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Visión más pesimista para la economía regional y uruguaya

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El FMI y analistas recortan sus proyecciones; BCU ve expansión “moderada”

El Fondo Monetario Internacional (FMI), analistas y bancos son más pesimistas sobre la evolución de las economías de América Latina este año. Uruguay estaría entre los de menor crecimiento de la región, aunque por encima del promedio.

En tanto, el Banco Central (BCU) indicó en su Informe de Política Monetaria del 4° trimestre de 2015 (divulgado ayer) que "la economía uruguaya continuará creciendo por encima de la región, al influjo de la puesta en producción de alguna de las inversiones que se desarrollaron en el país en los últimos años, pero mostrando una mayor moderación".

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El FMI publicó ayer una actualización de su informe Perspectivas Económicas Mundiales (ver aparte), en el que rebajó en 1,1 punto el crecimiento previsto para América Latina y el Caribe este año y de hecho, ahora prevé una caída de 0,3% en la actividad regional. Para 2017 estima un crecimiento de 1,6% (un recorte de 0,7 punto respecto a lo que proyectaba en octubre).

De la región, el FMI solamente actualizó las proyecciones para México y Brasil. En el caso del país vecino, prevé una caída del Producto Interno Bruto (PIB) de 3,5% (estimaba una caída de 1%) para este año y crecimiento nulo (0%) para el año próximo.

Los bancos y consultoras encuestados en el sondeo LatinFocus Consensus Forecast, que elabora la consultora FocusEconomics —y al que accedió El País— son levemente más optimistas que el Fondo, pero más pesimistas que hace un mes. En efecto, los analistas revisaron por 13ª vez a la baja sus proyecciones sobre el crecimiento de América Latina en 2016. La nueva estimación de consenso es de apenas 0,3% cuando hace un mes esperaban una expansión de 0,6% para este año (ver gráfico).

Para Uruguay, el panorama también es más pesimista.

"Una confluencia de factores arrastrará el crecimiento en 2016: la alta inflación podría afectar la demanda del consumidor, la demanda externa de bienes continuará baja y la caída de los ingresos del gobierno ejercerá presión sobre el gasto público", indicó FocusEconomics. De hecho, los 16 bancos y consultoras encuestados esperan que el PIB crezca 1,6% en 2016, una reducción de 0,4 punto porcentual desde el pronóstico del mes pasado. Para 2017, se espera un crecimiento del PIB del 2,2%.

Equipos Consultores, el Cinve y BMI Research son los que prevén menor crecimiento económico este año: 0,9%. En el otro extremo, Oxford Economics estima una expansión del 2,5%. La proyección del gobierno es de un crecimiento de 2% (en vez del 2,5% incluido en el Presupuesto), según había adelantado El País el pasado 17 de diciembre.

En tanto, el BCU que prevé una "mayor moderación" en el crecimiento económico —si bien no explicitó cuánto— señaló que "la demanda externa relevante para la economía uruguaya continuaría mostrando escaso dinamismo en 2016" y que "la región se encontraría en una fase de contracción".

De todas maneras, la autoridad monetaria resaltó que "en el caso de Argentina, si bien se espera una caída de actividad en 2016, la eliminación de trabas y otras restricciones al comercio bilateral tendrían un efecto favorable para nuestra economía".

Sobre el último trimestre de 2015 (cuyos datos se publicarán en marzo), el BCU indicó que según "la evolución de algunos indicadores, la economía habría mantenido un crecimiento moderado".

El Central ve "algunos riesgos" que de producirse "afectarían negativamente al escenario base" y destacó entre ellos "una brusca desaceleración de la economía en China, una desaceleración en la región superior a la ya prevista, una normalización más rápida de la política monetaria en Estados Unidos y mayores tensiones financieras en Europa". La probabilidad que ocurran "es baja, pero dado los efectos negativos que generarían sobre el desempeño de la economía, si se produjeran serán motivo de un monitoreo permanente", agregó.

Dólar, inflación y déficit.

Los analistas encuestados estiman en consenso que el dólar cerrará 2016 a $ 34,1 ($ 1 más que hace un mes). Las proyecciones van entre $ 31,60 de la unidad de inteligencia de The Economist y $ 37 que prevé BMI Research. Para 2017 creen que cerrará en $ 36,4.

Respecto a la inflación, los analistas mantuvieron la proyección de consenso de 8,7% para este año (con respuestas entre 7,4% de The Economist y 9,8% de BMI Research) y de 8,1% para 2017. La meta del BCU es de entre 3% y 7%.

Sobre el déficit fiscal, los consultados esperan que sea de 3,2% del PIB en 2016 (del 2,7% de BMI Research al 3,6% de Santander) y de 3% en 2017.

Brasil, el petróleo y China justifican baja

Las dudas sobre la desaceleración de China y la profunda recesión de Brasil marcaron a la baja las previsiones globales del FMI, que se sitúan en un crecimiento de 3,4% para 2016 y en 3,6% para 2017. La región más afectada por el recorte fue América Latina (ver nota central).

Según el Fondo, "estas revisiones se deben —en gran medida pero no totalmente— a que el repunte de las economías emergentes será más débil que lo pronosticado en octubre". Si se miran regiones, "las revisiones pueden atribuirse principalmente a Brasil, cuya recesión (causada por la incertidumbre política en medio de las secuelas ininterrumpidas de la investigación de Petrobras) está demostrando ser más profunda y prolongada de lo esperado". También a "Oriente Medio, cuyas perspectivas están condicionadas por la caída de los precios del petróleo, (...) y a la desaceleración de China".

China mantiene sin cambios sus pronósticos, con un crecimiento económico estimado de 6,3% este año y del 6% para 2017, menos de lo que se expandió en 2015 (ver nota aparte).

En declaraciones a EFE, el economista jefe del FMI, Maurice Obstfeld, reconoció que "persisten varios riesgos" para la evolución de la economía mundial, si bien el organismo "no contempla" una crisis económica a corto plazo. El escenario en los próximos años es "un crecimiento global atenuado", afirmó.

No obstante, Obstfeld advirtió de los "significativos" efectos de contagio de la economía china vistos ya en 2015 y constató el riesgo de "una desaceleración más marcada, mientras lleva a cabo la transición necesaria hacia un crecimiento más equilibrado". Algo que se canalizaría internacionalmente "por la vía del comercio, los precios de las materias primas y la confianza, y los efectos consecuentes en los mercados financieros internacionales y las valoraciones de las monedas", añadió.

MENOS CRECIMIENTO Y HASTA CAÍDA

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