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Uruguay es el que más gasta en jubilaciones de la región

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Archivo El País

Uruguay es el país que más gasta en jubilaciones de América Latina y el Caribe en relación a su economía, según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

También Uruguay es el país con mayor porcentaje de población de más de 65 años de edad sobre la población en edad laboral.

El país gasta en pensiones más del doble que el promedio regional en relación a su Producto Interno Bruto (PIB) y duplica el porcentaje regional de población mayor a 65 en relación a las personas en edad laboral, según el informe "Panorama de las Pensiones: América Latina y el Caribe".

Uruguay destina 8,2% de su PIB al gasto público jubilatorio (unos US$ 4.500 millones), mientras que el promedio de América Latina y el Caribe es 3,1% del PIB.

Detrás de Uruguay vienen Brasil —que destina 6,8% de su PIB al gasto en pensiones— y Argentina (que gasta 6,4% del PIB). Completan los cinco primeros, Honduras (con 5,1% del PIB en gastos jubilatorios) y Panamá (que destina 4,9% del PIB).

Por otro lado, los uruguayos mayores de 65 años representan el 25% de la población en edad laboral. En la región, esa relación en promedio es de 12,3%.

Detrás de Uruguay, viene Argentina con personas de más de 65 años que representan 19,2% de la población en edad laboral. Barbados es el tercero con 16,7% para esa relación, Chile el cuarto con 16% y Jamaica el quinto con 14,5%.

"El envejecimiento de la población es uno de los motores de cambio de la ola de reformas pensionales alrededor del mundo en los años recientes", afirma el BID.

"La tasa de dependencia es un indicador importante de la presión que ejercen las cuestiones demográficas sobre los sistemas pensionales; mide el número de personas en edad productiva (entre 20 y 64 años) en relación con el número de personas en edad de jubilación (mayores de 65 años). En el momento, existen en promedio casi un poco más de ocho personas en edad productiva por cada jubilado", agregó.

"El país más viejo de América Latina y el Caribe a nivel demográfico es Uruguay, con una tasa de dependencia de solamente 4. Argentina era el siguiente con 5,3, seguido por Barbados con 6,1, y Chile y Jamaica como los únicos otros países por debajo de 7", remarca el organismo.

Factores clave.

El estudio señala que "sin tener en cuenta las características socioeconómicas, el principal determinante de la cobertura pensional es el tipo de empleo. En promedio, mientras que 64 de cada 100 trabajadores asalariados contribuyen a un esquema pensional en los países de América Latina y el Caribe, solamente lo hacen 17 de cada 100 trabajadores independientes".

"Entre los países de América Latina y el Caribe, solamente Brasil, Chile, Costa Rica y Uruguay parecen estar obteniendo ahorros pensionales significativos por parte de los (trabajadores) independientes", añade.

"La explicación para esta desafiante situación está en algunos casos en la afiliación voluntaria, en otros en la falta de rigor en la aplicación de la afiliación obligatoria, y en los factores usuales relacionados con los bajos ahorros pensionales (los ingresos bajos e irregulares, la miopía y la procrastinación)", explica el reporte. Según el BID "el tamaño de la empresa también desempeña un papel importante en las contribuciones de los trabajadores asalariados. Cuanto más grande es la empresa, mayor es el número de empleados que tienden a cotizar, independientemente de sus niveles salariales".

Así, "en grandes empresas con más de 50 trabajadores, contribuyen el 71% de los asalariados, mientras que en las empresas medianas (entre seis y 50 empleados) lo hacen el 51% y en las pequeñas (menos de seis trabajadores), el 24%", constata el organismo.

Por otro lado, el BID destaca que "existe poca evidencia de que las personas de la tercera edad sean más pobres que la población más joven".

En se sentido, "las tasas de pobreza relativa a nivel individual son menores para las personas mayores en todos los países con datos disponibles.

Las diferencias más marcadas se encuentran en países con grandes programas de pensiones como Bolivia y Brasil o donde existe un sistema contributivo de pensiones como en Chile y Uruguay", señala el informe.

En el caso de Uruguay, en 2014 la pobreza alcanzaba a 9,7% de la población, pero entre los de 65 y más años apenas el 2% era pobre.

Los números del sistema de pensiones

En el caso de Uruguay "el sistema de pensiones se basa en un sistema mixto que recibe contribuciones y otorga beneficios de forma combinada, según los diferentes rangos de ingreso. Por una parte, existe un sistema de retiro de solidaridad intergeneracional (beneficio definido) y, por otra parte, hay un sistema obligatorio de ahorros pensionales (contribución definida)", recuerda el BID.

Según la Memoria Trimestral del Régimen de Jubilación por Ahorro Individual Obligatorio (AFAP) publicada recientemente por el Banco Central (BCU), en el primer trimestre el crecimiento neto de afiliados a las administradoras fue de 10,3%.

Así, al cierre de marzo había 1.269.732 afiliados a alguna AFAP. La estatal República AFAP tenía el 38,7% de los afiliados, seguida por AFAP Sura con 24,6%, Unión Capital AFAP con 21,3% e Integración AFAP con 15,4%.

Las administradoras gestionaban $ 280.561 millones (más de US$ 10.000 millones). Del total de fondos administrados, República AFAP concentra el 54,6%, seguida por AFAP Sura con 18,1%, Unión Capital AFAP con 16,4% e Integración AFAP con 9,1%.

Cada persona tenía en promedio $ 220.691 en las AFAP.

El sistema mixto todavía no ha alcanzado la madurez y así el sistema de ahorro previsional apenas paga a 25.447 personas. Casi un tercio (32%) corresponde al fallecimiento del afiliado en actividad o en goce del subsidio transitorio, otro 30% a jubilaciones por incapacidad total, 25% a jubilaciones comunes, 9% a subsidios transitorios por incapacidad parcial y 4% a prestaciones por fallecimiento del jubilado.

Para poder jubilarse por el pilar de solidaridad intergeneracional (que paga el Banco de Previsión Social) es necesario contar como mínimo con 60 años de edad y 30 años de trabajo formal. Para hacerlo por la AFAP se requieren 60 años mínimo de edad, pero no hay requisito de años trabajados.

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En relación a su economía; también es el más envejecido de América Latina

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