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El sector de “héroes silenciosos” que logró “atravesar el tsunami” del COVID-19

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Góndola de supermercado
Góndola de supermercado.
Foto: Fernando Ponzetto

ECONOMÍA

Pese a la crisis ocasionada por la pandemia, supermercados y almacenes lograron aumentar las ventas frente al año pasado, debido al confinamiento y un mayor consumo de las personas en sus hogares

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Caos, incertidumbre y compras masivas fue el panorama que vivió el sector supermercadista uruguayo durante los primeros días que siguieron al viernes 13 de marzo, cuando se confirmaron los primeros casos de COVID-19 en el país.

Cinco meses después los actores del sector —consultados por El País— dijeron que la actividad ya se estabilizó y destacaron que además del crecimiento en las ventas, se lograron los dos principales objetivos. Por un lado, la cadena de abastecimiento se mantuvo y por otro, se pudo controlar la seguridad sanitaria de los trabajadores.

Para el CEO de Ta-Ta, Christopher Jones, el supermercadismo no fue el privilegiado pero sí fue un sector de “héroes silenciosos” en relación a que los trabajadores, a su entender, fueron quienes lograron mantener la operativa de los supermercados de esta cadena. “Se arriesgaron poniendo su integridad física en juego para seguir sirviendo a los clientes”, indicó.
Por su parte, para el presidente del Centro de Almaceneros Minoristas, Baristas, Autoservicistas y Afines del Uruguay (Cambadu), Daniel Fernández, tanto los almacenes como los comercios del tipo autoservice lograron “atravesar el tsunami y pasar el temporal”, aunque indicó que recién cuando la situación sanitaria se controle por completo, será cuando se verán “las víctimas que realmente van a quedar”.

Gente comprando en supermercado. Foto: Darwin Borrelli
Alimentos secos y productos de limpieza fueron las categorías que más crecieron, según Cambadu. Foto: Darwin Borrelli

En términos generales, tanto en Montevideo como en el interior, los supermercados registraron un aumento en los niveles de actividad y facturación desde marzo en adelante, en comparación con el mismo período del año pasado. Así lo afirmó el gerente de la Asociación de Supermercados (ASU), Daniel Menéndez, quien explicó que se debió principalmente a la exhortación del gobierno a que las personas se confinaran en sus casas.

Según explicó Menéndez, el sector supermercadista enfrentaba desde el año pasado un escenario de caída en las ventas interanuales, hecho que se revirtió con la llegada de la pandemia. “No nos queremos beneficiar de esta situación ni nos gusta estar así, pero si pasamos raya no salimos mal parados de esto”, indicó el gerente de ASU.

En este sentido, Menéndez informó que el pico en las ventas se dio durante los primeros 60 días desde que inició la emergencia sanitaria y que al día de hoy el aumento en la facturación es de entre el 2% y el 3% interanual.

Debido al confinamiento hay un mayor consumo del hogar, eso mejoró las ventas, principalmente de alimentos secos y productos de limpieza y hace que hayamos parado la caída y empezáramos a crecer”, explicó Menéndez.
Otro factor que jugó a favor del buen desempeño de los supermercados fue el cierre de fronteras y el control del Ejército en las calles para evitar que haya traslados hacia los países vecinos.

“Se cortó el contrabando y eso se sintió mucho en lugares como Salto, Paysandú y Melo”, indicó el gerente de ASU y además señaló que eso también redundó en una mayor actividad de los supermercados en los departamentos del centro del país dado que el contrabando de los departamentos limítrofes, “tiene “un efecto derrame del 30% en la zona céntrica como Durazno y Tacuarembó”.

La situación no es igual para todos los comercios de alimentos. En el caso de Kinko, la cadena de tiendas de conveniencia, el panorama no fue tan alentador dado que dependen exclusivamente de la gente de paso.
“La pandemia pegó muy fuerte, no había gente tomando ómnibus ni saliendo de las oficinas que es una gran base de nuestra venta, la sufrimos pero hoy estamos mejor porque pudimos adaptarnos”, explicó a El País Juan Ravecca, gerente general de Kinko.

PERSPECTIVAS i
Christopher Jones, CEO de Ta-Ta. Foto: Archivo El País.
Christopher Jones, CEO de Ta-Ta

“Este año va a terminar similar al 2019 y para el año próximo somos extremadamente cautos. Como siempre, muy fieles a nuestro propósito de bajar el costo de vida de nuestros clientes, con una propuesta de precios bajos siempre. Es que, como organización, si existe o existiera una recesión, no pensamos participar en ella, decidimos trabajar duro para que eso no ocurra”.

