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"Uruguay tiene el síndrome del chiquitismo"

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El presidente de "Los Grobo" con ideas y propuestas polémicas. Foto: La Nación GDA
LA NACION - AGR_GROBOCOPATEL - ECO - Gustavo Grobocopatel. 25/01/12 Foto Fernando Massobrio - CABA - ARG - FERNANDO MASSOBRIO - fm
FERNANDO MASSOBRIO - STAFF - LA /LA NACION

“El rey de la soja” afirma que el país no se integra y eso es “un problema”.

El presidente del Grupo "Los Grobo", Gustavo Grobocopatel, presentó en Buenos Aires a un puñado de periodistas parte del mundo "poco conocido" de su empresa: la Fundación "Los Grobo" que está cumpliendo 10 años y en ese marco dialogó con El País.

Su grupo empresario estuvo varios años en Uruguay, pero en el último tiempo comenzó a aplicar una estrategia de reducción de sus negocios en Sudamérica, por lo que a mediados de 2015 se desprendió de la participación que tenía en Agronegocios del Plata (ADP) en Uruguay.

"Me vas a preguntar por qué me fui de Uruguay", se adelantó ante el grabador quien es más conocido como "el rey de la soja" y también por sus dotes para cantar folclore. Es "fan" de Leo Masliah, Jorge Drexler y del dúo Larbanois-Carrero.

—Le iba a preguntar eso, pero también si tienen pensado generar algún proyecto nuevo de inversión en Uruguay.

Estamos analizando.

—¿Y de qué depende? ¿De la situación de Argentina?

No, no. Depende de las oportunidades, de que haya oportunidades en el Uruguay.

—Y en ese sentido, ¿cómo evalúan al gobierno uruguayo?

Yo tengo buena relación con el gobierno de Tabaré Vázquez y los problemas de Uruguay no están vinculados con este gobierno en particular, lo están con la estructura cultural del "chiquitismo".

—¿Y qué significa eso del "chiquitismo"?

Que tienen el síndrome del "chiquitismo", eso significa que no se integran, que no hay empresas multinacionales uruguayas en la región, que todo lo ven desde lo uruguayo, en un mundo en el que Argentina ahora cambió y va a cambiar Brasil… Así que más vale que vayan rápido.

—¿Cómo evalúa la llegada de Mauricio Macri a la presidencia de Argentina?

—Creo que el momento es muy bueno ya que es la sociedad la que aprendió que tiene la responsabilidad de resolver y ponerse en movimiento porque no estamos condenados al éxito. Cada vez que cambia un gobierno, que hay una elección, yo estoy contento, porque es momento para pensar lo que hacemos. Y en ese sentido, lo que ocurrió con "Cambiemos" no es un invento que cae como un plato volador. Ahora tendrán el desafío de gestionar en la Ciudad, en la Provincia y en la nación. Nadie quiere que fracase lo que viene, por ejemplo yo no estaba de acuerdo con casi nada de lo que pensaba (la presidente) Cristina Fernández y sin embargo quería que le vaya bien. Yo ya venía hablando con los dos gobiernos (el saliente y el entrante) que si no hay un cambio en la forma y el diseño del Estado, tal como hemos hecho las empresas a la hora de generar nuevas políticas de inversión social, no hay cambio social posible. Hay que generar "agencias de desarrollo local" en las que estén presentes lo público y lo privado en alianza con las comunidades locales. Y para eso el Estado siempre tiene más poder de fuego que las empresas y no puede ser una estructura de burocracia. Ahora si vos como empresa plantás esa semilla, no florece porque los Estados te aplastan, son el Leviatán. Las empresas y el Estado tienen que estar a favor de la gente y por eso la mejor política pública es transformar el Estado y un Estado del siglo XXI que no es ideológico, sino de acción. Que es facilitador y que permita que esa integración surja, que esté a la altura para fomentar los gobiernos locales y las economías desde lo local y para recibir los flujos constantes de capitales y de personas que hay en el mundo actual, que está globalizado. Hay que integrar lo global con lo local y la diversificación con la especificación, no hay que verlos como dicotomías excluyentes. Eso es lo que buscamos por ejemplo con lo que hacemos en la Fundación Los Grobo.

—¿Cree que el gobierno de Macri facilitará más ese pedido?

Hay un cambio de aire más a favor de la iniciativa privada. Se conversa permanentemente. Lo que pasa es que los políticos muchas veces caen en lo que yo llamo "la tentación del bien", es decir hacer las cosas de una forma creyendo que así solucionan problemas, pero cerrándose a aportes de otros sectores.

