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"Apostamos a mejorar la confianza"

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"Hay que proteger el desarrollo del complejo cárnico con visión integral". Foto: Santiago Rovella
SANTIAGO ROVELLA

Este martes asumirá como delegado alterno de la Asociación Rural del Uruguay en la Junta de Inac (acompañando a Manuel Lussich). Previo a ello habló con El País, por más que se negó a abordar ciertos temas, pues se cuidó de no entrar en polémicas de actualidad, “porque en ARU la voz política de la gremial la lleva su presidente y así debe ser”, aclaró.

Ricardo Reilly Arrarte expresó que ”soy un delegado más de los tantos que tiene ARU en diferentes ámbitos”. Y por ello dijo que al emitir opinión como delegado, “es bueno centrarse en los temas vinculados a la actividad, aunque a veces la línea es muy delgada”.

—¿Cómo afronta este desafío como uno de los delegados de la Asociación Rural del Uruguay en el Instituto Nacional de Carnes?

La Mesa de INAC es un ámbito para analizar y discutir todas las posibilidades que permitan potenciar el desarrollo del complejo cárnico desde una visión integral. Seguramente allí estará centrada nuestra tarea. Lograr un buen desempeño del complejo cárnico no solo es vital para el productor ganadero, sino que lo es para toda la economía en su conjunto, por todas las externalidades que ello genera. Por todo lo que mueve.

—¿En qué sentido lo dice?

—La carne es el principal rubro de exportación del país. Uruguay está dentro de los principales exportadores de carne del mundo, pero con el privilegio de ser a su vez uno de los mayores consumidores de carnes rojas per cápita a nivel mundial. Por eso es que incentivar a una mayor producción, se traduce en una mayor exportación, pero también en más y mejor calidad de carne en la dieta de todos uruguayos. Sin dudas INAC juega un papel fundamental en todos estos procesos.

Uruguay basa su política en la diferenciación, accediendo con sus carnes a una infinidad de mercados, varios de los más exigentes, los que pagan más. INAC juega un rol importante en todo esto.

—Sin dudas la diferenciación es fundamental.

—Está claro que Uruguay debe apuntar a la diferenciación, pero teniendo claro que los negocios se mueven por márgenes. Detrás de todo proceso de diferenciación, hay costos extraordinarios que se suman a los altos costos que ya existen.

—¿Dice que diferenciarse no es gratis?

—Diferenciarse y contar con una ventaja de mercado, que mejore el precio de la tonelada exportada, debe verse traducido en una rentabilidad relativa superior para las partes involucradas en el proceso, sobre todo comparándonos con nuestros competidores. Eso hoy, al menos para el productor, no está ocurriendo.

—¿Qué le gustaría que se haga para mejorar?

—Sin duda hay que trabajar en hacer acuerdos comerciales para bajar aranceles, de todas formas Uruguay coloca carne en el mundo a buenos precios, y eso tiene que llegarle todos los actores, pero especialmente a la máquina de producir, a la rentabilidad del productor. Es la única forma de convencernos de que el esfuerzo vale la pena, de que vamos por buen camino.

¿Como productor ganadero qué opina del precio del ganado gordo?

—Es un tema que siempre está sobre la mesa, y al que hay que seguir de cerca. Seguramente como todas las cosas, en una economía de mercado, la formación de precios es un tema que responde a un conjunto de factores, en donde siempre está presente la puja por capturar una mayor proporción de valor entre los actores involucrados en el proceso. Pero es clave apuntar a un funcionamiento transparente del mercado, sin asimetrías.

¿Qué podría pasar si el país queda sin la Cuota 481?

—Uruguay ha alcanzando una importante participación en ese nicho de mercado. No sería para nada alentador que se corte. Aquí se puede ver la importancia de contar con condiciones de acceso favorables a un mercado, ya que la Cuota ingresa con arancel cero. El engorde a corral no es una herramienta que se utilice de forma masiva, pero es notorio que el acceso a la 481 genera importantes externalidades en la ganadería en su conjunto. Ahora, eso sí, no perdamos de vista que para que la ecuación le cierre al grueso de los productores, para que el país produzca más terneros y la ganadería crezca, tiene pagarse bien el ternero o el novillo de Cuota, pero fundamentalmente tienen que pagarse bien el novillo gordo y la vaca gorda engordada sobre pastura. Allí se juega el partido para que le ecuación le cierre, y el sistema sea sostenible. Tenemos todo para que así sea.

¿Qué posición tiene frente al pago de haciendas en Tercera Balanza?

—No es un tema nuevo. El pago en tercera balanza, previo al dressing, es algo que ARU ya ha planteado, como también lo han hecho otras gremiales de productores, así como otros actores del sector. También a esta altura es sabido que el Ministro Aguerre es contrario a decretar el pago en tercera balanza. Se trata de un tema recurrente, así que seguramente lo volveremos tratar en su debido momento. Está claro que aquí, a lo que hay que apuntar, es a mejorar la posición y confianza del productor en el sistema, algo que aún estamos lejos de alcanzar.

¿Qué opina sobre la diferencia del precio del novillo gordo en Paraguay comparado con el de Uruguay?

—Paraguay, nos pasó en volúmenes de exportación de carne, accediendo a menos de la mitad de mercados que Uruguay, sin trazabilidad, con Rusia como fuerte destino. Por lo tanto obteniendo precios de exportación aproximadamente un 30% por debajo del nuestro. ¿Cómo no va a llamar la atención que el productor uruguayo reciba 40 o 50 centavos menos por kilo de novillo gordo que su par en Paraguay? Pienso que nos debemos un análisis profundo, y no solo como cadena de valor sino como país productivo.

—¿Por qué lo dice?

—Es una muestra clara de la falta de competitividad que tienen las cadenas de valor en Uruguay. Si no baja la carga del Estado sobre el aparato productivo nacional, nos van a devorar los costos fijos. Esto es aplicable al agro, industria, comercio y servicios. Estamos en medio de una guerra por el traslado de costos en la cual el productor pierde siempre por ser el último de la fila.

¿Teniendo en cuenta que dice que el precio al productor es bajo, cree que para ello puede influir el alto costo que aduce la industria?

—No voy a opinar de los costos industriales porque no me corresponde, y además los desconozco, pero sí le digo que a los precios actuales de la hacienda gorda, con un dólar planchado como el que tenemos, y con esta estructura de costos internos, al productor ganadero no le cierra ninguna cuenta. Es por eso que considero que algo tiene que cambiar urgente.

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"Hay que proteger el desarrollo del complejo cárnico con visión integral". Foto: Santiago Rovella

RICARDO REILLY

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