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"Uruguay no está ganando la competencia por inversiones"

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Lo ideal para cumplir con las exigencias es "como en los bistecs, el término medio". Foto: M. Bonjour

EFECTOS DE LA REFORMA DE TRUMP

Tributarista “Mike” Valdes habló de los impuestos en la era de Donald Trump.

El tributarista internacional Miguel "Mike" Valdes es el socio principal de VD&T International, una firma de abogados con sede en Miami que opera con clientes de América Latina. Tiene más de 40 años de experiencia y ha brindado servicios para Ernst & Young y otras empresas de asesoramiento profesional. De nacionalidad cubana, está radicado hace más de 50 años en Estados Unidos y visitó Uruguay la semana pasada invitado por la firma Baker Tilly, para disertar en Punta del Este sobre la reforma fiscal que concretó el presidente Donald Trump y su impacto en la región.

En diálogo con El País, anticipó que la reducción de los impuestos corporativos (de 35% a 21%) provocará un boom de actividad y empleo en Estados Unidos. En tanto, indicó que Uruguay perdió atractivo como destino de inversión en comparación con otros países como Paraguay y opinó que la adhesión a las políticas de transparencia fiscal de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) perjudica al país. Lo que sigue es un resumen de la entrevista.

—¿Qué efectos puede tener en Estados Unidos esta nueva ley?

—El impacto va a ser increíblemente grande en mi opinión. Desde muchos años hemos estado cambiando del sistema territorial al mundial (N. de R.: el primero, grava al contribuyente según su residencia y el segundo según dónde se origina esa renta), pero Trump ahora está yendo contra la corriente y cambió de mundial a territorial. Es insólito, pero está en línea con lo que hacen la mayoría de los otros países, que dicen: "Si tienes una subsidiaria afuera y recibes dividendos no tienes que pagar impuestos por esos dividendos". La nueva tasa de 21% con un sistema territorial hace a Estados Unidos extremadamente atractivo para cualquier inversionista alrededor del mundo. En poco tiempo va a crear un boom enorme. Y no solo bajó el impuesto corporativo de 35% a 21%, sino también el individual de 39,6% a 37%.

—Al ser Estados Unidos más atractivo, ¿pueden retraerse inversiones en América Latina?

—No sé si eso va a ocurrir. Lo que Trump está buscando más son todas las maquiladoras que se han ido para México y todas las empresas que se han ido para China. Es una vergüenza pero es la realidad: hoy en día no se manufactura nada. En 1965 cuando llegué, trabajé en una fábrica de calentadores de agua, después en otra que hacía liquido para matar cucarachas, de esos trabajos ahora ya no hay casi nada, lo único que uno puede encontrar es la industria electrónica, que es la que ha mantenido el paso y es parte de lo que está creando más empleos en Estados Unidos.

—¿Un país pequeño como Uruguay vería esta reforma desde lejos sin grandes impactos?

—No, yo creo que el impacto será principalmente por otras cosas. Uruguay está tomando unas decisiones que yo no sé si tomaría si quiero atraer inversiones. El camino aquí está difícil para eso. Vamos a decir la verdad: no es el Uruguay que yo conocía hace años (ver aparte).

—¿Por decisiones internas o por el contexto internacional?

—En la atracción de inversiones una de las cosas que uno toma es cuán fácil es hacer negocios en el país. El problema es que hoy en día hay una competencia mundial y en esa competencia la verdad que Uruguay no está ganando. Eso para mí es bien claro como extranjero que lo veo de fuera. No está atrayéndome. Y el país con 3 millones de habitantes necesita inversión extranjera. Yo estaría haciendo todo para traer más plata para acá porque es lo que hace que el país progrese.

—¿Lo de Uruguay es un problema impositivo o de burocracia?

—Es en parte los impuestos, pero también se miran reglamentos. ¿Por qué Trump tira 21 reglamentos (que aprobó la administración de Barack Obama)? Porque como hombre de negocios sabe que lo que me mueve a mí es tener que lidiar menos con la burocracia para hacer mis inversiones. Y los impuestos es lo otro: ¿cuánto del dinero podré quedarme para disfrutarlo o reinvertirlo? No es lo mismo gastar 35% que 21% y eso va a ser muy atrayente para el inversionista.