—¿No considera que un gabinete en el que hay un gran alto número de ejecutivos de empresas puede generar políticas a favor de intereses sectoriales? También se habla de un regreso a los 90.

De lo que anunciaron hasta el momento a mí me gustó todo y me parece bien tener un equipo económico y hacer foco en la gestión. A Macri además, el Estado le importa y por eso hay una expectativa positiva. El menemismo respondió a un deseo de la sociedad, la sociedad de hoy quiere otra cosa y considero que obviamente es diferente a los 90 porque el modelo que propone el nuevo gobierno es diferente y el contexto es también diferente. No se irá a un cambio drástico, a un privatizaremos todo.

—Desde el gobierno de Cristina Fernández se expone que se está especulando con la venta de granos y desde la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) se dice que hay 11.300 toneladas de soja en silos-bolsa (sin venderse). ¿Es así? Macri también cuenta con que se vendan para obtener dólares.

—Los números hay que verlos. Es cierto que hay quienes guardan la soja, la tienen ahí como moneda, pero lo van a ir vendiendo, porque no es que les sobró, hace tres años que venimos perdiendo con la soja. Y que un productor se defienda de no fundirse, no es ir en contra del país, sino algo que debemos festejar todos. Es la protección de seres contra el Leviatán. Yo creo que se deben quitar todas las retenciones (a las exportaciones), pero bueno por ahora lo que ha anunciado Macri (ir quitándolas en un plan de 5% por año para la soja) significa que parece que elegimos ir lento… Y bueno el tema no es de especulación, es una cuestión de precios, no es moral. Por más que se vendan todos los granos, hoy no alcanza. Considero que en vez de un impuesto a las exportaciones debería haber un impuesto a la tierra, porque lo otro afecta la aplicación de tecnología y por ende la productividad. Todos quienes conforman el nuevo gobierno saben lo que pienso al respecto y tengo a la mitad a favor y a la mitad en contra.

—¿Qué pasa con la suba de precios y el tipo de cambio en la Argentina?

El tipo de cambio es consecuencia de la productividad, no es la causa de la productividad y los precios van a bajar cuando haya más competencia. Este es un momento de transición por los errores que se cometieron. Y creo que en el próximo año se va a sembrar mucho trigo y maíz. Lo que sí sabemos es que la gente va a seguir comiendo en el mundo y por lo tanto demandará alimentos y habrá que dar valor agregado a nuestros productos y ver cómo hacemos para producir más.

“Qué hacer si la empresa se va” de la comunidad local

La Fundación “Los Grobo” posee el programa Potenciar Comunidades que, mediante un pool de socios, busca generar un cambio en la visión de lo que tiene que ver con Responsabilidad Social Empresaria que “beneficie tanto a las comunidades donde anclan las empresas como a la rentabilidad de las mismas”. Tienen proyectos a lo largo y ancho de Argentina, en México, República Dominicana y en Uruguay. Los dos proyectos que operan en territorio uruguayo están ubicados en la localidad de Dolores (Soriano). El primer llamado se realizó en 2012, donde hubo dos proyectos ganadores impulsados por organizaciones de la sociedad civil de esas comunidades y financiados por el programa y la empresa Agronegocios del Plata (ADP).

“Construyendo esperanza” es de grupos de ayuda mutua, acompañado y financiado junto a ADP para generar oportunidades de empleo, espacios de participación y contención social dictando talleres de formación integral para mujeres y jóvenes en situación de vulnerabilidad social y económica. Durante esa implementación se creó un emprendimiento productivo para sostenerlos, que consiste en la creación de productos derivados de la soja y su posterior comercialización en la comunidad. El otro proyecto es “Crescendo” de educación musical, universal y gratuita, para el desarrollo humano y artístico de niños y jóvenes.

“Hoy tenemos más de 60 proyectos, apoyados por otras empresas socias a las que asesoramos en cómo hacer inversión social de forma efectiva para la gente; y no es una cuestión de ser solamente donante y altruista, se espera un retorno, hay un interés compartido entre las empresas y la comunidad. Se trata de entender cómo integrarse al territorio local y qué hacer si la empresa se va, porque la gente se queda y lo que la gente quiere es trabajo para ellos y para sus hijos”, afirmó Grobocopatel.

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El presidente de "Los Grobo" con ideas y propuestas polémicas. Foto: La Nación GDA

Gustavo GrobocopatelVICTORIA MOLNAR

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