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¿Cuáles son los errores típicos al invertir?

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Inversiones: “Si están todos adentro, seguramente el precio se infló”, afirma experto. Foto: AFP

EMOCIONES

Según experto, gracias a la carga emocional, el futuro incierto y la complejidad en ciertas inversiones, se cometen determinados errores de heurística.

¿Cómo afectan las emociones a la hora de invertir? ¿Qué errores suelen cometerse a raíz del miedo, el enojo o la ansiedad, incluso cuando se pretende ser racional a la hora de invertir? Estas fueron algunas preguntas que se analizaron en el webinar “Usar la ciencia para convertirse en un inversor (mucho) mejor”, organizada por la asesora financiera Nobilis.

Según Kenneth Haman, psicoterapeuta y director del Advisor Institute AllianceBernstein, el cerebro humano no ha cambiado en 50.000 años, por lo que se cumplen patrones similares tanto al encontrarse con un oso, como al ver que una inversión cae. Por más que no son situaciones iguales, invertir también es “extremadamente emocional”.

“El cerebro funciona para tomar decisiones continuas para mantenernos a salvo. Algunas decisiones que tomamos las entendemos, pero otras no las controlamos”, explicó Haman.

A su vez, el asesor financiero reflexionó: “¿Cuál es el propósito real de las inversiones? Es para ganar dinero, ese es el pensamiento de los inversores típicos. Si lo pensamos mejor, la razón no es para hacer más dinero. No podés dormir sobre dinero, no podés vivir debajo de un techo conformado de dinero. Uno invierte para alcanzar objetivos, como estar cómodo o estar tranquilo. Invertir es una acción emocional. Es para que en el futuro estés bien junto a tu gente querida. Entonces, hay emociones como el miedo, el enojo o la pasión, que te rodean”.

Según Haman, gracias a la carga emocional, el futuro incierto y la complejidad en ciertas inversiones, se cometen determinados errores de heurística (procedimiento simple que ayuda a encontrar la respuesta adecuada, pero a veces imperfecta, a preguntas difíciles).

Esto se debe a los patrones que comenzaron como una herramienta de supervivencia, para reaccionar rápidamente ante amenazas como una serpiente o un león. Pero, al cambiar el contexto y la época, “el instinto no funciona bien cuando hablamos de inversiones”.

Dentro de los errores de heurística destacados por el asesor, el más común es la inapropiada extrapolación. Este error se basa en que, el inversor, piensa que los patrones siempre van a ser continuos, tanto cuando están al alza como también en su caída. Piensan que va a seguir subiendo continuamente o que va a bajar hasta cero, llevándolos a cometer errores.

Según el asesor, los inversores típicos compran y venden en los momentos erróneos, porque se manejan emocionalmente, en lugar de actuar estratégicamente.

Otro error que se comete, es el de centrarse en un solo punto y olvidar otros factores del contexto. Según Haman, este patrón de pensamiento, sirve cuando uno se encuentra con una serpiente, se centra en el peligro que corre y solo le presta atención a este, pero no funciona a la hora de invertir.

En esta línea, otro error que destacó el asesor financiero, es el de recurrir a inversiones simples y familiares.

Para moderar la suba del dólar, el Banco Central vendió dólares en los mercados de futuros y forward durante parte de marzo. Foto: Reuters
Foto: Reuters

“Lo que pasa es que se busca una inversión fácil de entender, pero no significa que sea una buena inversión a realizar. Hay inversiones que son más difíciles de entender, que no son familiares, que son mejores inversiones. El cerebro ve patrones y actúa en relación a ellos”, aseguró Haman.

Del mismo modo, otro error de heurística destacado en el webinar, fue el de social proof (prueba social, en inglés).

“Es un error muy común y muy peligroso. Si ves a la gente de tu barrio que viene corriendo hacia vos, que huye, vos no precisás otra prueba para salir corriendo en esa dirección. En las inversiones, no es una buena idea, porque si están todos adentro, el precio seguramente se infló”, explicó el asesor.

Por otra parte, destacó la importancia de plantear las inversiones, como expresiones de los objetivos financieros y personales. Entender “qué quiero, cuándo y por qué”, para ajustar las inversiones en función de esto, teniendo en cuenta la volatilidad del mercado en el corto plazo y su alza consistente en el largo plazo.

“Tenemos patrones construidos en nuestro cerebro, que nos pueden llevar a cometer errores. Cuando tengas emociones fuertes sobre tus inversiones, andá a hablar con tu asesor. No sigas el patrón. Recordá que el futuro es incierto”, concluyó Haman.

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