La baja fue de 5,6% respecto al valor registrado en junio.

El índice de precios de los alimentos del Organismo de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) cayó un 5,6% en julio con respecto a junio, lastrado por una fuerte caída en los precios del maíz, debido a las condiciones meteorológicas favorables en las principales regiones productoras de los Estados Unidos, el mayor productor y exportador de maíz a nivel mundial.

El índice FAO es ponderado en base a los intercambios comerciales que hace el seguimiento de los precios internacionales de los cinco principales grupos de alimentos considerados básicos. Es una herramienta que marca la tendencia de los mercados.

Los valores del trigo bajaron también en julio, principalmente por la elevada oferta a nivel global y las perspectivas de una abundante disponibilidad para la exportación en la región del Mar Negro.

Por el contrario, los precios del arroz se fortalecieron ligeramente, ya que la disminución de la disponibilidad apuntaló los precios del arroz basmati y de grano largo.

Con descensos por tercer mes consecutivo, el índice de precios de los aceites vegetales de la FAO cayó un 2,8% con relación a su nivel de junio de 2016.

Este descenso estuvo causado principalmente por el aceite de palma, cuyo precio llegó a un mínimo de 5 meses, lo que refleja una recuperación estacional de la producción en el sudeste asiático, combinada con una débil demanda global de las importaciones. A su vez, los precios internacionales del aceite de soja, girasol y colza bajaron también, debido a unas mejores perspectivas de suministro que las previstas inicialmente.

El índice de precios de los productos lácteos de la FAO subió en un 3,2% respecto al mes anterior, con los precios de la manteca marcando el aumento más pronunciado en el grupo, aunque permanecen a un nivel muy bajo en comparación con los de los últimos años.

Por otra parte, el índice de precios de la carne aumentó un 1,3% respecto a su valor revisado de junio pasado.

La demanda internacional de carne sigue siendo sólida, apoyada por una recuperación de las compras de China y las importaciones sostenidas de otros países asiáticos, según la FAO.

La carne continúa siendo un alimento muy completo y en los países en desarrollo, en la medida que mejora el poder adquisitivo de la población, está teniendo una mayor incorporación a la dieta, previéndose mayores ingestas en los próximos años en varios países emergentes.

Finalmente, el índice de precios del azúcar —muy influenciados por las fluctuaciones de la moneda brasileña, que se fortaleció en julio frente al dólar estadounidense- subió en julio un 2,2%, según confirmó FAO en su boletín mensual. Brasil es un fuerte productor mundial de este insumo básico para algunas industrias.

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