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La volatilidad: un concepto a entender y no tenerle miedo a la hora de invertir el ahorro

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Bolsa de valores de Nueva York. Foto: Reuters.

Finanzas de Bolsillo

Hay que incorporar el concepto de volatilidad a las Finanzas de Bolsillo para no errarle.

Uno de los conceptos que debemos incorporar para tener en cuenta a la hora de realizar cualquier tipo de inversión es el de volatilidad, que no es más que una medida del riesgo asociada a cualquier inversión, que nos permitirá dilucidar la inestabilidad o variabilidad de los precios de un activo.

La volatilidad no implica necesariamente modificaciones en el nivel promedio, sino una mayor dispersión alrededor de ese promedio.

Así, una desviación típica alta significa que las rentabilidades han experimentado fuertes variaciones, mientras que una desviación típica baja indica que esas rentabilidades han sido mucho más estables en el tiempo. Un activo de mucha volatilidad te expone entonces a un riesgo de pérdida mucho mayor de tu inversión que un activo estable.

Cuando un inversor analiza la volatilidad en el mercado de bonos, por ejemplo, aparecen dos conceptos alternativos para medir el riesgo de una inversión: la volatilidad histórica y la teórica. La volatilidad histórica está dada por el desvío que se encuentra en los precios respecto del promedio a lo largo del tiempo. Es decir, nos brinda información sobre las fluctuaciones del precio del bono analizado a lo largo del tiempo, tomando como dato sus cotizaciones históricas.

Por otro lado, existe la volatilidad teórica, la cual depende de las condiciones en las que se ha emitido cada bono, e intenta medir la sensibilidad que tiene el precio ante cambios en su rendimiento, es decir, con qué dimensión se presentan cambios en su cotización cuando hay variaciones en su cálculo de rentabilidad.

Un indicador de volatilidad

El índice VIX (Volatility Index) es el principal para medir la incertidumbre que presentan los mercados financieros a nivel global. Este indicador, que fue creado en los años 90 en la bolsa de Chicago, captura la volatilidad implícita de 30 días del índice S&P 500 (el indicador bursátil que reúne a las 500 empresas más grandes de Estados Unidos) a través de los precios de las opciones, convirtiéndose en un índice que refleja las expectativas del mercado sobre la incertidumbre futura.

Para dar contexto y entender dónde estamos hoy parados, podemos encontrar el pico máximo de este indicador en octubre del año 2008 en medio de la crisis financiera global.

El segundo pico, levemente por debajo, fue el de marzo de 2020, luego de que empezaron a conocerse los efectos de la pandemia de coronavirus a nivel global.

Si bien el VIX es el índice de volatilidad más famoso, en Europa también existen algunos indicadores. El índice VSTOXX comprende la volatilidad implícita de las opciones del índice EURO STOXX 50, que hace referencia a las 50 empresas europeas más grandes que cotizan en bolsa.

La alta volatilidad en los precios de las acciones provocó ventas y caída de ellas. Foto: AFP
Cuando hay alta volatilidad en los precios de las acciones genera ventas y caída de ellas. Foto: AFP

Causas de la volatilidad

Son muchos los factores que pueden generar la volatilidad de un activo. Están, por un lado, los factores de riesgo asociados al propio instrumento; por ejemplo, su nivel de liquidez. Si urge vender un activo o un bien que se negocia con muy poca frecuencia o con poco volumen, probablemente su precio baje de una forma muy agresiva, aunque quizás esa no sea su tendencia en el largo plazo. También existe el riesgo de falta de acceso al crédito de la compañía o del país emisor, sumado a los propios cambios en sus manejos internos o en la política.

A estos, debe añadirse el riesgo de efectos de “shock” externo que no estaban contemplados, como, por ejemplo, la llegada de una pandemia. Si bien ningún activo en el mundo puede escapar a los factores previamente mencionados, los países o compañías que han tenido históricamente un mejor manejo o que cuentan con mayor volumen en sus mercados, contarán con menores fluctuaciones en sus precios, dado que la incertidumbre que tengan incorporada también será considerablemente menor.

Ante todo, cautela

No necesariamente debemos asociar la volatilidad a una connotación negativa, dado que también se presentan como oportunidades para los inversores, pero siempre como algo sujeto a mayores riesgos.

A partir de esto, es preciso entonces ser cautelosos a la hora de elegir activos con alta volatilidad.

Por ejemplo, puede hacerse en una porción pequeña, en medio de una diversificación de sectores o de diferentes activos, que posean un riesgo menor. Por otro lado, invertir en activos que cuenten con liquidez o rápido poder de venta en caso de querer salir.

Por último: siempre se debe buscar aprender y asesorarse con alguien que se dedique al análisis permanente de estos productos y que tenga una mirada objetiva sobre la valuación de los activos que nos llamen la atención.

¿Qué dice el Banco Central sobre el riesgo?
Instrumentos sencillos y complejos
Inversión:  en momentos de volatilidad recomiendan ser cautos, tener paciencia y no tomar decisiones económicas apresuradas. Foto: AFP

A la hora de decidir, el inversor debe analizar en profundidad las características del instrumento financiero que le ofrecen, viendo el riesgo y el retorno de dicha inversión.

La oferta de instrumentos financieros que ofrece el mercado de valores es variada, encontrando desde aquellos más sencillos como los bonos del Tesoro que emite el gobierno central, hasta instrumentos de más complejidad como los derivados y las opciones.

La legislación uruguaya determina que el Banco Central (BCU) es quien regula y supervisa al mercado de valores y sus agentes a efectos de contribuir al funcionamiento transparente, competitivo y eficiente del mercado de valores y procurar una adecuada protección a los inversores.

No obstante, el Banco Central no emite opinión sobre los instrumentos que se transan en el mercado de valores, ni puede asegurar la buena o mala performance de instrumentos específicos, limitándose a registrarlos y asegurar que los emisores provean la información necesaria que permita mejorar la toma de decisiones de los inversores.

Son los inversores quienes en definitiva toman las decisiones de inversión y corren los riesgos que conllevan tales decisiones. 

(EN BASE A LA NACIÓN / GDA)

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