—Siguiendo con Uruguay, en los últimos años ha hecho una adaptación de su normativa al proceso de transparencia fiscal de OCDE. Aquí se debate si hizo bien o no. ¿Usted qué opina?

—Es un debate fuerte, yo le voy a responder de forma indirecta. Estados Unidos mira a la OCDE y le dice: "Está muy bien todo lo que estás proponiendo, pero yo ya tengo mis reglas y no tengo que seguir esas". ¿Qué pasa? Estados Unidos está creciendo y en Europa donde están la mayoría de los países de la OCDE está sufriendo y bastante. Indirectamente, le doy la respuesta.

También me llama la atención que las cosas que son tan fáciles en Estados Unidos en Latinoamérica, que supuestamente las hace así debido a las reglas americanas, son exageradas. La burocracia se convierte en algo enorme.

—¿Uruguay puede plantarse de esa manera ante la OCDE?

—Si usted tiene dinero y va a abrir una empresa, visita Paraguay y Uruguay, ¿adónde cree que abrirá la empresa?: en Paraguay, porque será más fácil y tiene más sentido. Paraguay se está aprovechando de lo que ha pasado, tomando el lugar de Uruguay de manera acelerada. Todos estos cambios para cumplir con la categoría de la OCDE están afectando al país. Uruguay no puede competir diciendo "nosotros cumplimos con los principios de OCDE", porque las inversiones se mueven por la plata y eso no da plata. Yo digo que, como en los bistecs, el "término medio con papas" siempre funciona. Me refiero a hacer las cosas de una manera que podamos atraer inversionistas y al mismo tiempo tratar de cumplir con las reglas como lo hacen algunos países; porque no todos están cumpliendo: todos hablan mucho, pero no todos cumplen.

—Uruguay eliminó el secreto bancario para determinadas cuentas y comenzó el intercambio automático con otros fiscos. ¿Cree que esto es positivo?

—No sé por qué Uruguay tiene que participar tanto. Por ejemplo, pese a que Panamá agarró un nombre malísimo con el tema de los Panama Papers, firmó un acuerdo para el intercambio de información (solo) si el otro país está haciendo una auditoría de esa empresa o persona. No es automático; y eso es una diferencia enorme.

Decisiones laborales "están bien difíciles"

En 2013, Valdes visitó Uruguay y definió al país como un "paraíso fiscal", pero cinco años después su opinión cambió. "Ya no lo considero", admitió. No obstante, en otros aspectos mantiene su forma de pensar: "También (en esa oportunidad), cuando me preguntaron si los paraísos fiscales se iban a extinguir, dije que no, porque usted ha visto si el juego o la prostitución se han podido extinguir en todos estos años. No se puede, porque hay cosas que los seres humanos van a hacer tengan aprobación o no", resaltó.

Como asesor de inversiones, observa que la "nueva tendencia" es hacer planeamientos fiscales "portables" para sus clientes, "en el sentido que si Paraguay ahora está bueno, voy para allá por cuatro o cinco años. Cuando empiece a cambiar, me voy para el próximo que necesite dinero y ellos me van a abrir las puertas", graficó.

Si bien concedió que "Uruguay siempre ha sido un lugar fantástico" por su apego a las reglas, Valdes ilustró que actualmente los brasileños abren siete de cada 10 nuevos negocios en Paraguay. "¿Por qué van para allá si les encanta venir a la playa en Punta del Este y estar aquí? La verdad es que las regulaciones e impuestos son los que atraen a las personas", concluyó.

A su juicio, la presión tributaria de Uruguay (que asciende a 33,2% del Producto Interno Bruto), es "alta". "Es que tienen un IVA aquí de 22% que es insoportable, y afecta a todo el mundo. Lo que pasa que es un impuesto maravilloso si uno es un político, porque la mayoría de las personas cuando compran no saben que están pagando un 22%", dijo. Valdes admitió que el plano fiscal no es lo único que se evalúa al decidir invertir en un país, sino que también se toma en cuenta como el precio de la electricidad, las facilidades para importar y exportar y la calidad de la mano de obra. Poniendo todo es en la balanza, Uruguay perdió "mucho" atractivo. "Para mí, ya no es lo mismo que lo que era antes". "Las decisiones laborales aquí están bien difíciles, está la cuestión de la burocracia peor que nunca, yo puedo hacer cosas en Estados Unidos que aquí me toman 3 o 4 días a lo mejor", puntualizó.

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