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"Que la dicotomía campo y ciudad no se siembre más"

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Entendió que el sector agropecuario está cada vez más expuesto a una desestabilización. M.I.HIRIART
Nota a Carlos María Uriarte, presidente de la Federación Rural, ND 20130508, foto Inés Guimaraens - Archivo El País
Archivo El País

El viernes 29 y sábado 30 de mayo, en el Local "Chiflero" de la Asociación Agropecuaria de Artigas, se desarrollará el 98° Congreso Anual de la Federación Rural.

Con la presencia del presidente de la República, Tabaré Vázquez, ya confirmada, el sector rural analizará varios temas, pero hará especial hincapié en el cuidado del medio ambiente y del agua, además de pedirle al gobierno que haga mención de lo que significa la institucionalidad agropecuaria cerca de los 100 años de la Federación Rural.

Este año, la Federación Rural cambiará de presidente y renovará algunos miembros del consejo directivo. Carlos María Uriarte que estuvo dos años como vicepresidente y luego otros dos al frente de la gremial, será sustituido por Fernando Dighiero, expresidente de la Asociación Rural de Florida.

El relacionamiento con el nuevo gobierno, los problemas del sector, la dicotomía entre campo y cuidad, fueron algunos de los temas analizados por Uriarte en la entrevista que mantuvo con El País.

—¿Qué espera del nuevo gobierno?

—El arranque del nuevo gobierno nos llena de esperanzas, porque ha tenido una serie de manifestaciones y acciones concretas favorables. Desde que comenzó nombrando el gabinete de ministros, que lo hizo en forma muy ejecutiva, hasta el momento, las señales que hemos recibido son de una ejecutividad y de una consideración muy importantes, en la forma en que deseamos ver al gobierno.

—¿A qué temas se refiere?

—A lo que son las relaciones internacionales, a la conciencia de que no estamos en un momento como fue en los últimos 10 años, sino que transitamos por un momento que amerita que estemos todos juntos. Todo eso nos genera una buena expectativa y Dios quiera se concrete en hechos todo lo que hemos escuchado hasta ahora.

—¿Considera que se dejó atrás el hecho de remarcar aquella dicotomía entre campo y ciudad de los últimos años?

—Ojalá haya quedado atrás esa dicotomía entre campo y cuidad. Si bien lo vimos muy presente en la campaña electoral, en los encuentros que tuvimos con el presidente Tabaré Vázquez no lo vemos más y ojalá que esa dicotomía no se siembre más y no sea utilizada con ningún otro fin más que hacer sentir y profundizar la conciencia agropecuaria de todos los uruguayos. Ese es un deseo muy grande que tenemos como uruguayos, que todos seamos capaces de sentir esa identidad que debemos tener, porque dependemos mucho del sector agropecuario.

—¿Cuáles serían las "luces amarillas" que el campo enfrenta hoy para continuar su crecimiento?

—Fundamentalmente se enfrenta a un escenario de precios complicado, con unos altos costos de producción a nivel país. Eso hace que las cuentas de los principales sectores agro-exportadores sean muy ajustadas y la competitividad se vea comprometida.

—Pero, ¿el aumento que tuvo el valor del dólar no ayuda a la mejora de la competitividad del sector?

—Indudablemente que con la corrección del valor del dólar, en el ritmo que se viene haciendo y de continuar con esta medida, se pueden corregir muchos de estos factores, pero hay que trabajar en otros factores también. A veces esos factores no sólo se refieren al sector agropecuario, porque hay costos que se generan en otras partes de la economía que se transmiten al costo de producción. Es por eso que considero que es una tarea de todos reducir el costo país, mejorar la competitividad, mejorar la inserción en los mercados.

—¿Cuál es el gran debe que tiene el sector agropecuario?

—Es con los productores medianos y pequeños, pero sobre todo con los arrendatarios. Los arrendatarios son un número muy importante dentro del sector; son el 30% de los ganaderos y el 50% de los productores lecheros. El debe es asegurarles la permanencia en los lugares donde trabajan para que sigan siendo productores. Hoy las posibilidades que tienen los arrendatarios son muy pocas, por no decir nulas. El Uruguay debería desarrollar herramientas que le aseguren a quien no heredó campo o capital y no tiene más que su propia capacidad y su propia voluntad de trabajo, un espacio para que pueda trabajar tranquilo. Esto es más allá de lo que (el Instituto de) Colonización está haciendo, porque en los últimos tiempos, claramente ha definido su población objetivo y son los asalariados rurales o sus hijos.

"No se debe aceptar la salida a la ciudad"

El presidente saliente de la Federación Rural, Carlos María Uriarte, también consideró que existe un gran debe en lo que es la formación de las nuevas generaciones, como sector que dependerá del agro. Uriarte dijo estar muy preocupado, al igual que la gremial que preside porque "las generaciones que vienen se forman en base a una educación que es básicamente urbana, tanto en las grandes ciudades como en los pueblos del interior educan a forasteros en su propia tierra".

En ese sentido sostuvo que "por más que se diga que es una tendencia mundial que la gente se va a vivir a los centros urbanos y en eso Uruguay hizo punta porque es uno de los países más organizados del mundo, como uruguayos, como país con identidad tan fuerte en el sector agropecuario no lo acepto. Creo que no lo deberíamos aceptar y se deben hacer los máximos esfuerzos para que se revierta esa tendencia y veamos cada día más familias viviendo en el campo".

"Es realmente una tristeza cuando uno recorre el interior del país y ve cascos abandonados y poblados que cada vez crecen más", agregó.

Por eso, el gremialista consideró que "hay que trabajar mucho para, de esa forma, brindarle la posibilidad a muchas familias que hoy viven en malas condiciones en esos centros urbanos, de vivir y criar a sus hijos en un ámbito sano, natural, de familia, de respeto y de amor al trabajo. Son cosas por las que deberíamos luchar todos los uruguayos. Ese es un deseo personal que tengo muy bien arraigado", dijo Uriarte.

Desde las gremiales del campo, en los últimos años, se viene trabajando mucho en rescatar los valores que la sociedad perdió y en remarcar que dólar que invierte el sector agropecuario para poder producir, se multiplica por seis a lo largo de la cadena, generando empleo, valor agregado al transformar el producto en alimentos y divisas que luego se transfieren a toda la sociedad.

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