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Talvi en plan candidato: "otro" país "es posible"

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Énfasis: cuestionó medidas del gobierno y planteó propuestas para controlar el gasto público. Foto: Francisco Flores.

MENSAJES POLÍTICOS

Finalizó la presentación emocionado ante un auditorio que lo aplaudió de pie como si fuera un lanzamiento.

Ernesto Talvi comenzó su discurso aclarando lo que ya todos sabían: probablemente era su última charla como director académico del centro de investigación Ceres. Explicó que en las próximas semanas tomará "una decisión importante", en referencia a la propuesta de ser el precandidato presidencial de la agrupación "Ciudadanos" del Partido Colorado, recientemente inscripta en la Corte Electoral.

Luego pasó una hora y media en la que analizó la coyuntura económica, pero brindó algunos mensajes más políticos, como que "otro Uruguay es posible" o que "es imposible quedar indiferente" a lo que ve como "problemas" del país. El evento finalizó con una imagen digna de candidato: Talvi emocionado mirando al auditorio, que lo aplaudió un minuto (primero sentado y luego de pie).

En primera instancia, Talvi se refirió a la situación política global (ver aparte) y después el análisis mutó hacia la región y la situación puntual de Uruguay.

El economista sostuvo que la reversión gradual de la política monetaria de la Reserva Federal (Fed) estadounidense provoca la salida de capitales desde los emergentes, lo que sumado a la caída en los precios internacionales de los commodities genera "un enfriamiento sincronizado y generalizado" en todas las economías de la región.

En efecto, América Latina pasó de crecer a un promedio de 5,4% en 2011 a menos del 1% en la actualidad. Ese estancamiento de la actividad "lleva a un colapso en la evaluación de los gobiernos" según Talvi.

El director de Ceres sostuvo que en los últimos años tanto en Uruguay como en Argentina y Brasil "se frenó la recaudación fiscal" al tiempo que se desaceleró el gasto público "pero en mucho menor medida", lo que llevó a "abrir enormes boquetes fiscales" y los dejó con importantes desequilibrios en sus cuentas públicas.

En el caso de Uruguay, mencionó que el gobierno "subió impuestos, aumentó las tarifas por encima de los costos y bajó la inversión", pero ese paquete de medidas "no funcionó" ya que el déficit hoy "es igual de grande que antes" —está en 3,7% del PIB y el gobierno prometió bajarlo al 2,5%.

Talvi cuestionó la política del gobierno "de endeudarse y tomar créditos afuera para financiar el déficit" porque se atraen "un montón de dólares que terminan afectando el tipo de cambio (lo deprecian) y traen problemas de competitividad". Apuntó que Uruguay es "de los países en dólares más caros de la región", y el tipo de cambio real está "40% arriba del promedio histórico".

Aseguró que este combo de factores junto a la caída del precio de los commodities que no permite a las empresas trasladar los mayores costos internos, trae problemas de rentabilidad. Repasó que el margen de ganancia por hectárea pasó en la soja de US$ 300 a US$ 85, en la leche de US$ 280 a US$ 63 y en el arroz de US$ 252 a US$ -110 (los productores al plantar "se descapitalizan o endeudan"); en línea con esto la recaudación del impuesto a las rentas agropecuarias "cayó 75% desde el boom" del sector.

"Uno entiende por qué emerge el movimiento de autoconvocados", remarcó Talvi y añadió que "es lógico que haya un sentimiento de frustración" en el sector rural.

A su entender, las medidas que promovió el gobierno en las últimas semanas son "paliativas y alcanzan a unos pocos sectores del agro, cuando todos están en problemas, y no llegan a otras ramas como la construcción y la industria" que también tienen dificultades. Remarcó que "los sectores más importantes de la economía están estancados o en retracción".

El futuro precandidato comparó lo hecho por Australia tras la caída de los precios internacionales: bajó en la misma línea "los costos internos en dólares". En cambio, en Uruguay "se estranguló al aparato productivo" con impuestos y tarifas.

Propuestas.

El director de Ceres dijo que Uruguay necesita "una política muy decidida de reducción de los desequilibrios fiscales por la vía del control del gasto y la profesionalización del funcionamiento de las empresas públicas". En ese sentido, reiteró dos propuestas que realizó años atrás y considera mantienen vigencia.

Por un lado, "revertir" la evolución del número de funcionarios públicos, no reponiendo las vacantes "por retiro o fallecimiento" (unas 8.000 por año), excepto en áreas claves como educación o seguridad donde los puestos que se reemplazan serían compensados por los contratos tercerizados que expiran cada año (unos 20.000).

Lo segundo es crear una comisión multipartidaria que "seleccione profesionales idóneos en la gestión de organizaciones", para elevar esa plantilla al Poder Ejecutivo, que elegirá a las personas adecuadas para presidir las empresas públicas.

Por último, el economista destacó la "solida situación financiera" del país y del sistema bancario, lo que dijo "da tiempo para hacer las readecuaciones que se deben, aunque no hay tiempo para perder".

Crisis de la democracia:"es economía estúpido"

Talvi manifestó que hay "una rebelión contra la democracia liberal" alrededor del mundo. Mencionó análisis que atribuyen ese descreimiento general contra la clase política (que permite "el ascenso de líderes autoritarios") a la globalización y los cambios tecnológicos en el caso de Europa o Estados Unidos, y a la "corrupción institucionalizada" en América Latina; pero en su opinión el fenómeno se explica con la frase popularizada en la campaña presidencial de Bill Clinton en 1992: "es la economía, estúpido". Subrayó que previo a la crisis global de los mercados en 2008, el mundo económico pensaba que se habían terminado los ciclos y proyectaba un crecimiento extendido en el tiempo. Desde ese momento "Estados Unidos no logró un solo año de crecimiento igual al promedio histórico precrisis", y lo mismo ocurrió en el resto de las potencias primermundistas y emergentes. "El futuro que se esperaba no se materializó", lo que condujo a una situación actual "de gran depresión latente". Talvi analizó que tras la crisis de 2008 se siguió la receta de mantener el crédito y aplicar una política monetaria expansiva, pero el rebote de la economía global no llegó. En cambio se atraviesa un proceso "de recuperación lenta y anémica", donde "no se termina de hacer la purga" necesaria en los balances empresariales para emerger de toda crisis económica. Estos factores sumados a la amenaza de una guerra comercial entre las potencias llevan a que "no sabemos el orden internacional en que vivimos" ya que se perdió "el orden liberal previo" porque "el arquitecto" de esa dinámica global (Estados Unidos) "hoy la socava".

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