En 2016, el fenómeno El Niño debe sufrir un debilitamiento gradual hasta mediados de abril o mayo, según estimó el jefe del Instituto Nacional de Meteorología de Brasil, Luiz Cavalcanti.

El fenómeno que provoca variaciones en el clima debido al aumento de las temperaturas de las aguas del Océano Pacífico, fue el responsable del exceso de lluvias en la región sur de Brasil y de la sequía en el nordeste y en parte de la región norte a lo largo de 2015.

"Todavía tendremos a El Niño actuando durante el primer semestre de 2016, pero su aflojamiento se reflejará en la variabilidad del clima", explicó Cavalcanti.

La previsión es que, con el final de El Niño, en el sur no deberían haber tantas lluvias, en el centro-oeste las lluvias no deberían tardar tanto. Entre los principales acontecimientos meteorológicos en Brasil a lo largo de 2015 citó las lluvias en el sur y centro-oeste, la seca en el noreste que dura cuatro años y la sequía del sudeste de comienzos de año.

Las lluvias en el sur de Brasil tienen una fuerte incidencia sobre Uruguay y la región, causando inundaciones y pérdidas productivas en el norte uruguayo, tanto a nivel de cultivos, como en algunos animales, así como un deterioro de la velocidad de engorde. Esta situación provoca un mayor retraso en los engordes y posterior traslado de ganado gordo hacia los frigoríficos uruguayos.

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