF. Se ha impulsado muchísimo el tema de las APP. Y los consorcios se han acercado preguntando si estamos dispuestos a financiar. En este momento estamos analizando las condiciones financieras de lo que sería un paquete atractivo para el consorcio que resulte ganador. Creo que desde ese punto de vista tenemos una buena chance de participar del proyecto. Claramente, si existen otras necesidades de inversión, porque el proyecto también tiene algunas obras conexas que van a hacerse, también estamos con disposición de apoyar al gobierno en que ese proyecto se de. Si uno lo piensa, y se alinean todos estos astros del ferrocarril, y el resto de las obras, estamos hablando de la inversión privada más importante de la historia del Uruguay.

Las vacas gordas, las flacas y el potencial venezolano

—¿Qué análisis hace de los vecinos de Uruguay?

—La primera conclusión es que ya dejamos atrás la peor parte, tanto en Argentina como en Brasil. Brasil tiene un poco más de complicaciones porque todavía tiene elecciones y tiene el ambiente político un poco más complicado que Argentina en este momento. Pero de todas maneras los indicadores económicos son positivos, por primera vez en mucho tiempo.

Desde nuestro punto de vista vamos a tener un buen entorno, porque Argentina, con todas sus dificultades, está apostando a una agenda de reformas interesantes, gradual, pero que está marchando bien, está creciendo. Y Brasil igual. Paraguay también, está apostando por una agenda de reformas positivas.

Es una coyuntura que hay que aprovechar. Un error que hemos cometido históricamente los latinoamericanos es que cuando tenemos las épocas de las vacas gordas solemos olvidarnos que hay que hacer las reformas para que ese crecimiento sea sostenible en el tiempo. Creo que en un momento en el que el entorno es positivo es un buen momento para atacar las reformas que necesitas para poder hacer que ese crecimiento cada vez dependa menos de los vecinos y dependa más de tu propio esfuerzo, porque obviamente cuando vengan las épocas de las vacas flacas te vas a preocupar mucho más por sobrevivir y pasar el año que por hacer reformas que te den fortaleza en la economía.

—¿Qué diagnóstico tiene de la situación en Venezuela y cómo puede repercutir en Latinoamérica?

—Es un tema complicado, porque es una crisis económica fuerte. No creo que tenga mayores repercusiones en el resto de América Latina porque es una crisis que ya lleva tanto tiempo y ha sido tan profunda que los derrames de esa crisis hacia otros países creo que ya se agotaron. Los mercados lo han descontado y no debería producir efectos adicionales.

Lo que es cierto también es que Venezuela se parece a muchos de los países de América Latina, donde tiene un enorme potencial e inclusive en algunos casos mayor que otros países, porque no solo tiene petróleo, sino que tiene potencial agrícola, potencial mineral. Es una mezcla de Perú y Uruguay. De hecho, no hay ninguno que tenga tanto petróleo como tiene Venezuela.

Lo que yo quisiera que pasara, pensando un poco como venezolano, es que si el país tomara las decisiones correctas de cambiar el modelo económico, podría recuperarse rápidamente.

Director representante de caf
Germán Ríos
Germán Ríos
NombreGermán Ríos
NacimientobreVenezuela
FormaciónEs economista, y además tiene estudios de maestría y también de doctorado

En CAF hace 17 años

Ríos nació en Venezuela y estudió para convertirse en economista en la Universidad Central de Venezuela. Además, posee estudios de maestría en administración y economía por el Instituto de Estudios Superiores de Administración de Venezuela (IESA) y la Johns Hopkins University. También realizó estudios de doctorado en la George Washington University.

Hace 17 años que está vinculado a la CAF. Previo a su llegada a Uruguay, entre 2012 y 2017 fue director corporativo de asuntos estratégicos de CAF en Madrid.

Previamente, había trabajado en el Banco Mundial (BM) y en el Ministerio de Planificación de Venezuela.

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