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Uber cede en China por guerra de precios y se fusiona con su rival Didi

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La mascota de la empresa Didi en su sede en China. Foto: Reuters
La mascota de Didi Chuxing vista en la sede de la compañía en Pekín, China. 18 de mayo de 2016. La compañía china dominante en el negocio de transporte privado Didi Chuxing dijo el lunes que comprará las operaciones de Uber en China, en un acuerdo que le dará a Uber una participación en la empresa local y pondrá fin a una dura competencia entre ambas. REUTERS/Kim Kyung-Hoon
© Kim Kyung Hoon / Reuters

La compañía asiática controlará el 80% de la nueva empresa de transporte de viajeros que crearán, valorada en cerca de 31.300 millones.

La operación, adelantada por Bloomberg y confirmada después por Didi, dará a los inversores de Uber China, entre ellos el buscador Baidu o el conglomerado HNA, una participación del 20% de la nueva sociedad. A cambio, Didi Chuxing invertirá US$ 1.000 millones para impulsar el negocio global de Uber.

La fusión supone un tanque de oxígeno para ambas empresas, que en el último año han gastado miles de millones para atraer a usuarios y conductores en sus plataformas a base de subvencionar los viajes. No hay cifras oficiales, pero altos cargos tanto de Didi como de Uber han reconocido no lograr beneficios en el mercado chino por la dura competencia del otro. Uber, a pesar de haberse gastado hasta US$ 2.000 millones en China en los últimos dos años, no ha logrado un incremento sustancial de su cuota de mercado.

"Uber y Didi Chuxing están invirtiendo miles de millones de dólares en China y ambas compañías aun tienen que obtener ganancias en ese mercado. Llegar a la rentabilidad es la única vía para construir un negocio sostenible que pueda servir mejor a los usuarios, los conductores y las ciudades a largo plazo", asegura en un texto del consejero delegado de Uber, Travis Kalanick, que se publicará una vez confirmada la operación y al que tuvo acceso Bloomberg.

Los inversores valoran Didi Chuxing en unos US$ 28.000 millones, mientras que la filial de Uber en China vale cerca de US$ 7.000 millones. Uber continuará operando de forma independiente en China, manteniendo su aplicación y su marca. El fundador y presidente de la compañía china, Cheng Wei, tendrá un asiento en el Consejo de Administración de Uber y Kalanick en el de Didi.

Didi Chuxing es producto de otra fusión anterior y sus principales accionistas son Tencent y Alibaba, líderes en redes sociales y en comercio electrónico en China, respectivamente. En su última ronda de financiación, la compañía logró recaudar 6.500 millones de euros, 880 de los cuales procedentes de Apple. Didi dice contar con más 300 millones de usuarios activos y gestionar 14 millones de viajes cada día, el equivalente al 80% del total que se realizan en China. Uber no ha dado cifras específicas sobre su negocio en el gigante asiático, pero el acuerdo deja entrever que cuenta con una cuota de mercado cercana al 20%.

Algunos analistas ven en este anuncio de fusión un reconocimiento implícito por parte de Uber de que ha perdido la batalla contra Didi, un rival que entiende y se adapta mejor al entorno local que la compañía estadounidense. Otros aseguran que el acuerdo sirve para eliminar lo que se habría convertido en un potencial quebradero de cabeza para la compañía en caso de que finalmente optara por salir a Bolsa.

Con este acuerdo, Didi ya ha invertido en casi todas las grandes compañías de alquiler de coches con conductor del mundo: aportó financiación a Ola (popular en India), Grab (sureste asiático) y desembolsó 90 millones de euros para apoyar el crecimiento de Lyft, el principal competidor de Uber en Estados Unidos. Todas estas operaciones tenían el objetivo de desafiar el liderazgo mundial de Uber, algo que ahora queda en entredicho.

Las autoridades chinas anunciaron la semana pasada su intención de regularizar los servicios de alquiler de vehículos con conductor, que hasta ahora operaban sin un marco legal claro. El anuncio fue bien recibido por los operadores, que ven en el país asiático una gran oportunidad de negocio. Varios altos cargos chinos han alentado públicamente esta práctica al considerar que podría ser parte de la solución a los atascos y los altos niveles de contaminación atmosférica de sus ciudades.

Las nuevas leyes, que entrarán en vigor el próximo noviembre, requieren que los conductores obtengan una licencia (deberán acreditar primero un mínimo de tres años de experiencia en el volante y un historial libre de conducción bajo los efectos del alcohol) y que registren los vehículos, que también deberán cumplir varias especificaciones técnicas. La nueva normativa da cierta libertad a los operadores para establecer los precios, pero pone un máximo en la cantidad de subvenciones que se pueden dar a usuarios y conductores.

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La mascota de la empresa Didi en su sede en China. Foto: Reuters

ECONOMÍA COLABORATIVAEL PAÍS DE MADRID

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