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Uruguay tuvo pujante Industria naval a lo largo de 187 años

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Aunque parezca increíble y adelantándose en el tiempo, hace 70 años, a mediados de los 40, el Astillero Carmelo de Uruguay (My DF) construyó 10 barcazas de 300 toneladas cada una para una empresa norteamericana instalada en Buenos Aires.

Las partes de las barcazas en forma de kits habían llegado desde los Estados Unidos y suponemos que por la calidad de la mano de obra uruguaya y por dominio de la soldadura por arco voltaico, el contrato de armarlas se adjudicó al Astillero Carmelo de Metalúrgica y Dique Flotante. Fue suscrito con la empresa armadora norteamericana Moore McCormack Lines, una naviera muy importante, y en aquel tiempo con los barcos mas grandes y mas modernos del momento, los “mormack” fueron famosos y construidos en los Estados Unidos. Fue una línea naviera que durante varios años mantuvo un optimo y formidable servicio marítimo de cargas entre el Río de la Plata y puertos de ambas costas de los Estados Unidos. Por lo demás, esta empresa naviera fue la primera en utilizar pequeños contenedores para el transporte de cargas valiosas a fin de evitar robos en los puertos, principalmente en Santos; eran contenedores mas pequeños que los actuales, un tercio y aquí se ponían bebidas, cigarrillos, perfumes, cosmética, obras de arte, etc. En cuanto a las barcazas, una vez construidas se las llevaron a Buenos Aires. Realmente una sorpresa Uruguay exportando mano de obra naval. Tampoco vamos a pasar por alto que esta misma empresa (My DF) construyó por esa misma fecha un dique flotante de hormigón, una idea avanzada que ponía a Uruguay por delante. El dique se debió llevar a Buenos Aires para su venta porque no se tenía comprador cuando surgió el proyecto de construirlo. Eso si que fue un desafío.

EN 1938. Siguiendo esta línea de pensamiento, pocos saben cuan importante fue esta industria de la construcción naval que nació y creó por individualidades y se desarrolló en todo el Uruguay a pura iniciativa privada, mayormente proveniente de inmigrantes con todos los riesgos y desafíos que ello suponía. No poca sorpresa nos deja toda aquella realidad cuando hoy nos sentimos maravillados ante las actuales construcciones de barcazas, remolcadores, pesqueros, petroleros para Ancap porque todo eso ya lo hacíamos hace 80 años atrás cuando ya habíamos alcanzado altísismos niveles de calidad y cantidad e incluso exportábamos embarcaciones. Y es que hoy antes de construir un bote a remo ya se está purgando pena ante el Estado. En 1938, en el Astillero Carmelo que entonces era del magnate Mihanovich, habíamos llevado a cabo 18 órdenes de construcciones navieras entre las que estaban los barcos de pasajeros “Ciudad de Colonia“, “Ciudad de Asunción”, “Capitán Brizuela” y el “Ciudad de Corrientes” además del varios cargueros de gran capacidad como el “Madrid“ y otros. Fue todo un triunfo del prestigio de la manualidad de los trabajadores uruguayos, construyendo barcos de pasajeros y de carga y el genio fue este inmigrante europeo-argentino Mihanovich que descubrió nuestra artesanía. Es que la artesanía naval uruguaya era bien acreditada por su calidad y creemos que M. y D.F habia introducido importantes avances técnicos en el arte de la soldadura con total profesionalismo.

NOVEDAD. Pero las sorpresas no se detendrían en aquellas barcazas sino que vendrían tres o cuatro años más tarde, por el 1947. Y es que lo destacable y novedoso fue que se construyeran en serie, utilizando soldadura eléctrica, seis buques de 1.000 toneladas con el destaque técnico genial que eran los únicos buques -por esta región- provistos de grúas mecánicas para la carga y descaga de las mercaderías. El diseño de estos barcos de cabotaje, fue realizado por la firma estadounidense Cox y Stevens, adaptadas por el Ing. José Bozzano, con la aprobación de la mas alta calificación del “Lloyd’s Register of Shipping”. Este Ing. Bozzano fue un genio paraguayo que se radicó en el Uruguay. Todas ellas fueron botadas entre el 4 de octubre de 1947 y los primeros meses de 1949. Las tres primeras: “Presidente Berreta”, “Cruz del Sur” y “Boyero” fueron lanzadas al agua totalmente equipadas, en tanto que de las restantes solo se entregaron los cascos. Otra de las embarcaciones construidas en dicho astillero por ese tiempo fue la denominada auto-balsa “General Artigas” que cruzaba el Río Negro en la ciudad de Mercedes. Esta era la única auto-propulsada y fue diseñada especialmente por encargo de la Dirección de Hidrografía del Ministerio de Obras Públicas.

ANP. Pero en este escenario uruguayo de cientos de constructores navales y decenas de astilleros distribuidos por el río Uruguay y la costa Atlántica del Este, el Varadero de la ANP mostró también un tiempo de vanguardia muy dinámico y de iniciativas y en esta retrospectiva nos sorprende casi en su etapa final, casi los años 50 una serie de construcciones de grandes lanchas de puerto, a una de cuyas botaduras asistimos. Pasados los años 50 nos sorprende con la construcción de dos hermosas naves: en 1956 el barco “Soriano” con una eslora 40.50, manga 8.88 metros casco de hierro y su gemelo el “Benito Borrazas”, dos hermosas y grandes naves de Alto Cabotaje.

EL PASADO. La artesanía naval en el Uruguay aunque se remonta a la Colonia, tiene más de 150 años de antigüedad de desempeño formal con astilleros instalados, según los registros, en todos los puertos y lugares playos del litoral del río Uruguay comenzando desde Salto y en la costa del Este. Este escenario industrial exitoso e inteligente fue pura iniciativa privada de audaces artesanos y confiados profesionales que tuvieron visión y asumieron desafíos a puro riesgo. Eso fue asi hace 150 años y desde entonces españoles, italianos, croatas, alemanes, y de otros países de centro de Europa surgieron ejemplares artesanos que construyeron simples embarcaciones a importantes naves como los remolcadores “Diego Capella y Pons”, el “Antonio D. Lussich”, Viviendas Flotantes, etc. Los artesanos navales y los constructores y astilleros los tuvimos tambien en Montevideo formales y por decenas instalados por el Cerro, por el Pantanoso, el Buceo, en el Varadero de Miller, en el Varadero de la ANP como dijimos que estaba a los fondos de la calle Sarandi e Ing. Monterverde. Y como artesanos navales que solo necesitaban un espacio libre próximo al mar, los tuvimos por centenares desde 1860 que construyeron lanchas, chatas, pesqueros y naves de paseo, viviendas flotantes, ganguiles, etc. Tenemos una lista de casi 500 barcos bien identificados aunque más o menos un tercio se ignora quién y cuándo se construyó y muchos de ellos los tuvimos hasta los años 1993, como el “Dorlindana”. Este material y muchísimo más, que lo tenemos desde hace 50 años, lo seguiremos ofreciendo a nuestros lectores en próximas notas. Todavía nos falta referirmos a Paysandú, Salto, Fray Bentos, etc.

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