PERSPECTIVAS II
Juan Ravecca, gerente general de Kinko. Foto: Archivo El País.
Juan Ravecca, CEO de Kinko

“Durante los primeros meses de la pandemia, los niveles de actividad bajaron. En nuestro caso fue contracíclico a lo que ocurrió con los supermercados porque somos tienda de conveniencia, dependemos del movimiento en la calle. Las expectativas son seguir trabajando en la eficiencia y seguir adaptándonos a esta realidad, pero cuando cierre el año creo que va a ser de caída”.

PERSPECTIVAS III
Daniel Menéndez, gerente de la Asociación de Supermercados del Uruguay. Foto: Archivo El País.
Daniel Menéndez, gerente de ASU

“Vemos que se están abriendo muchas ventanas y la actividad comercial está funcionando un poco más. Sin embargo, todavía hay personas que están pasando mal, en seguro de paro y pequeños empresarios cuyos negocios no están funcionando al máximo, entonces creo que hay un cierto pesimismo en cuanto a que haya un gran aumento del consumo porque no hay tanta disponibilidad de dinero”.

En el caso de Ta-Ta, Jones señaló que en términos agregados acumulados, el nivel del negocio “es similar” al del año pasado. Si bien registraron una caída en las ventas de los locales ubicados en los shoppings, en contrapartida, tuvieron un aumento de las compras a través del canal digital que hoy está en los niveles que la empresa esperaba que estuvieran dentro de tres años.

Asimismo, el CEO de Ta-Ta indicó que la frecuencia de las visitas a los supermercados bajó pero el ticket promedio subió compensando el agregado. “Es decir que vienen menos pero llevan más”, dijo Jones lo cual “ayuda a estabilizar contra el año anterior”.

El factor que al inicio generó incertidumbre para los empresarios del sector fue la “alta volatilidad en los precios” que según explicó Menéndez estaban influenciados por la suba del tipo de cambio de ese momento. Sin embargo, el gobierno a través del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) llegó a un acuerdo de precios por tres meses (finalizó el pasado 11 de agosto) con los empresarios, que fue calificado por Menéndez como positivo.

En el caso específico de los almacenes, el presidente de Cambadu explicó que crecieron las ventas entre un 30% y 35%, principalmente en las zonas más barriales y cayeron en las más vinculadas con el movimiento de oficinas como Ciudad Vieja.

“Haciendo esa excepción todos anduvieron bien, con un pico muy fuerte al inicio y hoy ya están en la meseta, se estabilizaron pero igual están en un mejor nivel que en la misma fecha del año pasado”, explicó Fernández.
“La gente estaba encerrada en su casa, no gastaba en otras cosas pero sí en alimentarse, por eso crecieron las ventas”, concluyó el presidente de Cambadu.

Sector destruido

El rubro que no comparte el mismo panorama que el de los supermercados y almacenes es la gastronomía, sector en el que están incluidos restaurantes de lujo, parrilladas, pizzerías, bares y boliches nocturnos.

Es que según los datos proporcionados por Cambadu, la gastronomía está actualmente en un nivel 40% inferior al del año pasado. “Es un sector destruido, los números no cierran de ninguna manera y la gente no va por el miedo en términos de lo sanitario y por la mala situación económica”, explicó Fernández.

A su entender, el panorama para lo que resta del año no es alentador.
“Un porcentaje muy elevado va a dejar de funcionar definitivamente porque hoy están abiertos pero están atrasados en cargas sociales, alquileres y eso les va apretar el cuello. Había mucho comercio que la venía luchando pero este tsunami se lo llevó”, concluyó.

SIN VIENTO DE COLA

Preocupa el inicio de 2021

De acuerdo con el gerente de ASU, Daniel Menéndez, el sector supermercadista “tuvo la ventaja” de que se dedica al mercado interno, por lo que se vio favorecido tras la llegada de la pandemia. Sin embargo, de cara la próxima temporada de verano, Menéndez indicó que ven “el inicio del próximo año con mucha preocupación” porque entienden que “no va a estar el viento de cola del turismo” dado que “es probable” que las fronteras con los países vecinos sigan cerradas. Eso “influirá” en los niveles de actividad y facturación de los supermercados, dado que “el turismo en los últimos años ha tenido un peso muy grande, permitiendo promediar el ingreso principalmente en los supermercados de las zonas turísticas que se mantienen abiertos todo el año”, explicó Menéndez.

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