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¿Cómo ven las calificadoras de riesgo el escenario económico tras la elección?

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Daniel Martínez se saluda con Luis Lacalle Pou. Foto: Marcelo Bonjour (Archivo)

PERSPECTIVAS

El déficit fiscal ha ido en aumento desde 2015 con una economía absolutamente estancada. El próximo gobierno tendrá el desafío de reducirlo y de reimpulsar el crecimiento económico según las calificadoras de riesgo

Pasaron dos días de las elecciones nacionales que depositaron en la segunda vuelta a Daniel Martínez (Frente Amplio) y Luis Lacalle Pou (Partido Nacional) y las calificadoras de riesgo que evalúan a Uruguay ya hicieron sus análisis respecto a qué esperar a nivel económico y cómo ello puede repercutir en el grado inversor que ostenta el país.

Las calificadoras Moody’s y DBRS emitieron sendos informes a los que accedió El País. Adicionalmente, El País consultó a Fitch, una de las dos agencias que le asigna a Uruguay la menor nota -en el mínimo del grado inversor- y la única que le pone perspectiva “negativa” a ella. Las tres agencias evaluarán el plan del próximo gobierno y en base a ello podrían resolver cambios en las calificaciones de Uruguay.

Desafío y riesgo.

“En cualquier escenario” que surja del balotaje “sigue siendo un panorama fiscal muy desafiante e incierto para los próximos años”, dijo a El País desde Nueva York el analista para Uruguay de Fitch Ratings, Todd Martínez.

“Nuestra visión es igual a antes de las elecciones. No necesariamente vemos un escenario electoral mucho mejor para los desafíos fiscales de Uruguay que otro. En cualquier escenario hay desafíos muy grandes”, remarcó.

El déficit fiscal ha sido un problema para la administración de Tabaré Vázquez, que pese a hacer un ajuste por el lado de los impuestos de poco más de 1% del Producto Interno Bruto (PIB), sigue con los peores guarismos en rojo de los últimos 30 años.

De hecho, el déficit fiscal -excluyendo el “efecto cincuentones”- mejoró levemente en los 12 meses cerrados a agosto y así dejó de ser el registro más alto en 30 años, al ubicarse en 4,8% del Producto Interno Bruto (PIB).

“Después del balotaje esperamos más detalles sobre el plan fiscal. Pero, vemos desafíos para cualquier plan”, dijo el analista de Fitch.

“Un plan que asume que va a haber una mejora fiscal por mayor crecimiento” de la economía -como propone el candidato Martínez-, podría ser una estrategia riesgosa”, explicó. En tanto, “un plan de recorte de gastos -como propone Lacalle Pou- podría ser desafiante dada la presión endógena del gasto en Uruguay, la rigidez del presupuesto y más que todo el riesgo de que podría haber un aumento significativo de las pensiones por su indexación a los salarios”, afirmó.

Debate presidencial entre Daniel Martínez y Luis Lacalle Pou. Foto: Fernando Ponzetto
Debate presidencial entre Daniel Martínez y Luis Lacalle Pou. Foto: Fernando Ponzetto

“No solamente se necesitan esfuerzos de reducir el gasto para bajar el déficit, también se necesitan medidas importantes para que no siga subiendo. Eso es un desafío”, agregó.

Por otro lado, Martínez expresó que ven “poco apetito para aumentos adicionales de ingresos” (es decir de impuestos) “de parte de cualquier candidato”.

El analista de Fitch recordó que la agencia confirmó la calificación de BBB- (el mínimo escalón dentro del grado inversor) de la deuda uruguaya en junio con perspectiva “negativa” y que “probablemente después de las elecciones estaremos viendo la calificación de nuevo y ojalá con más detalles sobre el plan hacia adelante”.

Fitch cree que se socavarán la cuentas públicas de Brasil. Foto: AFP
Calificadora de riesgo. Foto: AFP

En un comentario emitido ayer, la calificadora canadiense DBRS aseguró que “el desafío clave que enfrenta el próximo gobierno es el déficit fiscal. La estabilización de la dinámica de la deuda pública requiere una reforma de las pensiones y un ajuste fiscal de aproximadamente 2 puntos porcentuales del PIB”.

DBRS tiene a Uruguay calificado como BBB-, también el mínimo dentro del grado inversor, aunque con perspectiva “estable” a diferencia de Fitch.

Después de las elecciones, “el principal riesgo a la baja” de la nota “se relaciona con la implementación”, explicó DBRS y afirmó: “si el entorno posterior a las elecciones se caracteriza por la inacción de las políticas, los desequilibrios fiscales podrían continuar ampliándose. En tal escenario, el deterioro de la dinámica de la deuda pública podría ejercer presión sobre la calificación de ‘grado de inversión’ de Uruguay”.

Por otro lado, “las condiciones políticas y económicas posteriores a las elecciones” presentan una posibilidad de mejora. Por un lado, “la naturaleza dividida del congreso debería impulsar la formulación de políticas hacia el centro en lugar de los extremos” y por otro “se espera que las condiciones económicas se fortalezcan modestamente en 2020 y 2021” por el proyecto de UPM y otros de infraestructura, explicó DBRS. “Esto podría proporcionar a la administración entrante una apertura política para avanzar en las reformas necesarias”, añadió.

Al igual que Fitch coincide en que los abordajes de Lacalle Pou y de Martínez para bajar el déficit, tienen riesgos. Por el lado del candidato blanco, evaluó que “recortes significativos de gastos podrían aumentar el riesgo de protestas sociales” y por el lado del frenteamplista que “un ajuste más lento podría preservar un amplio apoyo público, pero los planes de reducción del déficit dependerían de una recuperación económica sólida, que podría no materializarse”.

Por su parte, la calificadora Moody’s Investors Service señaló que “como los partidos de oposición tenían plataformas electorales algo similares, creemos que existe una alta probabilidad de que puedan llegar a acuerdos políticos para impulsar medidas legislativas clave” si Lacalle Pou gana la elección, agregó.

Ve que América Latina retomará el crecimiento de la economía. Foto: Reuters
Moody’s mantuvo en agosto la calificación Baa2 de Uruguay con perspectiva “estable”. Foto: Reuters

Según Moody’s “Uruguay se ha enfrentado a importantes desafíos económicos y fiscales en los últimos cinco años que han llevado a un crecimiento económico débil y a una consolidación fiscal limitada debido a las restricciones impuestas por una estructura de gastos muy rígida”.

“En el frente fiscal, a pesar de las medidas de ajuste anunciadas en 2016 por la administración del presidente Tabaré Vázquez, que se centraron principalmente en los ingresos del gobierno, el déficit sigue siendo relativamente elevado”, agregó.

Moody’s mantuvo en agosto la calificación Baa2 de Uruguay (un escalón por encima del mínimo del grado inversor) con perspectiva “estable” porque cree que “los factores cíclicos proporcionarían al nuevo gobierno tiempo para implementar medidas para abordar los desafíos fiscales y de crecimiento en curso”.

Expresó que supervisará “de cerca” las propuestas del ganador de las elecciones “para evaluar el posible efecto sobre las métricas clave de crédito soberano”.

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